-Haley mírame. Me dijiste que me esperarías para cuando pueda contarte.
-Lo se. Pero dime ¿El problema es conmigo? Digo ¿No puedes tocarme?
Hay algo en lo que dice y la manera en que lo dice que me hace pensar que me está molestando. O que me está retando, no lo sé.
-Haley, solo espera, ya te lo contaré, pero necesito tiempo, no quiero alejarte.
-Sí pero…—Fue interrumpida por dos toques en la puerta.
-Oigan, discúlpenme si interrumpo su polvo mañanero pero Livvie se va, y no vuelve hasta la otra semana, así que no se si se quieren despedir, además me voy al instituto y no los pienso esperar para llevarlos.—dijo la muy tonta de Katia.
-Ya vamos—Dije volcando los ojos.
Me cambie rápido poniéndome un pantalón negro, una camisa blanca y una camisa de cuadros color azul con botones pero no la abroche. Después de todo no era emocionante ir a la escuela.
Haley se puso un vestido color beige manga larga, que llegaba hasta las rodillas. Se puso sus botas negras y se ató el pelo en un moño bajo.
Bajamos y nos fuimos con Katia, íbamos muy temprano, así que llevamos a Livvie a su casa y luego nos fuimos en auto a clases.
Durante el camino revise el teléfono y no tenía señal de Elena, desde el día después de la fiesta no ha respondido los mensajes, y en el instituto me evade. Ni siquiera la he visto en la heladería. Le dejé otro mensaje de buenos días, preguntando cómo estaba y si estaba enojada conmigo.
Obviamente no respondió.
Llagamos al instituto.
El día estuvo calmado. Tareas como siempre, profesores hablando de no se qué cosa, igual que siempre. La única profesora que caía bien, era lo profesora de matemáticas, la señorita Claire, era la mas joven de todos los profesores, era de piel morena y ojos color café, su pelo era liso y muy largo, incluso con la coleta alta que se hacía, el cabello le llegaba a la parte baja de la espalda. Era alta y voluptuosa. Muy bonita y amigable. Era la mejor profesora que teníamos.
Estábamos en el receso cuando vimos a muchos compañeros reuniéndose en un círculo. Algo pasaba, y lo digo porque alguien grito algo, y yo conozco esa voz.
Era Katia.
Haley, que estaba sentada conmigo, no escucho, tenía los audífonos puestos, estuvimos escuchando música juntos, pero luego ella escuchaba una canción toda rara, y yo me lo quité.
La tome por el brazo y ella se volteó y se quitó el audífono.
-¿Qué?
-Levántate. Escuche a Katia…
Otro grito. Se escuchaba más lejos. Los chicos que estaban reuniéndose, se fueron corriendo detrás de alguien hacia la salida del instituto.
Haley salió corriendo detrás de esa gente. De pronto todo el instituto estaba ahí.
Perdí a Haley por el gentío. Tenía que tomar una decisión, o iba por Katia, o iba por Haley. Fui por Katia, menos mal, cuando llegue Haley estaba ahí. Katia era arrastrada por una chica, Haley le daba una cachetada a otra chica.
¿Qué está pasando?
No lo se, ve y averigua, que a la que arrastran es a Katharina no a mí.
A veces te detesto.
Corrí hacia allá y cuando intentaba separarlas, un chico, Albert, se me lanzó encima.
-¡NO TOQUES A MI NOVIA!—Grito el.
Resulta que la chica que ahora arrastraba a Haley, era Amber, la novia de este tipo. Ni modo, le di un empujón para quitármelo de encima, y el me dio un puñetazo en el estómago.
Sentí la presión de la herida que aún estaba sanando pero no me detuve.
Bueno ahora todo se volvió loco.
Helen, una chica que conocí en las clases, según ella soy su mejor amigo—único amigo— se le tiro encima a Albert y le araño el cuello.
-¡Suéltame!—Le gritaba el.
Amber soltó a Haley y agarró a Helen por el cabello.
-¡Suelta a mi novio Perra!
Así se metió Clarence—si, como el de la serie—el hermano de Helen, agarró a Amber y se la quitó a Helen de encima.
¡A la mierda! ¡Lánzale la silla! ¡Golpea!
Cállate.
Dail, la mejor amiga de Amber le dio con una bandeja a Katia en la cabeza a lo que Katia no respondió solo cayó al suelo casi desmayada.
¿Ahora que esperas para defender a Katia?
Ahora sí estoy contigo.
Lo peor de la situación fue que llegó la directora. Llegó Karen—La hermana de Katia—. Y llegaron varios padres.
La directora es una mujer en sus cuarentas, pero cualquiera diría que tiene treinta, es delgada alta cabello negro con canas plateadas—que le sientan bien—ojos pequeños y azules, piel bronceada y usa lentes. Iba con una falda de tubo negra, una camisa blanca manga larga de botones, y unos tacones negros.
Karen, la hermana de Katia, era voluptuosa, blanca, ojos grises más oscuros que los de Katia, pelirroja, y labios voluptuosos también. Iba con un vestido de oficina negro con los bordes dorados, y una chaqueta negra con detalles dorados, unos lentes finos y el cabello en una cola alta, siempre con ese aire profesional.
Nos llevaron a un salón a todos los que estuvimos en la pelea.
En el salón en la primera fila estaban Dail, Amber y Helen.
En la hilera del centro estaba Albert y Clarence.
En el último puesto estábamos Katia, Haley y yo.
-¡¿Se puede saber que les pasó para que pelearan así?!—Pregunto la directora Yaris.
Nadie respondió.
Pero obviamente si nos alteramos cuando Katia se desmayó y se cayó de su puesto.
-¡Katharina!—Grito Karen con cara de horror y corrió hacia ella.
La levantamos y la llevamos a la enfermería del colegio.
Si, en esta mierda había de todo.
Katia despertó. Al parecer fue por el cansancio de no dormir en toda la noche, la pelea, y luego la bandeja metálica que le lanzaron a la cabeza, al resistirlo tanto su cuerpo dio una señal, y se desmayó.
Katia estaba acostada despaldas a mi, por un segundo pensé que estaría durmiendo, pero no, la muy cabrona se estaba riendo.
-¿Se puede saber de qué te ríes? En vez de reírte deberías explicarme ¿Por qué la maldita pelea?
-B-bueno…—dijo bajándole a la risa—Dail me llamo y cuando me acerque me dio una cachetada, y me grito puta, por haberme acostado con Robin. Yo le dije que ella era la puta por haberse acostado con Hazel y con Martín siendo novia de Jay. Me fue a dar otra cachetada y yo la agarre por el cabello ese de chicharrón que tiene. Amber se metió a defenderla y luego Haley y luego ya debes saber la historia.
-Mierda.
-Sí, mierda…
-¿Pero tú estás bien?
-Obvio. El que no se ve bien eres tu. Vi cuando Albert te dio el golpe en el estómago.
-No me dio tan fuerte.
-¿Cómo que no? Estás sangrando, la camisa está manchada.
Era cierto había una pequeña mancha de sangre en la camisa. Pero no era nada que no se pudiera cubrir cerrando los botones de la camisa de cuadros que uso como chaqueta.
-Iré al salir a donde Kylie para que la revise.
-Esta bien niño necio. Por cierto deberías decirle a una de las enfermeras que te vende la mano. Y ¿Cómo está Haley?
-Se la llevaron a una de las cabinas, le están curando el labio. Y yo bueno, no, no quiero.
-Bueno. ¿Sabes dónde está Karen?
-En una reunión con la directora. Como Karen ya sabe la historia te está defendiendo de lo mejor.
-Bueno. Eso es bueno. Al menos no me dejara mal—dijo Katia encogiéndose de hombros.
-Katia, deberías descansar, no has dormido nada y llegaste a clases medio borracha. Duerme un rato, mientras que no te dan salida.
-Ok. Por favor no le digas nada a…
-¡¿Qué mierda fue lo que te paso?!—Le grito Livvie a Katia.
Katia volteó a verme con mirada asesina.
-¡Yo no le dije nada!—Le dije yo.
-¡Me lo ha dicho Haley! ¡¿Te has vuelto loca?!
-¿Qué…? ¡Pero lo siento!
-¡¿Qué ha pasado?!
-¡Dail me ha llamado puta por acostarme con Robin! ¡No sé cómo se ha enterado!
-¡¿Dónde está que la reviento?!
-¡No lo sé!
-Chicas… eh… ¿Y si se calman…?
-¡Cállate!—Me gritaron las dos al mismo tiempo.
-Ok… bueno… me sentaré aquí.
Me senté en la silla al lado de la camilla de Katia, con los brazos cruzados.
-¡Por qué no me llamaste!
-¡No lo sé! ¡Bueno si! ¡Tienes un viaje no quería preocuparte!
-¡Ya me iba preocupada por dejarte!
-¡Pero bueno! ¡Yo que iba a saber!
-¡No lo sé!
-¡Ya deja de gritarme Livvie! ¡Me asustas así!
-¡Lo siento!
Y así, se le tiro encima y la abrazó.
-Bichas raras—les dije.
Katia me saco el dedo medio.
-¿Estás bien? No quiero irme con la duda.
-Sí, solo fue un mareo. Algo tonto.
-Bueno, yo debo irme, Christian, cuídala bien, si algo le pasa ¡Te mato!
-Das miedo Livvie—le dije.
-Gracias, lo se.
Ella le dio un abrazo de despedida a Katia, pero eso no conformo a mi pequeña Katia, la tomó por el brazo la acerco y la besó. Livvie enrojeció.
-Pueden… No lo se…
Y me volvieron a sacar el dedo. Que maña con ese dedo.
Livvie se fue. Haley llegó.
-Le partí la maldita boca a Dail—Dijo Haley con una sonrisa.
-Ya me dan miedo las tres, chicas súper poderosas.
-¿Eh?
-¡Nada!—Dije apresuradamente antes de que se burlaran, pero ya era muy tarde. Maldita sea.
-Somos las chicas súper poderosas—dijo Katia en voz baja como si lo analizará.
-¿Por qué dijiste eso?
-Es que… Mmh… bueno… ayer, las tres lo parecían, Livvie es rubia y su pijama era azul, Haley es pelinegra y su pijama era verde, y Katia es pelirroja y su pijama era rosada. Y bueno ¡Las chicas súper poderosas! Je, je.
-Es cierto. ¡Somos las chicas súper poderosas! Hay que decirle a Livvie.
-¡Sí!...—dijo Haley entusiasmada, pero luego frunció el ceño—Pero ¡Yo no soy de andar dando golpes y gritando!—eso último lo grito.
-Estas gritando.
-¡Cállate!
-Vale, hoy nadie quiere que hable. Aparte, ¡Claro que sí! ¡Me estas gritando! ¡Y le partiste la boca a Dail!
-¡Claro que no!—Dijo enfurruñada y me soltó un manotazo, que, en vez de dolerme, me reí—¡No te rías idiota!
-Me golpeaste y me gritaste, Bellota.
-¿Qué…? ¡No me digas así!
-¿Cómo no quieres que te diga, Bellota?
-¡Oh, Cállate! ¡No lo hagas!
-Bellota, ¿Te he dicho lo linda que te ves que cuando te molestas?.
-¡Chris!
-Vaaale pues, Bellota.
Ella soltó un resoplido y soltó una palabrota en voz baja.
-Te odio.
-Eso no me dijiste la otra noche.
Sus mejillas se tornaron escarlata.
Y, claro obviamente, me gane otro gran manotazo de amor.
-¿Pero… Que…? ¡Desde cuándo eres así! ¡Tu tartamudeas y te ponías nervioso y yo me burlaba! ¡No puedes cambiar eso!
-¡Soy así desde que te conocí!
-Ahora soy culpable.
-Sí. Es tu culpa. Pero aún así te quiero, supéralo.
-¿Qué…? ¡No es justo!
-¡Vale pues ya cállense, joder! ¡Me están volviendo loca!—Lanzo Katia irritada.
-¡Ok!—Le dijo Haley más irritada.
Nunca habíamos echado gritos así. Pero admito que ha sido gracioso su sonrojo de rabia.
-Son unos raros.
Con eso último nos despedimos, porque Karen quería hablar con Katia.
-Bellota… Digo…—Bueno yo aprecio mi vida a cambiar el tema—Emmm Haley ¿Quieres hacer algo?
-Mmju…—Me miró con ojos entrecerrados—Como vuelvas a…
Se detuvo por qué su celular sonaba.
-¿Quién es?—pregunté asomándose en su teléfono, y leyendo el nombre—Rachel. Atiende, quiero chismosear.
-Y luego yo soy chismosa. Bueno quítate para atender.
-¿No quieres que escuche?
-No.
-¿Por qué?
-Porque me has dicho chismosa. Y es obvio que el chismoso eres tú.
-¿Cómo puedes decir eso?—La mire indignado—¡Yo no soy chismoso!
-Ajá—Se volteo y contesto.
-Hola Rach… ¡No grites!... Oh… Mmju… ¿Ah?...—Se comenzó a reír—No… ¿Eh?... Ah… ¡¿Qué?!... ¡No!... Rachel, no es eso… Ajá pero y yo… ¡Yo quiero ir a verte!... ¡No lo olvidé!... ¡¿Qué?!—No se que carajo hablaba y por qué se alteraba, pero ahora sonreía.
Mientras ella seguía hablando y diciendo cosas sin sentido vi pasar a Elena, iba vestida con un jersey negro y los vaqueros del otro día. Iba caminando rápido e iba respirando agitado.
Sentí que algo no iba bien. Así que camine hasta ella. Estando más cerca note el por qué de su respiración agitada, estaba llorando.
-¡Elena!—Grité, ella volteo y al verme torció los ojos y siguió caminando rápido.
Corrí tras ella y me paré frente a ella impidiéndole el paso.
-¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo? ¿Por qué no has respondido a mis mensajes?
Ella no me miraba, hasta que subió su cabeza, sus ojos estaban hinchados y tenía un moretón en el ojo.
¿Qué le pasó?
.
.
.
.
.
.¡Mis amoreees!
Los amo un mundo.¿Que tal les pareció el cap?
¿Que piensan que le pasó a Elena?
ESTÁS LEYENDO
Amor y sangre ||Borrador||
RandomAsesinos... Mentiras... Secretos... Una impostora... Un amor... Y sangre.