- Sultana, el pueblo ama a nuestro príncipe y los jenizaros también. - dijo el pasha con la cabeza baja. - allah mediante él será el próximo.
- allah mediante.
- pero hay un problema mi sultana. - Mahidevran le indicó que siguiera. - el príncipe mustafa es el favorito del pueblo, pero el favorito del sultán es el príncipe Mehmet.
- lo sé, he tratado de todas formas fortalecer el lazo de padre e hijo, pero nada funciona. - dijo enojada.
- la única solución que tenemos es deshacernos del príncipe...
- no pasha, eso está fuera de discusión.
- Piénsalo sultana, si quiere que Mustafa sea sultán hay que hacer sacrificios.
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Ya era de noche, los hijos del sultán y la sultana Mahidevran se encontraban cenando en los aposentos de Mustafa.
- querida hermana como te la estas pasado aquí espero que no te aburras.
- claro que no hermano, la sultana Mahidevran siempre está conmigo. - sonrió tomando la mano de la Sultana.
- sabes que amo tenerte aquí, eres como mi hija. - acarició el rostro de la joven.
- yo la quiero mucho. - sonrió.
- me alegra que ustedes se lleven tan bien. - dijo Mustafa.
- hermano deberías estar celoso, la sultana Mahidevran ama más a Mihrimah que a tí. - bromeó Mehmet y todos empezaron a reír.
Ellos se lo tomaron como un chiste pero lo que ellos no sabían es que el príncipe si estaba celoso.
Suena feo, pero sentía celos de su hermano, de su hermana. Mahidevran a ellos los quería pero por él sólo cordialidad, respecto.
Aunque no lo quiso aceptar no le molestó tanto que ella sintiera eso por él, ya que el no buscaba que la sultana sintiera ese tipo de cariño por él.
El joven príncipe no lo quería admitir, pero este había quedado maravillado con los hermosos ojos verdes de Mahidevran los cuales no habían dejado de observarlo toda la noche.
Mehmet pensando si la sultana sentía lo mismo por él, esa curiosidad de saber todo ella de poder tocarla.
Mahidevran mientras lo veía, pensaba en lo que el pasha le había dicho, no era capaz, no quería hacerlo, el nunca fue malo con ella, es más fue muy respetuoso a excepción de aquella vez que se reencontrarnos en los jardines, aunque fue una osadía por parte del príncipe, el recuerdo logró sacarle un sonrisa.
Sonrisa que Mehmet percató.
"Daría lo que fuera por ser yo, el motivo de esa hermosa sonrisa"
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- Sultana, Cecilia hatun ya se encuentra en los aposentos del príncipe.
- le diste las hierbas que te ordené?
- si mi sultana.
- gracias Ayşe, quiero que me avises cuando alga. - pidió.
- claro. - Mahidevran le indicó que se retirará, la criada se reverenció y se marchó.
La sultana procedió alistarse para dormir no sin antes de revisar a su nieta.
Esta noche para Mahidevran va a ser muy larga tenía tantas cosas que pensar, pero una cosa si estaba muy clara haría lo que fuera para proteger a su hijo.
