Capítulo 15: Feliz cumpleaños

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Leo Gil's POV

La esperé nervioso debajo de un árbol en la placita donde habíamos acordado. Miraba a todas partes súper perseguido porque me daba miedo que alguien me descubriera.

Alguien me tocó por la espalda haciendo que me sobresaltara.

- ¡Ah! - grité.

- Perdona, no quería asustarte - dijo una voz de chica - ¿estás bien?

- Rous, Rosario - suspiré aliviado - sí sí, tranquila, te estaba esperando, ¿cómo estás?

Ella sonrió. Se había peinado el cabello diferente, lo llevaba suelto, peinado hacia un lado con unas orquillas de colores. Llevaba puesta una polerita veraniega de tirantes y un short de mezclilla celeste. Lo recuerdo porque se veía muy distinta al tipo de chicas que nos esperan afuera de los partidos.

- Gracias por venir - volvió a sonreir haciendo que se iluminara mi mundo - ¿quieres hacer algo? ¿si quieres podemos ir a tomar un helado o...?

Estaba a punto de decirle que sí cuando se cruzó una camioneta negra delante de nosotros, algo me hizo sospechar.

- ¿Por qué no nos quedamos aquí? - le dije - está súper rico el día, así podemos conversar tranquilos.

- Dale - se sentó con las piernas cruzadas en el pasto y yo me acomodé junto a ella.

Comenzamos hablando de cosas triviales: el clima, los chicos, su familia y la mía. Yo estaba nervioso como si tuviera 15 años y estuviera conociendo a mi novia por primera vez, era ella quien dirigía la conversación.

Cuando le conté de mi familia, me pidió permiso para preguntar algo más personal.

- Hay algo que no entiendo - me dijo - si eres chileno, ¿por qué hablas como argentino?

Tenía una carita de confusión adorable.

- Ahora que lo pienso - me reí - creo que es algo que nunca me han preguntado. Pasa que yo nací en Rio Gallegos, Argentina, pero mi abuelita nació acá así que me pude nacionalizar después.

- ¿Entonces tú elegiste ser chileno? - preguntó y yo asentí - ¿por qué?

Tomé aire. Esta pregunta me estaba llegando un poco al corazón, eran más que temas administrativos. Me acerqué un poco más a ella, como si le estuviera contando un secreto.

- No le digas a nadie - sonreí - pero los argentinos son muy pecho frío. Mejor ni te cuento cómo son Messi y compañía... Si voy a querer algo o a alguien, que sea de verdad.

Sus ojitos se iluminaron con mi respuesta. A continuación me dio vergüenza y tuve que bajar la mirada para que no se diera cuenta de que me estaba poniendo rojo. El "colorín colorado", me decían en el plantel.

- ¿Y has jugado por la selección chilena alguna vez? - se entusiasmó.

Miré hacia el cielo, la luz del sol se colaba entre las hojas del árbol sobre nosotros.

- No - confesé - pero me gustaría mucho.

Ese era un tema sensible para mí. Por mucho que lo intentara y diera lo mejor de mí, Lasarte nunca me llamaba. El capi, Gabriel Suazo, intentaba animarme diciendo que mientras tuviera a Vidal o a Aránguiz era difícil que buscaran a un nuevo volante.

- ¿Sabes? - Rosario adivinó mis pensamientos - yo creo que Lasarte es un tonto si no te ha citado.

- Pero si ni siquiera me has visto jugar - me reí, ella era tan buena que buscaba cualquier forma de ser amable.

- Pero mi hermano siempre dice que eres el mejor de Colo Colo, hasta tiene una foto tuya pegada en su pieza y todo. A veces pienso que te quiere más a ti que a mí.

De la misma hinchada (Leonardo Gil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora