Leo's POV
- Porque yo también soy hincha... Yo también quería una foto con la Tiane.
Me rasqué la nuca, la verdad es que me había dado vergüenza admitirlo. Ahí habían puras niñitas, casi puras pendejas de 15, yo ya estaba grandecito como para andar pidiendo autógrafos.
Ella me miró con cara de que tenía muchas preguntas, pero lamentablemente iba a tener que dejarlas para después porque tiempo no había.
- Ven, vámonos - la tomé por el brazo y la hice retroceder hasta que mis dedos contactaron con el borde áspero de la reja cortada.
La empujé con la mano para abrir el espacio un poco más, así sería más fácil salir sin lastimarnos. Sin lastimarla a ella.
La reja era más bien una malla de rejilla que se enrollaba a medida que mi brazo la empujaba. Apenas logré hacer una abertura de, no sé, 20 centímetros, cuando el policía ya iba a tres personas de distancia.
Ella se soltó de mi agarre para empezar a buscar su carnet en su carterita, nerviosa. Ya se había entregado, estaba demasiado asustada como para huir.
A mí me daba más miedo el profe Quinteros.
- ¡Dale flaca, corre! - susurré en su oído.
En un movimiento rápido, la agarré del brazo y tiré de ella a través de la abertura. Intentó separarse de mí, pero no podíamos dejar de correr. Estaba dispuesto a arrastrarla si era necesario.
- ¡Corre, dale! - le grité bajando el ritmo para que quedara por delante de mí, así no se me iba a perder.
- ¿Para adónde? - se giró un segundo, sin dejar de correr.
- ¡Pa adelante, flaca! - insistí.
Las weas que pregunta.
Me apuré un poco más, ya habíamos llegado a la esquina por dónde salía el resto de la gente y los guardias se habían perdido. Habíamos escapado pero ahora faltaba la segunda parte, de alguna forma tenía que entrar a los camarines del Colo. Y no me estaba gustando esto de meterme a la mala.
- Flaca, flaca, espera - la llamé para alcanzarla - hay que doblar acá.
La tomé de la mano para que no se me perdiera entre la gente. Mis compañeros ya se estaban bajando del bus, le hice señas de lejos a Solari para que me viera.
Me mostró la camiseta que llevaba escondida bajo el brazo y me hizo saber que la iba a dejar piola debajo de una rueda del bus.
Cuando los chicos casi terminaban de entrar supe que era el momento de camuflarme entre ellos. Llevé a la mina hasta el bus y me saqué la polera para cambiarme. Estaba sacudiendo la camiseta que el Pibe había dejado en el piso cuando caí en cuenta de que algo iba a tener que hacer con esta chica, no podía meterla a la cancha conmigo.
La tomé por los hombros para que me mirara a los ojos.
- Flaca, escucha - intenté ser amable - te vas a quedar un rato aquí y... y me esperas nomás, nadie te va a molestar. Yo tengo que ir a hacer algo pero cuando vuelva te prometo que te voy a dejar a tu casa.
Ella se quedó un momento callada. Sostuvo mi mirada como si no supiera qué más hacer. Después entró en pánico.
- ¿Qué? - comenzó a hablar a mil por hora - no, mi hermano debe estar vuelto loco buscándome, mis papás me dijeron que no me separara de él, que me daban permiso con esa condición. ¿Tú sabes si puedo tomar colectivo por acá? Él prometió que me iba a ir a dejar a la casa porque después se tenía que quedar al partido del Colo y...
¿O sea que su hermano se iba a quedar a ver el partido?
Eso mejoraba las cosas. La podía dejar en el bus hasta que terminara, luego la venía a buscar y la acompañaba hasta que encontrara a su hermano. Así de fácil.
- Hey, flaquita - le acaricié la mejilla, quería calmarla un poco - flaquita yo juego acá, yo soy del equipo de tu hermano. No puedo dejar que te vayas sola, es peligroso, está oscuro... Hagamos una cosa, espérame acá en el bus, tranquilita, y te prometo que terminando el partido te vengo a buscar y te acompaño a buscar a tu hermano. No te va a pasar nada.
Ella era una cabra chica todavía, se le notaba en la carita, en su falta de decisión. Me miraba como buscando que le dijera qué hacer.
Me acobardé yo también. No me gusta ver a una mujer asustada, eso me pone nervioso.
En un último intento por darle tranquilidad, tomé sus manos.
"No te va a pasar nada" sonaba muy en el aire, como esas palabras de buena educación que nunca son verdad. Yo me la iba a jugar por ella, me iba a hacer cargo de que llegara bien a su casa como me había enseñado mi mamá de pequeño.
Esto era algo personal.
- No voy a dejar que te pase nada, te lo juro.
Ella se quedó helada, lo sentí en sus manos. Pero al menos asintió.
- ¿Pero qué hago si alguien me encuentra, si me preguntan qué hago aquí? - me preguntó.
Miré a todos lados buscando una excusa, pero solo me encontré con Solari afuera de los camarines haciéndome señas para que me apurara. Agarré la camiseta y terminé de vestirme.
- Di que... - respondí mientras la empujaba adentro del bus - Di que eres invitada de Pablo Solari y que él te dijo que esperaras adentro. Pero nadie viene nunca a los buses hasta que terminamos. Adentro hay plátanos y cosas pa comer, también hay agua. No se te ocurra tomarte una powerade porque ya estai demasiado nerviosa. Voy a estar viniendo a verte, vos tranquila.
La dejé sentadita en uno de los últimos asientos. Estaba tan nerviosa que se abrochó el cinturón de seguridad, sus manos temblaron cuando lo hizo.
- Gracias - susurró con la voz rota.
- De qué - respondí como si esto fuera lo más normal del mundo. Qué idiota - deséame suerte.
"Leo sos un imbécil", me dije, "la piba tiene un susto de la concha de la lora y vos le tirás una broma así bien canchero, ¿eh?".
Bueno, por lo menos si la pillan, la culpa es de Solari.
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Que es fresco nuestro Leito, echó al agua a Solari en vez de dar su nombre.
En todo caso, el Colorado es un caballero. Me encantaron sus declaraciones después del superclásico, hizo el tremendo partido.
¡Es un príncipe soñado! Imagina tenerlo al frente tuyo, sin polera, prometiéndote que te va a cuidar... Me desmayo ahí mismo.
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De la misma hinchada (Leonardo Gil)
FanfictionEsta wea no tiene ni portada, pero la historia es buena, se los prometo. La Rous va su primer arengazo con el sueño de conocer a Christiane Endler. Su hermano, a cambio, la lleva a un partido del Colo... Y como en todo fic, las cosas se salen de con...