Secreto de 9 meses ♦Harco/Agosto mpreg♦

Día 4 - Ultrasonido

Draco observó a Harry como si un tercer ojo le hubiera aparecido en la frente cuando lo único que acaba de ocurrir era que su novio le propuso una idea que a su parecer era descabellada y ponía en riesgo todos sus planes y él no iba a permitir que eso ocurriera. Estaban manteniendo lo de su embarazo muy bien por su cuenta, no veía la razón de cambiar eso.

-No, Harry. Absolutamente no -negó Draco mientras se recostaba de lado en la cama con la clara intención de ignorar a su novio.

Harry suspiró mientras se dejaba caer a su lado boca arriba y observaba un punto fijo en el techo del lugar. El tiempo estaba pasando demasiado rápido y ellos aún no podían saber cuánto tiempo de embarazo tenía Draco. Habían visto cómo su vientre comenzaba a crecer con el paso de las semanas, apenas era una curva que Draco ocultaba muy bien con túnica. Pero le preocupaba no saber cuánto tiempo tenía o como se encontraba el bebé. Había recurrido a algunos libros de su clase de estudios Muggles y descubrió que las mujeres solían realizarse una prueba de ultrasonido para comprobar el crecimiento del feto.

Supuso que en el Mundo Mágico las cosas eran similares. Pero para que Draco pudiera ir a San Mungo necesitaba la autorización del director Dumbledore y, para que eso ocurriera tendrían que decirle lo que estaba ocurriendo y Draco no quería hacerlo. A pesar de todo Harry confiaba en el director Dumbledore y si se lo pedía estaba seguro que guardaría el secreto.

-Draco, necesitamos saber cómo está el bebé. ¿Cómo sabremos cuándo nacerá sino te realizan los estudios necesarios? -intentó convencerlo. Aunque las cosas marchaban bien Harry necesitaba la seguridad de que así era.

Draco guardó silencio y se rodeó el vientre con los brazos mientras se perdía en sus pensamientos. Él también deseaba asegurarse de que su bebé estaba bien, pero le preocupaba mucho que Harry se lo dijera al director Dumbledore, ¿qué sucedería si él se lo informaba a sus padres?

-No confío en él -le confesó sin voltear a verlo.

-Pero yo sí. Necesitamos su ayuda, Draco -le dijo. Draco se mordió el labio inferior. Pasaron unos largos minutos en silencio hasta que se dio por vencido.

-Está bien, habla con él -aceptó finalmente mientras se giraba en la cama. Harry le sonrió y lo abrazó con fuerza para luego besar su coronilla.

-Todo estará bien, te lo prometo -le aseguró. Draco no hizo más que asentir mientras sujetaba con fuerza la túnica de Harry. Esperaba en lo más profundo de él que su novio no se equivocara.

***

Encontrar el momento indicado para hablar con Albus no fue complicado, Harry tenía las puertas de su despacho abiertas para que pudiera acudir a él cuando lo necesitara. Aun así, se sentía nervioso y las manos le sudaban que tuvo que pasarlas sobre su túnica para secarlas. Se armó de valor y subió las escaleras en forma de caracol hasta llegar a la oficina. Golpeó la puerta y, sólo cuando escuchó la voz de Dumbledore pronunciar un leve "adelante" entró. Albus estaba sentado detrás de su escritorio leyendo unos pergaminos. En cuanto vio a Harry le sonrió y dejando todo a un lado se levantó para recibirlo con un abrazo.

-Harry, ¿qué te trae por aquí? -le preguntó mientras apoyaba sus manos en los hombros de Potter.

-Necesito hablar sobre algo importante con usted -respondió mientras sentía que un nudo se formaba en su estómago.

-Por supuesto. Ponte cómodo. -Albus regresó a su lugar mientras Harry se sentaba en una de las sillas disponibles-. ¿Gustas un caramelo de limón? -le ofreció. Pero Harry negó con la cabeza, no creía ser capaz de comer nada.