Mahidevran
Abrí los ojos y miré a mi alrededor, este no es mi cierto ¿qué fue lo que pasó?
Me senté en la cama, entonces los recuerdos vinieron a mi.
Humo...
Fuego....
Mis aposentos....
El palacio...
Gevherhan...
Allah mi nieta, lo último que recuerdo de ella es que no respiraba, me paré inmediatamente de la cama.
- Gevherhan. - grité, cuando mis piernas tocaron el suelo se debilitaron haciéndome caer.
- Sultana. - exclamó Ayşe, rápidamente me ayudó a levantarme. - no puede estar de pié, aún está débil.
- donde está Gevherhan, ella está bien?
- si mi señora, la sultana está bien. - me ayudó a recostarme en la cama.
- gracias allah.
La puerta se abrió sobresaltándonos entrando Mustafá con mi nieta en brazos.
- hijo. - dije feliz, el vino inmediatamente a abrazarme.
- Madre me asusté mucho, dime como estas, te duele algo? - besó mi frente.
- estoy bien hijo, como ésta la bebé? - la tomé en mis brazos, estaba dormida.
- ella está bien, sólo duerme.
Dos meses después...
Ya han pasado dos meses desde aquel incendio, días después nos enteramos que dicho incidente fue ocasionado por los Persas, mi hijo se enteró e inmediatamente se lo informó a su majestad, quien preocupado por las seguridad de sus hijos nos ordenó que regresemos a la capital.
Justo en este momento nos encontramos llegando al palacio.
Una mano entra por el carruaje ofreciéndome ayuda para bajar, mi hijo y el príncipe Mehmet ya estaban afuera.
- entremos. - dijo Mihrimah muy emocionada bajando del carruaje. - ya quiero ver a mi madre y al sultán.
- vamos hermana.- dijo sonriendo, caminamos a la entrada segudos por algunas criadas y una de ella lleva a mi nieta, el sultán, hurrem, hatice, e Ibrahím nos dan la bienvenida.
- Majestad. - Mustafa fue el primero en besar las manos de su padre.
- Hijo. - se abrazaron.
Mehmet y Mihrimah hicieron lo mismo, después fue mi turno de saludar al sultán, mientras los chicos saludaban a las sultanas.
- Sultán. - hice reverencia y besé sus manos.
- Mahidevran, como has estado? - preguntó acariciando mis mejillas.
- bien gracias Allah. - le sonreí, pude sentir la intensa mirada del príncipe Mehmet en nosotros.
Tiene miedo de que su madre sufra si el sultán vuelve a mi, eso es imposible.
Voy con las sultanas quienes deciden ir al jardín y las sigo.
- Mahidevran. - habló Hatice. - tenías mucho sin venir, como te sientes?
- estoy muy bien sultana y si tenía mucho que no venía.
- extrañó este palacio sultana? - preguntó Hurrem.
- no, por nada cambiaría la tranquilidad que tenía en Manisa. - fuí sincera.
- es verdad, Manisa es más tranquilo. - afirmó Mihrimah, cosa que le molestó a Hurrem.
- si, como están sus hijos sultana?
- ellos están bien, no quise que vinieran están un poco enfermos, pero como estarás aquí hasta tiempo indefinido irás a verlos.
- claro que si sultana, iremos.
- donde está Gevherhan? - preguntó Hurrem.
- está durmiendo, ordené que la llevarán a mis aposentos.
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- mi señora Laila está aquí. - informó Ayse.
- hazla pasar.
- mi sultana. - entro e hizo reverencia.
- ¿cómo van las cosas con el príncipe? - pregunté esperando una respuesta positiva.
- mi señora, es muy difícil, el príncipe es muy cortante, no capta las indirectas que le mando.
- y por qué no fuiste directamente? - pregunté enojada.
- cree que no lo hice, pero no sucedió, ni siquiera me miró. - en su voz se pudo percibir su orgullo herido.
- lárgate. - dije bruscamente, ella se reverenció marchándote enojada.
- Sultana que haremos?- mi preguntó Ayse.
- mi quería llegar a esto, pero tenemos que desaparecer al príncipe Mehmet. - dije con pesar.
- está segura?
- no tenemos otra opción, es el o mi hijo, perdí mucho por esta dinastía y mi hijo es algo que no estoy dispuesta a perder.
Lo que no contaba nuestra Sultana es qué alguien escuchaba sus planes.