Matteo cerró la puerta cuando yo pase, me guio a la cocina, la cual era mucho más linda sin toda la gente y el alcohol que había en la fiesta, y me senté en una silla que me ofreció para calmarme un poco.
Matteo solo me abrasaba de lado y me daba palmaditas en la espalda para intentar calmarme, y después de un rato cuando ya no estaba llorando tanto empezó a a hablar.
— ¿Que paso?
— Billie y yo... — No pude continuar porque las lagrimas volvieron a salir. Matteo volvió a abrasarme y espero a que me calmara para continuar. — Billie y yo peleamos... ella a estado estresada por... una cosa que esta haciendo y todos estos días me a estado ignorando, ya no me habla, esta de malas, y la entiendo, no es fácil, pero... exploto. Y yo también lo hice, o al menos le dije todo lo que tenía guardado. Me dijo que sería mejor que me fuera, y eso hice, pero no se si fue la menor decisión posible.
— Yo... lo siento mucho Kate, pero tranquila, solo fue una pelea.
— Lo se... pero, siento que fue mucho más, no la quiero perder, y me preocupa lo que le pueda pasar si sigue así, no la esta pasando bien.
— Lo imagino, pero... ¿No has pensado en ti? ¿En como la estas pasando tu?
Después de esas palabras no supe que decir. Sabía la respuesta, yo tampoco lo estaba pasando bien, me importaba Billie, y sabía que no estaba bien emocionalmente, y con todo el estrés por el nuevo álbum estaba aún peor, y pensé que si yo estaba con ella las cosas mejorarían, pero en algunos momentos sentía que solo lo estaba empeorando.
Yo tampoco la estaba pasando bien, eso era seguro, pero sabía que Billie lo estaba pasando aún peor.
— Pues, no al estoy pasando bien eso es obvio, pero... ella lo esta pasando peor.
— Kate, como tu amigo tengo que decirte que existen más personas a demás de Billie, también puedes pensar en lo que es mejor para ti.
— Si, lo se. — Nos quedamos en silencio después de eso hasta que le pregunté algo.
— ¿Que debo de hacer?
— ¿Hacer con que?
— Con Billie. No se si le tengo que pedir disculpas ni como hacerlo, no se si es muy pronto para hacerlo... solo no se que hacer.
— ¿Ya comiste?
— ¿Que?
— Si no has comida¿o nada, podemos comer y después podemos pensar en que hacer con Billie, ¿Te parece?
— Si... esta bien.
Después de eso ordenamos sushi y vimos Harry Potter mientras comíamos. Platicamos un poco más sobre nosotros y descubrimos que teníamos muchos gustos en común. Al final de todo tal vez podíamos ser buenos amigos.
— Ahora si... ¿que voy a hacer?
— Primero que nada, ¿Tu eres la que se tiene que disculpar?
— Pues supongo... ella fue la que me dijo que me fuera y eso hice, pero no se de quien fue la culpa.
— ¿Y si esperas unos días a ver si ella se disculpa primero?
— No se si lo valla a hacer, ¿y si no lo hace?
— Si no lo hace vienes y planeamos que hacer.
— Si... bueno, entonces... ¿Me voy?
— Si quieres, o puedes quedarte a hacer una maratón de Harry Potter, como tu gustes.
— Prefiero quedarme a ver Harry Potter que solo ir a pensar más en todo lo que pasó, así que por esta vez me quedo.
Después de ver las películas, Matteo se ofreció a llevarme a casa ya que el iba a a ver a Finneas hoy, así que subimos mi bicicleta a la cajuela y fuimos hacia mi casa.
— Me la pase muy bien hoy Kate, deberíamos hacer esto más seguido.
— Si, opino lo mismo. Bueno, gracias por escuchar a mi corazón roto y distraerme un rato, y gracias por traerme.
— No hay de que. Te ayudo a bajar la bicicleta en lo que Finneas viene.
— OK.
Bajamos de la camioneta y fuimos por mi bicicleta, la fui a dejar atrás de la casa y cuando llegue Finneas ya había llegado. Verlo me puso algo nerviosa, pero intenté calmarme y fui a despedirme de Matteo.
— Hola Finneas, yo ya me voy solo me iba a despedir de Matteo.
— Si... espera, ¿Podemos hablar un momento?
— Eh... si.
Matteo nos dejo para hablar a solas., cuando se fue, no pude resistir más y me explique con Finneas.
— En serio perdón, se suponía que no tenia que dejarla sola y solo me fui y ella me dijo que me fuera pero yo no debí de irme, no así, y después cuando voltee ella ya no estaba y yo no se que hacer y no se si me sigue queriendo porque en verdad yo la quiero muchísimo, no pienses que no la quiero yo en verdad lo hago y no quiero lastimarla y ahora me siento horrible porque tal vez ya no me quiere y yo quiero estar con ella porque la amo y no podría estar sin ella, en verdad yo la amo... yo... yo la amo. No quiero perderla Finneas.
BILLIE
Finneas me dijo que iba a salir un rato con Matteo, le dije que estaba bien y que no tenía que preocuparse por mi. Primero no quería ir por lo que había pasado con Kate, pero después de decirle mil veces que iba a estar bien, salió para ir con el.
Estaba subiendo hacia mi habitación cuando un teléfono empezó a sonar. Pensé que era el mio, pero cuando vi que no lo era, me di cuenta de que el ruido provenía del cuarto de Finneas. Lo había dejado sobre la cama, otra vez. Tomé el teléfono y salí rápidamente para ver si todavía lo podía alcanzar.
Cerré la puerta de la casa con cuidado y al darme vuelta encontré a Matteo dentro del auto, pero Finneas no estaba con el. Escuche unas voces provenientes de atrás de la camioneta, así que con cuidado de no hacer ruido pasé a lado de la camioneta para saber quienes eran los que estaban hablando.
Cuando llegue me quedé paralizada.
Lo primero que mis ojos encontraron fue a Finneas hablando con una chica. Pero no cualquier chica, Kate. Ella estaba de espaldas así que no me había visto, pero Finneas si. Solo alcancé a escuchar lo último que decía Kate.
— No pienses que no la quiero yo en verdad lo hago y no quiero lastimarla y ahora me siento horrible porque tal vez ya no me quiere y yo quiero estar con ella porque la amo y no podría estar sin ella, en verdad yo la amo... yo... yo la amo. No quiero perderla Finneas.
Todo quedó en silencio. Mi corazón empezó a latir a mil por hora. Si nadie decía nada Kate se iba a dar cuenta que estaba ahí por oír los latidos de mi corazón.
"Yo la amo" Eso era lo que Kate había dicho. Me amaba. Ella me amaba.
Y yo la amaba a ella.
— Yo también te amo.
Mis ojos se llenaron de lagrimas al ver que Kate había estado llorando todo este tiempo.
Su cara de sorpresa y tristeza me rompió el corazón.
Pero aún así con los ojos y la nariz roja, se veía hermosa.
Era un angel bajado del cielo, y era mi novia.
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Un amor poco común
Genç KurguDespués del divorcio de sus padres y la muerte de su mejor amigo, la vida de Kate no ha sido la misma. Harta de su pobre vida social, un día decide ir a la fiesta del hijo mayor de la familia O' Connell, sin saber que ese día va a cambiar su vida p...