El tiempo pasó demasiado rápido y, sin darse cuenta el pequeño Scorpius cumplió un mes de vida. Todo ese tiempo fue de completo cambio. Cuando se sintieron listos, su familia los apoyó para dar a conocer al Mundo Mágico que, efectivamente tenían un hijo. No dieron detalles de su relación y mucho menos permitieron fotografías de su pequeño Scorpius, sólo querían que las personas conocieran la verdad. Si la aceptaban o no eso ya no estaba en sus manos.
La familia Weasley había estado molesta con Harry, no porque se hubiera relacionado con Draco, sino por el hecho de no haberles confesado lo que estaba sucediendo. Luego de arreglar los malentendidos los Weasley visitaron la mansión Malfoy y conocieron a Scorpius. Todos suspiraron por él y no dejaban de hablar sobre el gran parecido que tenía de ambos padres.
Harry y Draco regresaron a clases dos semanas después, las miradas de inmediato se centraron en ellos, pero no le dieron importancia y sólo se preocuparon por recuperar el tiempo perdido, tendrían que estudiar mucho en los próximos días si esperaban aprobar los próximos exámenes.
La vida de ambos se dividió entre cuidar a su hijo y su tiempo en Hogwarts. El director Dumbledore fue muy amable de permitirles usar su red flu para ir y venir de la mansión, realmente se sentían más cómodos durmiendo en ella que en el colegio, tenían cierto temor de que alguien pudiera hacer algo en contra de Scorpius o bien intentar conseguir esas fotografías por las cuales los periódicos pagarían mucho dinero.
***
El lunes por la mañana la pareja salió apresurada de su cuarto y bajaron las escaleras tan rápido como pudieron con el pequeño Scorpius en los brazos de Draco. Tenían un examen importante y se habían quedado dormidos.
—Debemos irnos o no llegaremos a tiempo —dijo Draco mientras dejaba a su hijo en los brazos de su madre—. Ya lo alimenté, debería estar bien, al menos por unas dos o cuatro horas —informó mientras terminaba de abrochar su túnica y Harry intentaba anudar su corbata—. Regresaré a tiempo para alimentarlo nuevamente —prometió. Ni siquiera tuvieron tiempo de desayunar, Harry sólo atinó a tomar una simple tostada antes de que su novio lo tomara de la mano y prácticamente lo arrastrara hasta la sala en donde se encontraba la chimenea. Cuando el matrimonio Malfoy se quedó nuevamente solo Lucius suspiró para luego continuar desayunando mientras Narcissa arrullaba a Scorpius.
—Lucius, tengo que salir, ¿crees que puedas encargarte de Scorpius? Será sólo una o dos horas —comentó Narcissa. Malfoy enarcó una ceja al escuchar su petición.
—Hay elfos domésticos para que se encarguen de eso, Narcissa —le recordó. Su esposa frunció el ceño.
—Sí, pero tú eres su abuelo, es ahora de que también ayudes un poco. —Antes de que Lucius pudiera replicar, Narcissa se levantó y dejó al pequeño Scorpius en brazos de su abuelo—. Volveré pronto. Todo lo que necesitas está en su cuarto o puedes pedírselo a alguno de los elfos —esas fueron sus últimas palabras antes de salir del comedor dejando a Lucius y a su nieto completamente solos. Malfoy miró al pequeño y sonrió mientras tocaba su pequeña nariz provocando que el pequeño riera.
—Bueno, creo que estaremos solos tú y yo —dijo para luego ponerse de pie y salir del lugar rumbo a su despacho. Necesitaba revisar algunos documentos, no creía que fuera tan complicado hacerse cargo de Scorpius, después de todo había ayudado con la crianza de Draco. Sin duda estaría bien.
***
Durante la primera hora todo parecía ir bien, pero de repente el pequeño comenzó a llorar con fuerza y no había nada que lo hiciera calmarse. Preocupado Lucius mandó a llamar a uno de los elfos pensado que Scorpius podría necesitar un cambio de pañal, pero la criatura le explicó que no era así ya que el pañal no había cambiado de color que indicara que estaba sucio. Tampoco tenía hambre ya que Draco lo había alimentado. Lucius sintió una opresión en el pecho cuando vio esos pequeños ojos cubiertos de lágrimas.
—¿Qué se supone que haga? —susurró para sí mismo.
Pensó en llamar a Narccisa por la red flu, pero ella ni siquiera le había dicho el lugar al que iba. Entonces la idea de ir a Hogwarts llegó a su cabeza, pero tampoco era buena opción, Draco tenía examen y no podía interferir. Además, si hacía eso todos pensarían que era un mal abuelo y que no podía cuidar de su nieto. Como si el destino se empeñara en jugar con él, Sirius Black entró al lugar sin siquiera llamar, comenzaba a arrepentirse de haberle permitido la entrada sin necesidad de que ellos lo aceptaran, pero lo hizo por petición de Draco.
—¿Qué demonios haces, Malfoy? —dijo dejando en el escritorio el regalo que había llevado para Scorpius que no era más que un dragón de peluche cuyo tamaño era mayor que la del propio Scorpius—. Dámelo, seguro estás haciendo algo mal —lo criticó antes de arrebatarselo de los brazos para comenzar a mecerlo de un lado hacía otro. Pero a medida que los minutos pasaban y el pequeño no secaba su llanto comenzó a preocuparse. Miró a Lucius que estaba de pie con los brazos cruzados y una sonrisa divertida.
—Quizás algo no está bien con él —dijo finalmente Black.
—¿De verdad lo crees? Claramente algo no está bien con Scorpius, idiota —lo criticó mientras se acercaba a él y se lo arrebataba de los brazos para luego salir del despacho seguido por Sirius.
Durante las siguientes dos horas hicieron todo lo posible para aplacar el llanto del niño, pero simplemente no pudieron hacerlo. Habían intentado usar sus juguetes mientras fingían que ellos hablaban, lo mecieron por casi todo el lugar, incluso Sirius hizo pequeñas chispas con su varita pensando que eso podría ayudar, pero simplemente no fue así. Al final los dos terminaron exhaustos en el sillón con un niño en brazos que simplemente no quería dejar de llorar. Repentinamente las llamas de la chimenea se encendieron y Severus emergió de ellas. Snape enarcó una ceja al ver el estado de ambos hombres.
—Severus, ¿qué haces aquí? —preguntó Lucius.
—Draco me pidió que viniera por Scorpius, es hora de alimentarlo y no puede venir él mismo por él —les explicó—. Al parecer el pequeño acabó con ustedes —se burló.
—Ese niño es peor que Voldemort —criticó Black. Severus frunció el ceño al escuchar esas palabras. Pero los ignoró y se acercó al pequeño a quien tomó en brazos y, de repente sucedió: Scorpius dejó de llorar y apoyó su pequeña cabecita en el pecho de Severus que sonrió al instante.
—El problema no es Scorpius, el problema claramente son ustedes —criticó—. Te veré el fin de semana, Lucius —Ni siquiera volteó a ver a Sirius, simplemente caminó con el niño en brazos y desapareció entre las llamas de la chimenea.
Lucius y Sirius se miraron entre sí y luego se dejaron caer exhaustos en el respaldo del sillón. Claramente no estaban capacitados para cuidar a un niño, al menos no a su edad.
***
¡Hola! hoy tuve un día muy ocupado, pero no quería dejar de publicar. Aunque se cortito espero les guste leerlo :D
Nos leemos mañana con el día 19 ;)
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Secreto de 9 meses ♦Harco/Agosto mpreg♦
FanfictionHarry y Draco han estado saliendo durante el último año sin que nadie lo sepa. Todo marcha bien hasta que Draco descubre que está embarazo y todo su mundo y el de Harry cambia completamente. Aterrado por lo que pueda suceder deciden mantenerlo en se...