Aquellos chicos son asechados aún por el pasado traumatico que vivieron a una corta edad.
Advertencia:
Esta es una historia de como los personajes tratan de continuar con sus vidas después de haber sido secuestrados por el raptor, cabe recalcar que...
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Era Viernes, tenía los nervios a flor de piel, no jugaba un partido desde hace un buen tiempo, sentía ganas de vomitar, el estómago se le revolviá al escuchar cualquier tipo de comentario acerca del juego de esa noche, apenas iban a dar las dos de la tarde por lo que aún se encontraba en la escuela, las clases no le resultaron tan complicadas, almenos por ahora.
Stephanie le había regalado una pulsera de la buena suerte y él se la había puesto, se sentía extraño pero de alguna forma le hizo tener algo más de confianza, muchos le preguntaron a lo largo del día sobre ese nuevo accesorio y el no supo que responder, prefería ser reservado con esos temas. Además no quería exponer a Steph, de por sí solía evitarlo mucho en la escuela, como si no quisiera que todos se enteraran que estaban saliendo, supuso que era desición de ella y él la respetaba.
De todos modos no le dolía, qué más daba, era mejor que nadie se enterara, no le gustaba estar en boca de personas que no conocía y menos en chismes absurdos. También se sentía algo preocupado pues se rumoreaba que Brown estaba planeando algo contra el, no se sentía asustado pero si algo inquieto por saber si era realmente malo lo que podía suceder, no conocía tanto al pelirrojo pero tenía fama de ser muy vengativo. Dejó de pensar y decidió atender lo que restaba de la clase de Sociales, no tenía que preocuparse mucho pues no estaba mal en ese curso, de hecho solía prestarle suma atención más por Vance que por él mismo, pues a su rubio amigo no se le daba bien la materia, él le explicaba toda la clase los fines de semana y realmente le sorprendía la capacidad de comprender rápido que poseía el rubio. No era tonto como todos pensaban, solo era distraído.
Vance movía su pie repetidas veces, haciendo el típico sonido de la suela del zapato chocando contra el frío piso. Se preguntaba qué tenía tan ansioso o nervioso a su amigo, lo conocía bien como para afirmar que sus acciones significaban algo en específico. Él se concentraba en el sonido de las manecillas del reloj, tic tac, deseaba que acabara la clase pronto.
-Muy bien chicos, es todo por hoy, buen fin de semana-. Dijo como último la mujer de cabello canoso antes de recoger sus cosas.
Un porcentaje de los chicos que se encontraban en el aula se pudo ir pues la última hora de clases no la tenían, lástima que Vance y Bruce tuvieran que complementar esa hora con lo que les quedaba de su castigo, por tanto, así no tuvieran clase debían asistir al aula de detención ya que en unas horas se realizaría el juego de béisbol organizado por la directiva de la escuela y no tendrían tiempo para ir luego.
-Que mierda, no quiero ir a detención, ¿vamos a la azotea?-. Preguntó el rubio, Bruce lo dudó un poco pero algo dentro de él necesitaba relajarse-. Vamos Bruce, si no quieres es mejor que vayas a detención de una vez, se hace tarde.
