Secreto de 9 meses ♦Harco/Agosto mpreg♦

Día 17 - Cordón umbilical

En cuanto el medimago salió y anunció que el bebé ya había nacido los Malfoy se abrazaron felices, incluso Narcissa felicitó a Sirius y viceversa. Severus saludó a sus amigos, era un alivio saber que el bebé y Draco estaban bien. Nunca lo diría en voz alta, pero había tenido miedo de que el parto fuera demasiado complicado y la vida de ambos estuvieran en peligro. Era bueno saber que todo estaba bien. Albus felicitó a los señores Malfoy por su nieto y a Sirius también.

Entraron en la enfermería y se acercaron con pasos lentos hasta la última cama. A Narcissa los ojos se le llenaron de lágrimas cuando vio a su hijo cargando a su bebé en brazos. se cubrió la boca con una de sus manos para evitar que los sollozos salieran de ella. Había pensado muchas veces en el día que fuera abuela, jamás pensó que sucedería tan rápido, pero no podía estar más feliz de que tanto su hijo como su nieto estuvieran bien. Draco al ver la emoción de su madre le sonrió.

—Mamá, ¿quieres cargar a tu nieto? —le preguntó. Narcissa asintió.

—Por supuesto que sí —respondió sin dudarlo mientras se acercaba a la cama. Con la habilidad que había adquirido en sus años como madre, tomó al pequeño Scorpius en sus brazos y lo meció con cuidado para luego acercarse a los demás y presentarles a su nieto. Lucius no ocultó su felicidad al ver los rasgos Malfoy en su nieto y se sintió orgulloso. Sirius bufó al ver que Scorpius claramente había heredado el cabello de Draco, pero se mantenía esperanzado en que sus ojos serían diferentes.

—Él es todo un Malfoy —dijo Lucius mientras tomaba una de las pequeñas manos con la suya—. Será un digno heredero —aseguró con orgullo. Black frunció el ceño.

—También es un Potter —le recordó. Con esas palabras una nueva discusión inició entre ellos dos. Narcissa no les prestó atención, estaba completamente embelesada por el pequeño Scorpius. Draco y Harry se miraron para luego encogerse de hombros, no valía la pena intervenir, ellos no los escucharían.

—Yo creo que él es perfecto —la voz de Severus se dejó escuchar haciendo que todos voltearan a verlo—. Tienes los rasgos de Draco, pero también de Potter —observó—. Creo que eso lo hace perfecto —repitió la misma palabra mientras observaba a la pareja. Draco le sonrió a su padrino, no podía estar más de acuerdo con él.

—Estoy de acuerdo contigo, Severus —respondió Narcissa—. Mi nieto es perfecto tal y como es. —Se inclinó un poco y besó la frente del pequeño.

La familia de ambos no fueron los únicos en visitarlos, sus amigos también lo hicieron y no dejaron de decir una y otra vez lo hermoso que era Scorpius. Pansy y Hermione eran las más emocionadas mientras Ron y Blaise mantenían una distancia prudente, les costaba asimilar que ese bebé había sido dado a luz por Draco. El medimago le dio algunas indicaciones a Draco y, luego de felicitarlo nuevamente se marchó. Los Malfoy y Sirius también se marcharon ya que Draco necesitaba descansar. Narcissa besó la frente de su hijo y prometió ayudarlo en todo lo que necesitará, besó también a Harry que no pudo evitar sonrojarse, pero sonrió feliz de esa muestra de cariño, incluso Lucius le ofreció su mano y Potter tomó eso como un avance. Madame Pomfrey fue la última y dejarlos solos, no sin antes hacer aparecer una cuna de tamaño pequeño para que Draco pudiera descansar ahora que el bebé estaba dormido. Estando solos, Harry se acostó al lado de Draco y él no dudó en apoyar su cabeza en el hombro de su novio.

—Lo hicimos bien, ¿verdad? —preguntó Malfoy con sus ojos ya cerrados. Harry sonrió y besó su frente para luego entrelazar sus manos.

—Sí, lo hicimos bien —respondió. Cuando volteó la mirada Draco ya se había quedado dormido. Harry suspiró y observó al bebé que también dormía. Con suerte Scorpius sería un niño tranquilo.