La sultana Mahidevran se encontraba en sus aposentos, estaba abatida con todos los asuntos que tenía que atender del harén de su amado hijo.
- quiero que vallas con las costurera, y que encarges unos hermosos vestidos para las criadas, quiero hacer una fiesta muy pronto. - de sólo imaginar ese día sonrió a la sultana siempre le han encandato las fiestas. - quiero que todas estén hermosas.
- claro que sí mi sultana. - hizo reverencia y se marchó.
Volvió a concentrarse en los asuntos del harén amaba hacer ya que así no pensaba tanto, después regresar a manisa con su hijo a estado muy feliz.
Claro, está disfrutado estar lejos de aquel palacio lleno de intrigas, que sólo fue testigo de su dolor.
Estar lejos de ese maldito palacio le hizo muy bien, para ella su hijo es lo más importante.
"No volveré a llorar por alguien que no me merece."
- Mi hermosa madre. - entró mustafa muestra a los aposentos.
- Mi pequeño León. - sonrió mientra su hijo besaba sus manos.
- pequeño? - soltó una carcargada.
- para mi lo eres. - acarició rostro con amor.
- Madre, el sultán, mi padre vendrá con la Sultana Hurrem y sus hijos.
Es rostro de la hermosa sultana cambió completamente trato de disimular frente a su hijo pero no pudo.
- Se que te desagrada su presencia. - suspiró. - pero no puedo decirle que no al sultán.
- lo sé hijo, tranquilo.
- sólo quiero que sepas que para mi tu eres los más importante, la luz de mi vida. - miró sus ojos con firmeza. - No dejaré que nadie te falte al respecto.
- Hijo mío, yo estaré muy bien. - sonrió. - su Majestad vendrá por el nacimiento de mi nieto? - cambió de tema.
- si madre, vendran en dos semanas.
- tengo tiempo para organizar algo.
- que bueno, te dejo tengo asuntos que atender. - Se levantó y su madre le dió la bendición.
______________________________________
- señora Halime, por favor mantengamos la calma. - la sultana se encontraba en los jardines del palacio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- tiene razón sultana. - dijo la noble. - pero debemos encontrar una solución muy pronto, nuestros niños no puede quedarse sin ir a la escuela.
- lo sé, mientras se reconstruya la escuela los niños vendrán al palacio a tomar sus clases, yo misma me encargaré de que la escuela este terminada lo antes posible.
- Allah la bendiga sultana. - dijo feliz.
- amén Halime, les mandaré a avisar a las familias para que traigan a sus hijos mañana temprano.
- usted no se preocupe mi sultana, yo me encargaré de eso.
La sultana se levantó junto a Halime quien hizo reverencia para marcharse y la sultana entrar al palacio.
______________________________________
Ya dos semanas habían pasado las cuales nuestra sultana se la pasó ocupada entre las clases de los niños y preparando los aposentos del sultan y su familia.
En estos momentos estaba dando un respiro, se encontraba en el jardín rodeada de las rosas rojas, eran sus favoritas.
Quería estar sóla sin criadas.
Desde lejos un joven la observaba, encantado con la bella de la sultana se acercó a ella.
- bendito sea Allah y mi ojos por ser testigos de tanta belleza. - la Mahidevran se sobresaltó.
- ¿quien es usted? ¿está loco? - Se levantó. - como te atrves a...
- no, no estoy loco. - la interrumpió. - le dijo señorita que estás hermosas rosas compradas con usted para mi están feas y marchitas. - trato de acercarse.
- ni se le ocurra tocarme, acaso no sabe quién soy? - lo miro con enojo. - Soy la Sultana Mahidevran.
- Sul.. Sultana Mahidevran?. - el rostro del joven se puso pálido completamente, no podía creer como no pudo reconocer a madre de su hermano.
- si yo misma, y tu jovencito, quién eres? - preguntó muy enojada.
