- Mehmet, no te duermas. - trató de levantarse, pero él la sujetó con fuerza evitando que se levantara. - tenemos irnos, no falta mucho para que llegue el amanecer.
- pues mejor quedémonos aquí y apreciemoslo juntos. - le dió un pequeño beso en la mejilla con los ojos cerrados y ella besó sus labios.
- me encantaría, pero alguien puede vernos. - sonrió. - podemos verlo desde el balcón de mis aposentos. - le dijo en un susurro bastante seductor.
Esto hizo que el príncipe abriera con sorpresa los ojos, muy emocionado se levantó y ayudó a la Sultana a levantarse, Mahidevran lo observó con una sonrisa.
Los dos caminaron sonriendo por los pasillos, debes en cuando se daban cortos besos que Mahidevran trataba de evitar ya que tenía miedo de que alguien los vea, pero eso al príncipe no le importaba.
Ya en los aposentos Mehmet se abalanzó sobre la sultana, dándole un beso lleno de pasión y Mahidevran que sabía que estaba jugando con fuego pero con muchas ganas de quemarse lo siguió.
Las caricias no tardaron en aparecer, las manos del príncipe acariciaban con desespero el frágil cuerpo de la Sultana.
- Mehmet. - suspiró.
Ya los dos están en la cama, el príncipe ya estaba desesperado por quitarle el camisón a la sultana, pero está lo paro de golpe.
- no esto no puede ser. - intentó taparse.
" no puedo estar con el así, solo acepte regresar con él para castigar a Hurrem"
- Mahidevran que pasa? - preguntó confundido. - cariño fui muy brusco?
Que se preocupara por ella la derritió completamente, pero aún así se levantó de la cama, se arregló el camisón y fue al balcón.
- es mejor que te vallas. - dijo fríamente.
- Mahidevran que te sucede? - fue tras ella.
- tengo miedo.
- mi flor. - la abrazó por detrás. - sé que hace mucho tiempo no haces esto créeme que entiendo, puedo esperar cuando estés lista. - beso su hombro.
"Tu eras tan bueno, no te mereces esto, pero tu madre es una víbora no se tocara el corazón para dañar a mi hijo."
Los dos se quedaron en silencio, miraban el amanecer la luz del hacia que los ojos de mahidevran resaltar, el príncipe se perdía en ellos.
- tus ojos son los más hermosos que he visto, tu rostro, tu cuerpo, tu completamente eres perfecta. - la besó.
- tu también eres muy guapo. - sonrió.
- quiero que sonrías siempre. - besó su nariz. - me gusta más cuando es solo para mí, eres mía.
- y tú eres mío.
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- Sultana tengo miedo.
- Ayşe ya te dije que todo saldrá bien.
- si sultana, pero si el sultán se entera que nosotros estaremos detrás de esta revuelta nos contará la cabeza.
- eso no pasará y ya no hablemos más del tema, sabes que las paredes de este palacio escuchan. - se levantó. - pero si vas a estar con ese miedo y contradiciendo es mejor mandarte a manisa. - dijo enojada.
- Usted sabe sultana que yo no puedo estar lejos de usted, haría todo por usted. - trató de tranquilizarse. - solo no quiero que nada malo le pase.
- lo sé Ayşe, pero debemos hacerlo por Mustafa debo ensuciar la imagen que tiene sobre Mehmet, que para sus ojos el príncipe no sea capaz de cuidar el imperio.
- está bien sultana.
- quiero que le informes a Ibrahim que la revuelta debe empezar el la tarde noche de mañana. - susurró.
- como ordene.
- quiero que veas en que estado está sótano del palacio, quiero que este acto para poder refugiarse a la hora de la revuelta, no quiero que nadie salga lastimado.
- el pasha dijo que se encargará de informale todo al sultán.
- Ayşe recuerdale al pasha que quiero los menos heridos posible.
- pero que pasa si el príncipe quiere reprimir la revuelta con la espada? - preguntó preocupada.
- tranquila de eso me encargaré yo.