De la misma hinchada (Leonardo Gil)

Capítulo 29: Derecho a decidir

Es cuático cuando terminas una relación y tenían amigos en común, como que quieres cortar todo con él pero hay algo que siempre los va a unir, y esa wea es súper penca.

Nuestro grupo se separó. Es como si hubiesen pasado años desde la última vez que lo pasamos bien con Gil, Solari, Falcón, Lucero y Amor. A veces pienso que me lo estoy imaginando y, en realidad, esas risas no existieron nunca.

Todavía no entiendo bien cómo manejar esta wea. No quiero juntarme con ellos porque sé que van a andar con el Pibe, pero también los echo de menos... Falcón me escribe a veces, pero me dice que es mejor que mantengamos la distancia por un tiempo porque quedó la cagá en el camarín. Nadie habla con nadie. 

¿Cómo es posible que una mina de 18 años pueda destruir a un equipo de fútbol?

Los días en mi casa igual han estado fomes. Ya no me gusta el fútbol, las vacaciones de invierno están por terminar y yo paso el día encerrada viendo tele. Últimamente ni siquiera eso, en las noticias no han dejado de hablar de Colo Colo, fichajes y demás, así que solo cambio de canal y trato de que no me importe.

...

Desperté porque sonó una notificación en mi celular. Había pasado tanto tiempo aislada del mundo que ya había olvidado ponerlo en silencio, desde hace semanas que no hablaba con nadie.

Entrecerré los ojos para acostumbrarme a la luz de la pantalla, donde se leía:

15 de Julio del 2022.

Nuevo mensaje de: Solari.

Hola Rous, espero qué estés bien.

Sé que no has hablado mucho con los chicos y que no querés saber nada de mí.

Es solo que... 

Deberías tener el derecho a decidir si quieres despedirte.

Yo creo que a él le gustaría... Por favor, ven.

Me puse de pie de un salto y todo el cansancio se disipó.

No, mierda... Entonces de eso hablaban las noticias anoche. Mi Leito Gil se va de Colo Colo, yo... Tengo que despedirme antes de que se vaya.

Daba vueltas por la habitación, estaba tan nerviosa que no podía pensar con claridad. Se me perdió un zapato, después me lo puse al revés, no podía encontrar mi tarjeta BIP para viajar a Santiago... Un desastre total.

Eran las 8 de la mañana. Si lograba tomar el bus altiro podría estar en el Monumental antes de las 12.

El viaje se me hizo eterno. El chofer iba a 90 kilómetros por hora y yo me sentía capaz de correr más rápido con tal de llegar a tiempo. Recién ahí me di cuenta de que no le había respondido a Solari.

Voy en camino.

Dile que me espere, por favor.

Retenlo hasta que yo llegue.

Me lo lloré todo. Sentía que el corazón se me iba a salir y que me iba a tener que arrastrar hasta el Monumental porque ya no me quedaban fuerzas.

Mi Leito, mi colorín... Yo sé que terminamos mal y que ya ni siquiera hablamos, pero me regalaste la historia de amor más hermosa que podría pedir. Solo quiero decirte que te quiero una vez más.

Pero los guardias conchesumadres me detuvieron en la puerta.

- El acceso es solo para personal autorizado. Si no tiene tarjeta de staff, no le puedo permitir entrar - decían.