~ Flashback ~
- Que no se te olvide que te quiero mucho, ¿vale? - me abrazó - aunque no sea de la forma que tú esperas.
Luego le pegó una mirada a Falcón y él me rodeó por los hombros.
- Tranquilo, yo me quedo con ella - respondió.
Nos quedamos mirando como Gil volvía con el resto del plantel, donde lo esperaba Quinteros y unas maletas. No fue necesario preguntar el motivo.
Suspiré. Habían sido tantas emociones de una que me sentía media mareada, no quería pelear más.
- ¿Todo bien, pequeño Pony? - Falcón me rodeó con su brazo, haciéndome reir.
- ¿Pequeño Pony? - le sonreí - ¿qué es eso?
Él se encogió de hombros, en verdad lo hacía para puro molestar.
- Vamos, te acompaño hasta la salida - indicó con la cabeza, haciendo que todo su afro se sacudiera.
- No, no es necesario - quité su brazo para liberarme - ya me iba, gracias.
Necesitaba estar sola un rato. Mientras caminaba hacia la salida pasé por afuera de las instalaciones del cuerpo técnico, el comedor, las oficinas... Y en el último escalón me encontré a Solari.
Escondía la cara entre las manos como si no quisiera ser visto. Antes de que pudiera hablarle me vio en el reflejo de la ventana, se puso de pie, y se obligó a sonreir para saludarme. Todavía se notaban sus lágrimas.
- ¡Hey, mi Rous! - me saludó con los brazos abiertos - ¿qué tal? ¿cómo andás?
Me abrazó y yo lo sentí distinto. A mí nadie me saca de la cabeza de que el Pibe sigue siendo un cabro chico. Muy canchero y lo que quieras, pero por dentro estaba igual de roto que yo.
- Vengo de hablar con Leito, él no... - mi voz se quebró y no pude seguir hablando.
Ahora era yo la que escondía la cara en su hombro. Él me abrazó con fuerza pero tampoco estaba entero, podía oír cómo tragaba saliva para no ponerse a llorar. De un momento a otro, me tomó por los brazos para que lo mirara a la cara.
- Hey, no, no llores más. Leito está medio enojado todavía porque, vos sabés, igual debe estar re flasheando cosas. Pero va a estar todo bien, te lo juro. Te lo juro por Dieguito Maradona.
Yo lo miré con los ojos llenos de lágrimas como diciendo "¿qué wea te fumaste, Pibe?".
- Es que parece que se va a ir, y yo no quiero que se vaya - lloré como si tuviera cinco años - no quiero que se vaya y siga enojado conmigo, las cosas no pueden terminar así. Le acepto... Le acepto que tenga otra mina, entiendo que no pueda estar conmigo porque tiene otra relación de antes pero... Mi Leito, no nos podemos separar en mala...
Desde ahí ya no pude seguir. Me convertí en un huracán de lágrimas, mocos y respiración entrecortada.
Solari, que había estado todo el rato sonriendo y tratando de darse ánimo para parecer alegre, de pronto se puso absolutamente serio. Me tomó por las muñecas para obligarme a concentrarme en sus ojos.
- Yo también tengo miedo de que mi amigo se vaya pero... ¿Sabés qué, Rous? Pase lo que pase yo te voy a cuidar.
Me eché para atrás, ¿a qué venía eso?
- Sí - se convenció a sí mismo también - si el Leito se va, yo voy a estar ahí. Te voy a cuidar, te voy a abrazar todos los días hasta que ya no estés triste. Sé que no soy pelirrojo, pero te juro que no te vas a sentir sola nunca más... Porque tenés a este pibe, a este soldadito de plomo que daría lo que fuera por vos.
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De la misma hinchada (Leonardo Gil)
FanficEsta wea no tiene ni portada, pero la historia es buena, se los prometo. La Rous va su primer arengazo con el sueño de conocer a Christiane Endler. Su hermano, a cambio, la lleva a un partido del Colo... Y como en todo fic, las cosas se salen de con...