Día 3 - Antojos

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Draco no recordaba haber tenido tanta hambre en toda su vida. Había devorado seis muffins de chocolate y ahora estaba cortando en su plato un pomelo el cual luego espolvoreó con abundante azúcar. Cuando sintió lo agrio y dulce no pudo evitar gemir de gusto. Desde hacía tres semanas que había comenzado a consumir ese cítrico y simplemente no podía dejar de hacerlo. Cada vez que los veía la boca se le hacía agua y sólo podía pensar en devorar uno tras otro. Pronto se dio cuenta de que todas las miradas de sus compañeros estaban puestas en él y sintió vergüenza de su comportamiento, pero simplemente no podía evitarlo.

—Draco, ¿estás bien? —preguntó Pansy mientras tomaba el último muffin de chocolate.

—Sí, ¿por qué no lo estaría? —replicó con otra pregunta mientras fruncía el ceño molesto.

—Bueno, últimamente estás comiendo demasiado. No digo que sea nada malo, es sólo que tú no eres así —dijo ella.

Claramente su amiga estaba preocupada por su comportamiento. Draco arañó la tela de sus pantalones y bajó la mirada. Había pasado poco más de un mes desde que supo que estaba embarazado y muchas cosas estaban cambiando. Aún tenía náuseas matutinas, pero soportaba mucho mejor los alimentos. Creía que a eso se debía que tuviera hambre constantemente, incluso durante las clases contaba los minutos para que terminaran y él pudiera ir a comer algo que deseara.

—Supongo que tienes razón, pero simplemente tengo hambre. —Se encogió de hombros—. Pero estoy bien, no tienes de qué preocuparte, ¿te vas a comer eso? —señaló el muffin en el plato de Pansy. Antes de que ella pudiera responder Draco ya se lo había quitado y le dio una mordida para luego sonreír de felicidad como si de un niño se tratara. Pansy suspiró y ya no hizo más preguntas, sabía que era tiempo perdido.

***

Desde la mesa al otro lado Harry no había dejado de observar a Draco, no sabía estar feliz o preocupado por la manera tan compulsiva con la que su novio se estaba comportando. Desde hacía unas cuantas semanas Draco parecía devorar todo lo que se cruzaba en su camino, incluso durante las noches había enviado a Harry a las cocinas para pedirle a los elfos domésticos unas cuantas galletas de chocolate porque Draco no dejaba de repetir una y otra vez que eran las mejores las hacían ellos.

—Si Malfoy fuera mujer diría que está embarazada —el comentario de Hermione hizo que Harry volteara a verla consternado.

—¿Por qué dices eso? —preguntó de manera casual. Su amiga se encogió de hombros mientras bebía unos cuantos sorbos de jugo de calabaza.

—Porque claramente tiene antojos —respondió ella—. Recuerdo que una amiga de mamá solía ser muy selectiva con lo que comía, pero cuando se embarazó cambió completamente, comía todo lo que estaba a disposición, incluso aquello que antes le resultaba desagradable —explicó Granger y Harry recordó la noche en que cenando vio a Draco colocar en su plato pepinillos y cubrirlos de salsa para luego comerlos como si fuera el manjar más delicioso cuando él siempre se quejaba de que odiaba esa comida.

—Bueno, eso es una tontería, supongo que sólo quiere comer —dijo Harry—. De otra manera tendríamos que pensar que Ron también está embarazado por su manera de comer. —Ambos voltearon a verlo para encontrarlo con una rebanada de pan en la boca y su plato repleto de comida. Rieron divertidos.

—Sí, tienes razón —secundó Hermione para luego continuar desayunando.

Harry sintió que podía respirar tranquilo cuando su amiga cambió de tema, mientras intentaba mantener una conversación "normal", sus ojos se desviaban cada cinco segundos hacía la mesa de Slytherin para ver a Draco continuar comiendo. Pensó que no era malo mientras no fuera algo que le hiciera daño.

Secreto de 9 meses ♦Harco/Agosto mpreg♦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora