capítulo 4

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Profundice mi vista en la suya, y me di cuenta de algo… El ojo izquierdo era azul cielo naturalmente, el derecho era un lente de contacto.

-¿Por qué usas un lente de contacto en un ojo y en el otro no?

-¿Conoces el término heterocromia?

-Pues claro ¿Te quitarías el lente?

-No puedo. Luego no podré
volvérmelo a poner.

-Por favor.

Me miró y se dio la vuelta para quitárselo.

-Solo…

-Date la vuelta.

Se dio la vuelta.

-No te burles ¿Ok?

El otro ojo era fantásticamente hermoso. Era verde manzana.  Una mezcla de su madre y su padre en cada ojo.

-Son preciosos.

-Tranquilo, puedes decirme la verdad.

-Esa es la verdad. Son preciosos.  ¿Por qué los ocultas?

-Son raros. No quiero ser rara.

-Se mi rara.

-Eso sonó… ¿A que?

-Eres preciosa Elena, ¿Por qué ocultar tu perfección?

-No lo sé, mis padres son bastante conocidos por ser médicos, al igual que mis tíos y mis primas, mi mamá me ha obligado siempre a usarlo, he salido en varios periódicos y no quiere que se vea ese defecto, mi papá me ha pedido que me lo quité pero mamá no me deja, y no solo eso, mi peso también, soy demasiado flaca. Mi mamá pesa cincuenta y cinco kilos y no es gorda, pero si tiene figura. Mi papá obviamente pesa más, y su altura y contextura bien formada hacen que se vea con gran cuerpo, y mírame a mi, soy un palillo chino que pesa treinta y nueve kilos. La verdad mamá tiene razón. Soy rara y defectuosa.

-Eso es manipulación, ¿Como te hicieron creer eso? Mírate, eres demasiado preciosa. Tus ojos son preciosos, Tu cuerpo es precioso. Y si fueras un palillo chino, sería un sexy palillo chino de gran trasero.

-Idiota.

-No pero en serio, Eres preciosa Elena, no ocultes tu belleza. No eres un palillo chino. Además no eres la única rara aquí. Yo soy Dory.
Ella comenzó a reírse por lo último y eso me hizo sonreír un poco.

-Gracias Señor C.

-Eres mi rara.

-Soy tu amiga rara. No sólo tuya.

-Mía, punto.

-Entonces tu eres mi… Eh, Dory. Mi pez. Mi pez azul suena mejor.

Ella volvió a reírse y se giró para ver el cielo.

-Eres pésima dando apodos ¿En serio? ¿Mi pez?

-Oh, silencio. Soy la mejor. Te daría un en este momento pero te has burlado del anterior.

Me reí bajito y luego nos quedamos en silencio.

-El cielo está hermoso—dije.

-Está perfecto. Planeaste está primera cita muy bien. Veo que tienes experiencia

-¿Si te digo que no se qué es una cita y que esta es la primera que tengo, me creerías?

-No puede ser— dijo y se sentó de golpe girándose hacia mí— ¿No sabes que es una cita?

-No.

-¿De qué planeta vienes?.

-De la tierra.

-Oh cállate. Una cita es… En realidad no sabría describirlo bien, pero mi punto de vista sería algo así, según lo que he visto en películas y las cuatro citas que he tenido; son al menos tres citas. La primera es para conocerse, y casi siempre la primera cita es algo estúpida, la odio. Es muy cliché, ven una película luego el la lleva a comer helado y luego no se qué mierda. Es aburridísima. Al menos nosotros estamos viendo un cielo precioso, sin estrellas, nublado, en un parque que está cerrado. Esto está mejor.

-¿Y para que se supone que son las citas?

-Para iniciar una relación. Hay personas que no pasan de la primera cita. Otras que las cumplen las tres para estar seguros y así. Y ash, que aburridos. Yo prefiero viajar o estar en un parque, bosque, montañas, playa o que se yo, que estar en el cine. O hacer esas cosas estúpidas. Me gusta la calma, aunque no niego que me gustan las fiestas, no muy seguidas claro.

-Eres divertida.

-Obvio que lo soy.

Me senté igual que ella. Vi la hora y ya eran las tres de la mañana.

-Pero bueno C. Cuéntame de ti. No me has dicho nada de ti, solo se tu nombre y no se si eres un psicópata que me trajo para matarme.

Auch. Psicópata no, Sociópata.

¿Y ahora que le cuento a Elena? No puedo decirle nada de eso. Voy a decir cosas sin decirlas.

-Soy huérfano. Mis padres murieron en un accidente en el que yo también estuve. No sé cómo eran. No los recuerdo. Perdí muchos recuerdos de mi. Ni siquiera sé si tenía hermanos o hermana. Pase por muchas casas de adopción. Esa es toda mi vida. Por eso digo que soy Dory.

A nadie le habría contado esto. ¿Por qué a ella? A pesar de ser casi todo inventado y cambiado, ¿Por qué ella?.

-Mierda—Pronunció ella y me abrazo—No debí preguntar, lo siento.

-Tranquila. Ya pasó bastante de eso.

-Eres muy fuerte Christian.

Le dedique una sonrisa de labios cerrados y ella se separó

-¿Quieres que te lleve a tu casa?— Pregunté.

-Emmm… eh, si… por favor—Me sonrió y saco su teléfono—Oh Dios. Son las cuatro. Si, llévame por favor.

-Vamos.

Nos levantamos y nos sacudimos, y justo en ese momento… comenzó a llover. Volteamos a vernos al instante y ella dijo:

-Corre.

Nos giramos al frente y corrimos. La lluvia era fría y fuerte.
Ella comenzó a reírse mientras corríamos. Saltamos la cerca y fuimos hasta la moto. Ay maldita lluvia fría ¿No podías ser como el agua caliente que sale de la ducha?.
Llegamos a su casa. Entramos corriendo.

-Amo está noche—Afirmó ella.

Yo solo mostré una sonrisa divertida.

Estábamos en su sala tomando un té caliente que ella preparó para no resfriarnos.

-Gracias por el té… Bueno, ha llegado mi momento, debo irme. Gracias por aceptar que te raptara esta noche.

-Bueno, vale. Te acompaño hasta la puerta.

Caminamos hasta la puerta. Cuando estuve apunto de salir, ella habló:

-¿Dónde aprendiste a hablar francés?

-¿En serio? ¿Ahora te das cuenta? Katia me enseño.

-Oh vale. Me agradó mucho esta noche, siempre puede repetirse. 

-¡Claro! Yo veré cundo te vengo a buscar.

-Pero me tienes que avisar que saldremos, para poderme arreglar.

-Con que te pongas esos pantalones de nuevo, por mí está bien.

Dije viendo su trasero y di la vuelta alejándome, yendo directo a la moto.

-¡Pervertido!

Comenzó a reírse y yo arranque y me fui.

Llegue a la casa. Abrí y Haley estaba en el sofá viendo una película.

-Llegue—susurre.

-Oh, hola—Dijo sin girarse.

-¿Todo bien? Son las seis en punto.

-Voy a acostarme. Espero y puedas dormir al menos veinte minutos... Y por favor no le cuentes a Robin.

-¿Todo bien?

-Aja.

-Bueno, si tú lo dices… ¿Segura?

-Sí.

-Eh, otra cosa, ¿Por qué si no podías dormir y llevas un mes aquí, no me había dado cuenta?

-Es que yo… eh…

-Que hacen despiertos tan temprano— dice Robin saliendo de su cuarto, bostezando.

-Ya yo estaba despierta y Chris acaba de llegar.

-Si... Si así es—confirme lo que ella dijo.

-¿Pudieron dormir?

-No, yo no Robin.—dice ella.

-Yo tampoco.

-Bueno, duerman un rato, yo voy hacer el desayuno para que nos vayamos a clases.

Le hicimos caso, nos acostamos en el mueble.

***

Abrí mis ojos, y ella estaba ahí abrazándome, luego ella abrió los ojos y se sonrojo.

-Lo siento... No fue mi intención, es solo que...

-Tranquila, pero ¿Por qué te sonrojaste?

-Es que... Yo no…— se levanta, me da una bofetada y entra al baño.

¡¿Qué?!

¿Me acaba de abofetear?

Robin se echó a reír, yo lo mire con mala cara.

Yo también me levanté después, y me fui a buscar ropa. Luego ella salió del baño y yo entre.

Que extraño. ¿Por qué se fue así? ¿Y por qué hizo eso? Claro que, fue bueno haberla tenido encima de mi abrazándome, pero, ¿Por qué comportarse así? ¿Esta loca o que?
En fin, creo que esta loca.

Luego de veinte minutos llegamos a clases, pero perdimos el tiempo, hoy no habían. Si seguimos así, no vamos a pasar nunca, o eso creo.

-Haley, voy a salir, con Cameron—le dijo Robin a Haley.

-¿Quién es Cameron? ¿Y para que me avisas?—Dice ella comiéndose su barquilla.

-Cameron es mi novia. Y no llego hoy, llego mañana sábado, y en la tarde. Yo te aviso solo para que no salgas, o sea yo no voy a estar, y no quiero que nada malo te pasé.

-Para eso está conmigo—le dije yo.

-No. Ella contigo no va a ninguna parte.

-Hey... Tu no decides eso por mi.

-Haley, ¿Te llevo a casa?— Le dije entregándole el casco.

-No, ella no se va a subir a la moto. ¿Estás loco? Yo intento protegerla, y tu quieres subirla a la moto.

-Yo creo, que solo ella tiene el derecho de tomar esa decisión.

-Chris, no puedo permitir que algo le pase, más bien estoy arriesgando mucho dejándola contigo.

-Que eso no lo decides tú. ¿No entiendes?

-Toma dinero para que te vayas en un taxi.

-NO. ¿Acaso no oyes que te estoy hablando? Mira Robin me cansé de esta estupidez—Le dice ella muy molesta. Me quita el casco de las manos— Me cansé que desde que llegué a tu vida hace cuatro años me manejaras a tu antojo e hicieras lo que te dio la gana.

Ok eso no lo sabía. Y veo que su mirada se pone fría delante de él siempre que se le acerca. 

El la toma del brazo casi obligándola a subirse al taxi.

Ella suelta un grito de dolor y se cae la barquilla.

-No me voy a subir.

-¡Si lo harás!

Y eso le bastó para darle una bofetada.

Se subió a la moto con el casco puesto.

-Vámonos de esta mierda.
Me subí y la encendí—¿Segura?

-Si.

-Christian…

Arranque sin dejarle derecho de palabra y me fui muy lejos con ella.
Frenamos en una casa abandonada. Que me conozco bien, por cierto.
Ella se baja y se quita el casco, su cara estaba roja y se veía que sus ojos también.

Yo sin tener que hablar me acerque y sostuve su mentón con gentileza.

-Es injusta su manera de protegerme, no puedo permitir que el quiera manejar mi vida. Ya lo hizo muchas veces y eso va a cambiar.
-Hey, tranquila, el tendrá sus razones para no querer que te quedes conmigo. No te molestes con el. Solo quiere asegurarte.

Ella solo asiente y voltea su rostro.

-Hey mírame... Todo está bien, nada a pasado.

Ella voltea y nuestros rostros quedan muy cerca, un centímetro menos y mis labios tocan los suyos. Para mi era como respirar bajo el agua. Se que ella lo siente igual, porque su respiración es pesada y siento su corazón latir a millón como el mío.

-¿Qué estoy sintiendo Haley?.

Y eso bastó para que se acercara se pusiera de puntillas y me besará.
Dios.

Pellízquenme si estoy soñando. 
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¡Hola mis amores! Acá está su actualización.

La vez pasada dije uno por semana, yo sé, pero me parece mejor dos veces en ella.

Espero les guste el cap, me esforcé actualizando y mejorando muchas cosas.

Cuéntenme qué tal les pareció este.

¿Que piensan de todos estos locos en la historia?

Los quiero.

Amor y sangre ||Borrador||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora