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Capítulo III

La salida era algo que muchos anhelaban, en el primer día nada interesante solía ocurrir, pero parecía que este año sería la excepción pues estaba una multitud a las puertas de la escuela rodeando lo que parecía ser la pelea del siglo.
Se escuchaban insultos y muchos gritos con alientos vacíos por parte de los alumnos quienes estaban ansiosos por ver el resultado de aquel altercado.
En el medio de aquel circulo se hallaban dos chicos, uno furioso con apenas un sangrado nasal mientras que el otro se llevaba la peor parte resiviendo uno trás otro golpe en el rostro.
La multitud se asombraba trás cada alarido de dolor, pero el rubio solo se enfocaba en ver más sangre.

-¡Vance, sueltalo!

El grito hizo que el ojiazul de inmediato volteara, reconociendo aquella voz al instante.

-No jodas, ¡el comenzó!-.gritó

Muchos estaban tratando de advertirle a Hopper que el otro chico iba a golpearlo con una roca, pero, el rubio se desconcentra cuando habla con Bruce y no pudo reaccionar a tiempo.

-Eres un idiota!-.Aquel pelirrojo recibió un fuerte golpe en la quijada por parte del pelinegro.

Ahora si que estaban en un gran problema, el rubio en brazos de Bruce siendo llevado a la enfermeria, mientras un pelirrojo tirado en el piso era auxiliado por algunos de sus amigos.
Para Yamada era algo complicado llevar a Vance entre sus brazos ya que el rubio medía más que él y por ende pesaba más, cuando por fin pudo llegar a la enfermeria agradeció infinitamente que se encontrara la señorita Smith encargada de esa área.
Él sentía una gran impotencia al ver a su amigo así, aún no entendía porque tenía esa manía de pelearse con medio mundo, ya estaba cansado de que reaccionara así por cualquier estupides porque estaba seguro de que así había sido. Aún así estaba preocupado, tanto como por el estado de su amigo y por las consecuencias que esa pelea traería consigo.
Pareciera que podía predecir el futuro porque en menos de 10 minutos el director estaba en la enferia hablando con el chico de ojos rasgados.

-Estarán castigados los siguientes dos meses, me decepciona tanto que estes involucrado en esta situación Bruce, pero tu decidiste ser amigo de este chico problema-. Recalcó el director con una expresión de enojo saliendo de la sala a paso lento.

Ellos no lo entederían jamás, nunca sabrían como se hizo amigo de ese "chico problema", no sabían porque Vance era así ni porque él lo seguía a todas partes.Estaba cansado de eso, pero jamás le daría la espalda a aquel chico que lo salvo de morir y lo llenó de fuerzas cuando más lo necesitaba.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar una voz adolorida desde la camilla.

-Van! ¿Estas bien?

-Bruce, estoy en una camilla con una puta benda en la cabeza, ¿te parece que estoy bien?-. Preguntó con esa expresión agotada, el pelinegro rodo los ojos-. Pues si, estoy bien, ahora vamonos.

-Como digas rizitos de oro-. Se carcajeó.

-Cállate.

Eran aproximadamente las 6 de la tarde, Bruce estaba seguro de que su mamá estaría preocupada por él, ya que solía llegar a más tardar a las 4, almenos los primeros días de escuela.
Conveció a su amigo de que se quedara a dormir con él ya que sabía muy bien lo que le pasaría si su padre lo viera llegar en ese estado. Entre risas y bromas llegaron a la casa de los Yamada.

A Vance le gustaba mucho estar ahí, los Yamada eran muy cálidos y desde el primer momento lo habían tratado muy bien, no como el resto de personas, los padres de Bruce lo invitaban frecuentemente a pasar algunas fechas festivas con ellos por lo que se había adaptado muy bien a su forma de vida y costumbres japonesas.La mamá de Bruce cocinaba delicioso, y su padre siempre contaba algunos chistes que fueran graciosos o no hacían sonreir al rubio.
Era la familia perfecta, la familia que a él le hubiera gustado tener.

-Mamá, ya llegue, traje a V- sus palabras fueron interrumpidas por el habla de su madre.

-Vance, querido, no te he visto en todo el verano ¿cómo has estado?-. Dijo la pequeña mujer de piel de porcelana, alzándose de puntitas para acariciar las mejillas de Hopper.

-Muy bien señora Yamada, disculpe que me presente así como si nada.

-No te preocupes hijo, tu siempre serás bienvenido-.sonrió

-¿No vas a saludar a tu hijo?-.hizo un puchero a lo que Vance no pudo evitar reir.

La cena había transcurrido de la manera más tranquila posible, era lo que más le gustaba de comer con los Yamada, nunca habían peleas en la mesa o insultos hacia él como en su hogar se acostumbraba.

Era la hora de dormir por lo que ambos chicos subieron a la habitación del más bajo, era un ambiente cómodo para el rubio por lo que de un salto termino en la cama de el pelinegro disfrutando de el aroma que las sábanas le otorgaban.

-Van no dormirás así de sucio así que ponte esto-.le dijo el pelinegro lanzandole unas prendas en la cara.

Vance tardo un poco en quitarse las prendas del rostro, con una expresión evidentemente enojada se levanto de la cama y apoyo contra la pared mas cercana uno de sus pies.

-Hey quita esa cara enojada rubia-.río, logrando que Hopper soltara un suspiro.

Hopper esperaba que Bruce se dirigiera al baño para cambiarse como siempre lo hacía pero esta vez el chico solo se levanto la camiseta, dejando a la vista su marcado abdomen y esa blanquecina piel.Yamada era cotizado por las chicas porque tenía un cuerpo de en sueño, era fuerte, no al grado de que se sobrepasara pero su musculatura era envidiada por muchos.
No supo porque pero el rubio desvió la mirada hacia otro lado de la habitación poniendo las manos dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón, con un rostro que expresaba algo de nerviosismo.

-¿Te pongo nervioso?-.dijo coqueto,Vance solo lo miró con una ceja alzada

-Claro que no, ¿por qué?-. Le respondió a la defensiva

-Tu lenguaje corporal me habla-. Sonrió.

-Yamada dejate de estupideces, esa canción es horrible.

-Claro que no!, no es mi culpa que te excites viendome-. Guiño un ojo y luego salió de la habitación.

Vance creía que su reacción se debía al golpe que recibio por la tarde en su cabeza, esperaba que fuera así.
Su amigo no tardó en venir, evidentemente ambos ya estaban cambiados así que solo tocaba sacar el futón para que el rubio pueda acostarse.
Y así fue.

Black Phone - Perseguido por el pasado (🍂)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora