capítulo 10

320 19 0
                                    


Luego de bastante rato yo llamé a Carrier para decirle que Katia iba a retirarse. Me pidió explicación y yo simplemente dije “Robin” y el dijo “llévala a casa” El señor Carrier detesta a Robin y Robin detesta al señor Carrier. Es odio mutuo.

-Ya le avisé al señor Carrier—le dije a Haley.

-¿Podrías… llevarme a casa?—Preguntó Katia casi en un susurro.
Me voltee y la contemple con la mirada. Era muy extraño ver a Katia, una chica tan libre, alegre, feliz, estar tan triste con los ojos un poco hinchados.

-Sabes que si. Vamos.

Ella me dio una pequeña pero muy pequeña sonrisa triste y vulnerable. Odio que Robin haya hecho sufrir a Katia así ¡No es justo! Odio verla apagada, cuando ella siempre está sonriendo y diciendo estupideces.
Salimos del taller pasamos por la pista y llegamos al estacionamiento privado del taller ahí estaba su auto y mi moto. Como ya se que en el taller no se pierde nada, dejé la moto ahí. No deje que Katia manejara, conduje yo, y ella se sentó atrás con Livvie, mientras que Haley se sentó en el puesto de copiloto.

Todo estuvo en silencio hasta que vimos que Katia de repente apareció entre los asientos delanteros y puso música. Eso es bueno la hizo sonreír por qué justo pasaron su canción favorita, es lenta, en inglés pero a ella le gusta mucho. Me fuese opuesto por la bendita canción tan solo para hacerla enojar por los gustos de música, pero quería verla con la semi/sonrisa que tenia durante un buen rato.

Así fue hasta que llegamos a la casa.

Se bajo del auto y entro muy rápido a la casa. Haley me miró y luego se bajó igual de rápido para ir tras ella.

Livvie iba a hacer lo mismo pero la tome por el brazo y la detuve.

-Livvie aquí nadie me podrá seguir engañando, aquí se esconde algo oscuro que implica a Katia y a Robin en conjunto a la palabra “violación”

-No me corresponde decirte. Es un tema delicado.

-Pero…

-Nada.

-Solo dime algo a lo mejor lo ves como si no está en el tema pero…

-Ya te di una hora. Lastimosamente esa se cancela, ahora es para después de la próxima semana. Hoy me voy a quedar con Katharina y mañana en la tarde tengo un vuelo para llevar a mi mamá y a mis hermanas a Venezuela. Vuelvo en una semana. Y cuando vuelva hablamos.

Vaya. Esta chica es mandona, calculadora y todo lo que quieras.

-Pero…—Intento decir algo pero me vuelve a interrumpir.

-Christian. Tal vez no nos conozcamos, pero yo conozco a Katia un poco más de lo que crees.

Volví a intentar decir algo pero ella aprovecho que me quedé en blanco y se bajó del auto y se fue a la casa.

La vi entrar y no me quedó de otra que bajarme y entrar también.

Ya adentro luego de un rato Katia se puso a ver una película de terror, las adora, Haley se sentó con ella, pero más terror había en el rostro de Haley que en la película. Solo estaba viendo la película por qué Katia se emocionó cuando dije que había comprado la película que ella quiso ir a ver en cines pero se enfermó.

Yo me había sentado en el mueble contemplando la cara de Haley cada vez que algo pasaba en la película. Por otro lado Livvie ya tenía mucho rato desde que había ido a la cocina. Como el curioso que soy fui a ver. Pero cuando ya me alejaba Haley me tomó por el brazo con una mira suplicante de: “No me dejes sola” yo por mi parte me solté con cuidado y me burle de ella, le molestó y termino por sacarme el dedo medio.

Seguí mi camino y entre a la cocina. Livvie estaba ahí en la cocina, estaba sacando hielo y poniéndolo sobre un trapo de la cocina, cerro el refrigerador y en lo que se estuvo enrollando ese trapo en la mano todo se le fue de la mano y el hielo quedó esparcido por toda la cocina. Se apoyo con la mano derecha en el mesón y se quejó sosteniéndose la mano derecha con la izquierda. Ya sospechaba yo que si le había dolido el puñetazo que le dio a Robin, la vi quejándose hace rato.

-Tienes un puño de acero—Le dije.

-¡Oh! Gracias—Dijo con sarcasmo girando los ojos.

-Te duele cierto.

-¿Cuánto hace que estás ahí?—me pregunto con incredulidad.

-Lo suficiente para ver lo desastrosa que eres.—le dije enarcando la ceja—No te muevas, el hielo se está derritiendo, no quiero más desgracias.

Ella me miró mal.

-Déjame ayudarte.

-No, gracias. Yo puedo, no tengo nada.

Se agachó y recogió todo el hielo y el trapo con la mano izquierda, yo aproveche el momento para sacar mi teléfono, le quite el forro y lo sostuve.

Eres un inmaduro.

Si, si ya, cállate.

Ella se levantó y me dio una mirada de: “¿en serio no te has ido?”

-¿Seguro que no te duele la mano?

-No me duele nada.

-Entonces atrápalo—le lancé el forro, y por la cara de horror vi que si se creyó que era el teléfono. Lo atrapó con las dos manos y el hielo se cayó haciendo desastre nuevamente.

-¡Ah!—se quejó de dolor por la mano y soltó el forro—¡Ah! ¡El teléfono!

Ella se dio cuenta de que era el forro y me dedico una mirada de: “ahora sí te moriste pendejo”

-No es que no te dolía la mano.

-Cállate.

-Déjame ayudarte.

Me acerqué, limpie el desastre del suelo, pero como la suerte no está de mi lado, al levantarme del suelo mi cabeza levantó el vestido Livvie, a lo que los dos quedamos sonrojados y quizás un poco alterados.

-¡No vi nada lo juro!

-Mierda.

-¡Lo juro!

Livvie explotó en una carcajada.

-Ya cálmate, no viste nada, ya.

Seguía muy sonrojado así que fui hasta el refrigerador y agarre más hielo y un trapo más limpio y se lo enrolle en la mano.

-¡Ah!—Soltó un quejido de dolor por qué la delicadeza y yo somos enemigos.

-Lo siento… ya casi está… Listo.

-Gracias.

-Te quedó un moretón en la mano por el puñetazo.

-Es que…—ella suspiró y trago saliva—No solo está así por el puñetazo… cuando me sostuvo la mano el muy imbécil la apretó muy fuerte. Y de ahí aumentaron las ganas del puñetazo.  Y también que... ya se empezaba a notar el moretón y le he pegado un golpe con el puño a la pared fingiendo rabia por lo de Robin, que no era tan falsa para que Katia no se diera cuenta, pero creo que no me ha creído.

-bueno pero este morado no es nada, comparado al que debe tener el. Hace unas semanas yo le di uno, y ahora es que se le estaba quitando porque con el tuyo volvió a aparecer. Sin duda ese será peor.

-¿Tu crees?

-¿Qué si creo? ¡JA! Es obvio.

Ella no contuvo la risa y yo tampoco. Pasamos alrededor de treinta minutos hablando y riendo de cualquier cosa. Luego me di cuenta de que el hielo se derritió, y por más que ella dijo que no, yo la convencí de ponerle más. No sé cuánto gritó de dolor por qué soy un monstruo rústico.

-Ah… mierda, señor delicadeza… ¡Ah Christian…!

-Ya cállate, deja de gritar sino las chicas se darán cuenta. Además, no me había dado cuenta de que también tenías un poco de sangre ¿Tan fuerte le diste a la pared? Por es no he puesto el trapo.

Me separé de ella y fui por alcohol.

-Aquí esta, el alcohol.

-Eso va arder. Y debo decirlo, no me había dado cuenta de la sangre, y yo ya estoy nerviosa, me da mucho nervio ver sangre. Me voy a morir. Estoy temblando, voy a morir, voy a morir desangrada.

-No, no, intentaré ser cuidadoso.

Olivia estaba respirando un poco agitado por su miedo a la sangre.

-¡Ah Christian! No, no, mejor no… me da miedo…

Le eche el alcohol y por un momento pensé que se iba a desmayar. Se sostuvo con la otra mano de mi hombro. Terminé de poner el trapo y me quede ahí así mismo en esa posición hasta que ella se calmara.

Así fue hasta que sentí una mirada atrás.

Volteé la cabeza y me encontré con la mirada de Haley. Esperen… yo conozco esa mirada ¡Estaba celosa!

Bravo, se dio cuenta.

Livvie volteo la mirada en la misma dirección que la mía y se dio cuenta de que Haley nos miraba. Ella me miró con el ceño fruncido y se fue.

-Mierda. Debió creer algo mas.

-¿Algo como que?

-Christian, no sé si te das cuenta pero he gritado tu nombre como veinte veces, acompañado de algunos quejidos y tú estabas frente a mi despalda a la puerta con las manos haciendo no se qué y yo con mi mano no herida en tu hombro ¿No crees que es algo para mal pensar?

-Oh… bueno, entonces si tendría razones para estar celosa…

-De manera estúpida, a mí me gusta…—ella cerró la boca de un golpe y se le tenso la mandíbula.

-¿Eh?

-Serás tonto. Que vayas tras ella.

Comprendí lo que me quería decir y fui tras Haley. Aunque estuvo a punto de decirme lo que quería saber, eso no se me va a olvidar, luego lo descubro. Ella subió las escaleras y estaba en la habitación donde dormimos juntos.

-Cualquier cosa ¡No soy culpable!

-Cállate.

-Hoy todos me callan—Sacudí la cabeza—Ese no es el punto ¿Qué pasa?

-Nada. No me pasa nada.

-Por si acaso, a ella le gusta alguien más, y a mi me gustas tú.

-Ajá. ¿Quieres que te crea? ¡Estaba gritando tu nombre, estaba agitada, y se sostenía con un mano a ti mientras tú le hacías no se qué!

-¡Le estaba curando la mano!—le grite— ¿Por qué los celos? ¿Crees que me metería con Olivia y la acabo de conocer?

Ella abrió los ojos de manera exagerada.

-¡Yo no estoy celosa!—dijo frunciendo el ceño—¿Por qué ha de estarlo? ¡Ni siquiera somos algo! Además ¡Yo los vi!

-¡Entonces es eso! ¡Y tu lo malinterpretaste!

-¿Qué es eso de que?

-Nada.

Ella me ignoró un buen rato y yo la contemple, enojada se ve tan linda. Quién me oyera con estas pendejadas, me oigo ridículo. Haley frunció el ceño y luego hizo como si se acordará de algo.

-Dijiste que alguien le gusta pero ¿Quién?

-Wao hasta enojada eres chismosa.
Ella me da un manotazo en el brazo.

-Es en serio.

-No me lo dijo, creo que no quiere que nadie lo sepa, por qué cuando lo iba a decir cerró la boca y se tenso luego me dedico una sonrisa y me dijo que viniera por ti.

Haley miró hacia abajo como si pensara.

-¿Quién crees que es?—Le pregunté.

-¿Eh? ¡Ah! Nadie. Solo es una sospecha, tampoco es que sea verdad.

-Quizás sospechamos de la misma persona. Yo tengo mis sospechas sobre alguien.

-Yo creo que es…—La palabra quedó en el aire por qué al momento de que ella dijera quien, entro Katia.

-¿Interrumpo?

-No.—se adelantó a decir Haley.

-Bueno. Solo quería saber si se van a quedar. Voy a cocinar y necesito saber cuántas tortitas voy a hacer.

-Si, nos vamos a quedar. Aquí mismo.

-Ok. Entonces son catorce. Bueno, ustedes aquí, Livvie junto a mi cuarto. Estamos bien. Livvie va a cocinar conmigo la voy a enseñar a hacer mis tortitas—Dijo Katia con una sonrisa de oreja a oreja.

-Que bien.

Ella salió del cuarto, pero luego entro de nuevo.

-Chris…

-¿Mmh?
-¿Qué le pasó a Livvie? O sea, en la mano.

-Ah se golpeó.

-Mmh… Ok, voy a cocinar.

Katia salió, y me giré hacia Haley, que me miraba con los ojos entrecerrados.

-¿Qué?
-¿Qué le pasó de verdad? Me dijiste que lo malinterprete y que le estabas curando la mano.

-Ah nada.

-¿Quieres dormir en el suelo?

-No.

-Entonces habla.

-Sí jefa, ella…

-¿Ella que?

-Ella le dio un puñetazo a Robin en la cara. Y ella intento darle una bofetada pero el le sostuvo la mano y el se la apretó. Le dio muy fuerte el puñetazo y se raspo un poco los nudillos.

Haley suspiró y se puso las dos manos en la cara. Bueno ¿Ahora yo que tengo que hacer? Solo me acerque a ella poco a poco hasta que sin querer de tanto arrimarme ella se cayo y como se sostuvo de mi brazo me fui con ella al suelo. Nos reímos como dos idiotas y luego nos levantamos.

Mucho rato después. Bajamos a la sala, aún no había nadie, fuimos a la sala y no había nadie, fuimos a la cocina y vimos a Livvie haciendo las tortitas mientras se reía, y Katia estaba sentada en el mesón, riendo con más fuerza. Tenían la cocina patas arriba. Había harina por todos lados. Livvie tenía un delantal sobre su vestido rosado, pero tanto el delantal y el vestido como el cabello estaban blancos por la harina, Katia tenía en los zapatos y un poco en el cabello.

No quería arruinar la escena, y aunque no fui yo quien la arruinó, ellas se dieron cuenta de que estábamos ahí. Haley estornudó por el montón de harina.

-¿Qué diablos paso aquí?—Pregunte aún con mi sonrisa.

Ellas nos miraron y estallaron en una carcajada.

-Bueno.

Se calmaron y Katia Hablo.

-Hicimos una estupidez ya sé.

-¿Podrías explicar la estupidez?—Le dijo Haley.
-Le dije a Livvie que viéramos quien se llenaba más de harina si explotábamos el paquete con el maso—Dijo Katia aguantando la risa—Y la que tuviera más harina cocinaba, ya saben quién ganó.

La miramos como si lo que fuese dicho fuese la cosa más estúpida que haya dicho en su vida. No acercamos más a ellas.

-Se que después hay que limpiar pero eso también será divertido—Dijo Livvie—Pero… ¡Ah!

-¡¿Qué Carajo…?!

Gritamos todos al instante por el sonido de algo explotando, de repente todo quedó en blanco. ¿Qué que estaba pasando? Katharina Explotó otro paquete de harina. ¡SI MIS AMIGOS! ERAMOS MONSTRUOS BLANCOS.

Todos estallamos en unas carcajadas poderosas. Hasta que vi a Livvie que creía que nadie la veía—excepto yo—Se estaba quejando por la mano. Aproveche la ceguera de las otras dos locas y me acerqué a ella. Ella me hizo seña de que me quedar tranquilo.

-Chicos…

-¿Qué?

-No les huele como…

-¡Ah Mierda! ¡Las tortitas!

Otra ronda de carcajadas.

Mucho tiempo después comimos en el patio y subimos a bañarnos.

Salí del cuarto y fui al patio trasero por qué ahí estaban las chicas. Llevaba puesto unos pantalones de lana color gris y una camisa negra, sin nada en los pies.

Las luces de los faroles de la piscina estaban encendidas. Las chicas estaban sentadas en la orilla de la piscina. Pero faltaba Katia. Livvie tenía puesto unos shorts azules con una camiseta de tirantes azul también, un conjunto de pijama, Haley tenía uno igual, shorts y camiseta de tirantes solo que el de ella era verde.

-Chicas. La noche está estrellada—Dije para llamar su atención.

-Sip. Esta tan…—Livvie intento decir algo pero fue interrumpida por la loca de Katia que salió corriendo desde adentro y se lanzó a la piscina. Ella llevaba un conjunto igual al de las chicas, pero el de ella era rosado. Fijándome bien, parecían las chicas súper poderosas. Katia es blanca con el cabello pelirrojo y su pijama es rosada, sería Bombón. Livvie es blanca con el cabello rubio y su pijama es azul cielo, sería burbuja. Y Haley, es blanca con el cabello Negro y mechones en marrón, su pijama es verde, sería bellota. Que locura.

-¿Estás loca? ¡Te vas a resfriar!—Le grito Livvie a Katia.

-Al menos no sola.

-¿Eh?—Dijo Haley, pero antes de que pudiera hacer algo Katia la tomó por los brazos y la tiro al agua.

-¡Me acabo de bañar!

-Katia, yo Livvie, me acabo de… ¡Ah!—Muy tarde, Katia la arrojó al agua también.

-Bueno no se resfriaran solas—Dije y me lance al agua.

Luego nos reímos como los locos que somos.

Y nos reímos de muchas cosas.
.
.
.
.
.
.

Holiii

Pero- !Haley! ¿como puedes pensar eso de Christian?

Ay... me he divertido escribiendo esto.

¿Que piensan de Livvie?
La chica del puño de Acero.

Denme sus bellas opiniones aquí.

Amor y sangre ||Borrador||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora