Mehmet
- hermano tuve mucho miedo. - me abrazó con las manos temblorosas.
Yo aun me encontraba en shock, después de haber visto a mi sultana en el suelo, sólo le pido allah que este bien.
- tranquila ya todo pasó. - los dos fuimos con nuestro hermano que se encontraba con la doctora.
- la bebé está bien príncipe, sólo respiró mucho humo, se pondrá bien. - Mustafa suspiró aliviado y cargó a la niña.
- y mi madre como está? - miré atento esperando una respuesta.
- ella está bien, se le subió la presión, necesita descansar.
- gracias a Allah. - dijo mi hermana muy felíz y yo besé su frente compartiendo su felicidad.
- Y ahora qué haremos? - pregunté.
- No lo sé Mehmet, los guardias no pudieron apagar el fuego, el Palacio se ha quemado totalmente. - respondió desanimado.
- podemos irnos a la casa del bosque. - sugirió Mihrimah.
- si, pero ahí sólo hay espacio para nosotros y algunos sirvientes. - dije.
- sólo nos llevaremos algunos, los demás se irán a otro lugar. - dijo Mustafá cubriendo a su bebé con una manta. - por favor lleven a la sultana al carruaje. - ordenó.
- yo puedo llevarla hermano, para que estés tranquilo. - me justifique.
- gracias hermano. - sonrió. - vamos Mihrimah tu vendrás conmigo, le diré a Atmaca lo que tiene que hacer.
- si hermano. - fue con él.
Fuí por mi Sultana que se encontraba en el césped ya que todos nos encontrábamos en el jardín principal.
La tomé en mis brazos, observé su hermoso rostro unos segundos para después llevarla al carruaje donde se encuentra su criada creo que se llama Ayşe ya la había visto en compañía de mi Sultana.
La senté en el carruaje y Ayşe apoyó el cuerpo de la Sultana en el de ella.
- Cuida de la Sultana por favor. - pedí.
- así lo aré príncipe. - con esa respuesta cerré el carruaje y me monte en mi caballo emprendiendo el camino hacia la casa del bosque.
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Llegamos a la casa, la ultima vez que estuve aquí era solo un niño, mi hermano, mi padre y yo habíamos venido de caza, son lindos recuerdos.
Bajé del carruaje tome a mi sultana en mis brazos y me adentro a la casa con su criada siguiéndome, la calidez de aquella casa nos invadie, subí las escaleras, caminé por el largo pasillo, hasta encontrarme con una gran habitación.
- cuida bien de ella, cualquier cosa estaré en la sala. - ordené mientras la recostaba en la cama.
Ella sólo asintió e hizo reverencia, bajé al primer piso a la gran sala que había.
Después de unos minutos se escucharon varios carruajes acercarse supuse que era mi hermano y no me equivoque, era él así que salí a recibirlo.
- Mehmet, donde está mi madre? - preguntó al bajar del caballo.
- está adentro, en una de las habitaciones de arriba. - respondí y el entró a la casa, mi hermana salió de uno de los carruajes y fue a mi para abrazarme.
- hermano. - recortó su cabeza en mi pecho.
- cariño, vamos adentro hace frío aquí. - ella asintió.
- Ahmed ağa, organice a las concubinas. - ordenó.
- como ordene Sultana.