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Capítulo XVIII

No negaría que el ambiente era algo incómodo, habían dejado de hablarse por días y la iniciativa del castaño había emocionado al moreno.
Es obvio que ambos querían disculparse y hablar como siempre pero el orgullo los detenía.

-Vance está con Bruce-. Dijo, Robin sonrió.

-¿Qué?, ¿en serio?-. Se dió cuenta de su tono y escondió su linda sonrisa-. Que bueno, almenos Van asentó cabeza al fin.

-Si, ahora me contarás, ¿cómo te juntaste con Vance?-. El moreno bajó la mirada pero no planeaba ser grosero así que le respondió.

-Fue el Sábado, salimos al Arcade y comenzamos a hablar más, supongo que solo eso nos faltaba para ser buenos amigos-. El castaño asintió, todo parecía estar muy seco.

-Bien y ¿cómo vas con matemáticas?.

-Mejor, Bruce me estaba enseñando desde hace una semana pero dudo que lo siga haciendo por la situación que está pasando-. Finney sintió algo quebrarse.

-¿Le pediste ayuda a Bruce?, yo no recordaba que sea tan bueno para la materia-. Robin miró con una ceja alzada.

-Pues es bueno en realidad, ¿cómo crees que Van aprueba?-. Al fin rió un poco, el castaño también lo hízo.

-Rob, no me gusta estar así contigo, en serio, no sé cómo continuar con mi vida si tu no estas ahí.

Casi lloraba, era lo que necesitaba escuchar, pero sentía que había algo que le ocultaba, tal vez podía ser su amigo y tratar de controlar sus sentimientos que supuso que con el tiempo desaparecerían.

-Finney, me duele todo todo lo que ha pasado, tampoco sé cómo continuar, pero es complicado que todo vuelva a ser como antes-. El castaño lo miró triste,  el morocho acarició su cabello-. Pero aún podemos intentarlo Finn.

-S-si!

Y esa fue la tarde más linda del mundo aunque les durara tan solo un segundo, dos personas volvían a unirse, no de la manera que se esperaba pero almenos podían retomar su amistad.
Robin no quería, iba a dolerle demasiado.
¿Cómo puede estar tan cerca de la persona que ama y recibir solo su amistad a cambio?, supuso que si quería realmente a Finney iba dejarlo seguir con su vida y ser felíz.
No había mejor persona que Donna, ella era linda, aplicada, amable y para nada problemática, lo que menos quería era causarle problemas a su amigo así que solo tenía que dejar ir  ese sentimiento.

 No había mejor persona que Donna, ella era linda, aplicada, amable y para nada problemática, lo que menos quería era causarle problemas a su amigo así que solo tenía que dejar ir  ese sentimiento

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Bruce no podía ser más feliz, o bueno, a medias, aún no le había comentado a su padre sobre lo que ocurrió en su escuela pues tenía claro que se decepcionaria de él y era lo que menos quería.
Se había demorado mucho en que su padre admitiera estar orgulloso de él pues este era muy serio incluso después de su secuestro notó a su padre más apegado a Eimy, lo cual le dolía pero no podía admitir.
Ser un Yamada significaba ser un líder, una persona basada en el respeto y perfección,  alguien que desde pequeño se vió obligado a cumplir metas que otros habían trazado por él. No le era difícil pues se había acostumbrado, incluso terminó por disfrutar el béisbol, deporte que antes detestaba, se había encariñado tanto que terminó decepcionandose  de su propio fracaso.
Su madre simplemente no se metía, no quería interferir en la crianza de Bruce pues sentía que todo iba de maravilla e incluso que le estaban haciendo un bien, ella quería lo mejor para él y entre ese cariño decidió atarse de manos y pies para no intervenir.

Eimy quería decirlo pero por cariño a su hermano no lo hízo, ella quería que aquellos chicos fuesen castigados por difamar a Bruce pero eso implicaba que sus padres se enteren totalmente del tema y eso traería consigo muchos problemas en su hogar.

El pelinegro estaba en su habitación, encerrado y acostado pensando en lo mucho que necesitaba a Vance, lo que menos quería era inundarse en su tristeza o llorar una vez más por todo lo que le estaba pasando.
Sintió leves toques en la puerta pero nisiquiera se molestó en abrir, suponía que era su hermana molestándolo de nuevo o insistiendole en terminar su almuerzo que se quedó intacto en la mesa desde que regresó de la escuela.
Hundió su cara en la almohada gritando todo lo que pudo.

-¿Por qué mierda no has comido?-. Escuchó ya muy cerca de él y se levantó apresurado-. Han pasado 4 malditas horas Bruce, ven a comer.

-Vance, no tengo hambre-. Susurró.

-Bruce tienes que comer, te estás comportando como un niño pequeño-. Le reprendió,  el pelinegro apartó la mirada-. Pues si así lo quieres.

El rubio se sentó al lado del chico de ojos rasgados levantando un poco la cuchara con el arroz blanco que tenía, agarró con su fuerte mano los cachetes del más bajo y le obligo a meterse la cuchara a la boca.

-Vance, idiota, casi me atoro-. Le regañó con la boca llena.

-No se habla con la boca llena ojitos de arroz.

Dentro de ese pequeño lapso de tiempo ambos habían agarrado mucha más confianza que antes porque se suponía que ahora eran más que solo simples amigos, o almenos eso se suponía, lo único que hacían estando juntos era completar tareas o pasarla acostados en el piso de la habitación del pelinegro. Les encantaba demostrarse afecto, tanto que nisiquiera sospechaban que Gwen y Eimy les tomaban muchas fotos con su cámara instantánea, tantas como para hacer un álbum lleno de brillantina y corazones de colores.

 Les encantaba demostrarse afecto, tanto que nisiquiera sospechaban que Gwen y Eimy les tomaban muchas fotos con su cámara instantánea, tantas como para hacer un álbum lleno de brillantina y corazones de colores

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Apenas hace unos minutos su amigo acababa de irse y aunque no fue el abrazo más largo que se dieron fue uno siquiera, simbolizando que algo quedaba de su amistad revuelta.
Estaba agotado mentalmente pero no tenía tiempo ni de pensar porque Donna ya lo estaba buscando para tener una de sus citas, le agradaba, pero no sabía si como novia.
Ni siquiera podía besarla porque se sentía mal, estaba sospechando que realmente no le gustaba Donna como una pareja.
Tal vez como una amiga.
Pero ¿cómo iba a decirle?

-Finn amor, vayamos a comer-. Le dijo aferrada al brazo de su novio.

-S-si vamos-. Respondió amable sin soltar el agarre que mantenía.

-Finn, ¿quieres ir al baile conmigo?.

Black Phone - Perseguido por el pasado (🍂)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora