Me dio un beso en la mejilla y se quedó en la puerta esperando a que me subiera a la bicicleta. Leito no tenía permiso para salir del estadio pero aun así estaba preocupado de cuidarme aunque fuera a distancia. Doblé la camiseta del Santi y la puse en mi canastito antes de pedalear a toda velocidad.
Llegué a mi casa y entré por la puerta de la cocina, que estaba cerca del estacionamiento. Dejé la bicicleta tirada y corrí hasta el living donde el Santi estaba haciendo la hora antes de irse al terminal.
- Ay, qué bueno que llegaste Rous - me saludó mi mamá - estábamos esperando el pancito para hacerle la colación al Santi.
Chucha, el pan.
Me quedé helada. No sé qué cara habré puesto pero mi mamá volvió a preguntar:
- ¿Lo trajiste, cierto?
- Sí mamita, obvio - respondí sin pensar.
Ahora se me tenía que ocurrir una solución. ¿De dónde chucha iba a sacar pan fresco un día domingo a las 2 de la tarde?
- ¿Santi? - lo llamé - ¿me puedes acompañar a la cocina un poquito? Yo te voy a hacer los pancitos para el camino.
- ¿En serio, mi amor? - se metió mi mamá - ay, más linda mi Rous que se preocupa de su hermano. A ver, vengan los dos amores de mi vida para que la mamá les dé un besito.
El Santi se acercó para unirse en nuestro abrazo y la mamá nos llenó de besos toda la cara.
- ¿Vamos Santi? - dije para salir de ahí.
- Pucha, es que siempre me los hace la mamá con esa pastita de pollo que le queda exquisita, ¿mami, por qué no usted...?
- Santi, vamos - lo interrumpí antes de que la cagara más.
- Vaya, mi amor - colaboró mi mamá - no rechace el cariño de su hermana, que se levantó tan temprano para traerle pancito fresco.
- Gracias mamita - le sonreí antes de agarrar al Santi de un ala y arrastrarlo a la cocina - permiso.
Cerré la puerta y lo llevé hasta el patio.
- ¿Oye y mi pan? - reclamó cuando se dio cuenta de que yo no iba a cocinarle nada.
- Cállate y escúchame - me fui un poquito en volá, pero me estaba colmando la paciencia - mira lo que te traje.
Fui hasta mi bicicleta y con un gesto teatral sostuve la camiseta en el aire.
- No... - el Santi puso una cara de asombro impagable, no se atrevía ni siquiera a tocar la prenda - ¿es de verdad?
- Sí, mira - tomé su mano y la pasé por encima de la tela para que viera que las marcas de plumón eran auténticas, del puño y letra de Leonardo Gil.
- ¿Pero cómo? ¿de dónde la sacaste?
A estas alturas ya había perdido la cuenta de cuántas mentiras había tenido que inventar en solo una mañana. Pero una más no hacía gran diferencia.
- Me la gané en una rifa - fue lo primero que se me ocurrió.
- Ya, pero ahí dice "Santiago" - insistió.
Me pillaron po.
- Oye lo importante es que la wea existe, está firmada y te la regalé yo. "Gracias", se dice.
Esa explicación fue suficiente para él, me envolvió en un abrazo y me levantó como cuando éramos chicos.
- Gracias hermanita linda hermosa preciosa - me sonrió con una carita de felicidad que me hizo muy feliz a mí también.
- Te vai a tener que aguantar el hambre eso sí - le advertí - porque por eso no pude ir a comprar pan.
- No importa - se encogió de hombros, sin perder de vista el autógrafo de Gil - si la miro y se me pasa.
- Ya - suspiré, ahora un poco más aliviada - ahora anda y dile a la mamá que yo te hice unos pancitos con huevo súper ricos y que ya lo guardaste en tu mochila, ¿estamos?
Él asintió sin mirarme, solo tenía ojos para su camiseta.
- A veces pienso que tú eres la hermana mayor - susurró y se dio la vuelta hacia el living, murmurando algo de que él a lo más se había ganado una plancha en una rifa.
Yo una vez me gané una juguera. Es lo más cerca que he estado de ganarme la camiseta de Leo Gil. Pero una mentirita para hacerlo feliz no hace daño, ¿verdad?
Leonardo Gil's POV
La miré alejarse en su bicicleta mientras apretaba los puños. Esta vez me había pasado de la raya.
Yo no podía andar coqueteando minas así como así, de hecho siempre trataba de evitarlas para no tener problemas porque sé que son complicás po. Después salen fotos y puede quedar la media escoba. No, yo no me presto para eso.
Me llevé las manos al rostro, odiándome por las estupideces que había dicho momentos antes.
- Tiinis in nimbri priciisi - repetía las weas que ahora me daban vergüenza ajena - ni dibiriis pirmitir qui nidii ti quiti ti nimbri. ¡Aweonao!
Le di un golpe a la pared de pura frustración.
Es que weon, ¿en qué estaba pensando? Es una cabra chica que recién conocí anoche, no sé por qué me hace decir esas cosas, no sé por qué me siento extraño con ella.
Seguí repasando la conversación en mi cabeza. Le había dicho careraja que me invitara para su cumpleaños. ¿Y si ella lo hacía de verdad, weon? ¿Dónde me iba a meter?
"No, si yo lo dije como chiste nomás", me intentaba conocer a mí mismo, "no creo que la mina sea tan pava como pa tomárselo literal".
Pero lo peor es que, en el fondo, yo sí quería que lo hiciera. Tenía ganas de volver a verla y no sé por qué chucha.
Le di otro golpe a la pared, pero esta vez no estaba solo.
- Oiga compadre - Lucero me pasó el brazo por los hombros - ¿y usted a qué está jugando con esa minita?
⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆
(Me siento totalmente identificada con lo del pan hfksjd ¿y ustedes?)
Fuertes declaraciones.
¿Qué dicen? ¿La Rous va a invitar a Gil? Y lo más importante, ¿creen que él de verdad vaya?
Es momento de armar teorías *chan chan* ¡Las leo!
Ya po mi gente, quiero esto lleno de comentarios bonitos :( ¿o está muy fome?
Aprovecho de invitarlas a conocer mi nuevo fic con Dybala 😍 para que vayan a darle mucho amor.
¡Nuevo cap mañana!
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De la misma hinchada (Leonardo Gil)
FanfictionEsta wea no tiene ni portada, pero la historia es buena, se los prometo. La Rous va su primer arengazo con el sueño de conocer a Christiane Endler. Su hermano, a cambio, la lleva a un partido del Colo... Y como en todo fic, las cosas se salen de con...