Aquellos chicos son asechados aún por el pasado traumatico que vivieron a una corta edad.
Advertencia:
Esta es una historia de como los personajes tratan de continuar con sus vidas después de haber sido secuestrados por el raptor, cabe recalcar que...
Robin miraba extrañado al rubio, trataba de creer lo que le decía pero le parecía absurdo. Probablemente otro día le hubiese dado el beneficio de la duda pero especificamente hoy se sentía fatal y no estaba dispuesto a tolerar el narcicismo de Hopper.
-Entonces me estas diciendo que Lucie solo está conmigo para ¿darte celos?-.Dijo levantando una ceja, el rubio asintió con el ceño fruncido dandole a entender que no estaba jugando-. Hopper no estoy para tus juegos, tal vez tu seas el que siga detrás de ella.
-¿Sabes qué? Pudrete Arellano, intente advertirte, es tu puto problema-. Dió por terminada la conversación caminando hacia su auto donde Bruce lo esperaba.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bruce escuchó cada palabra que mencionaba Vance, y no culpaba a Robin de decir lo que dijo porque con el sentimiento con el que lo contaba el rubio hacía parecer que aún sentía algo por aquella chica. No iba a admitirlo, se sentía algo mal, le trajo algunos recuerdos.
El quería a Vance de una manera especial, tal vez de una manera que asquearía al rubio, por eso nunca se lo dijo, así tratara de sellar esos sentimientos o incluso encerrarlos en una caja, nunca, nunca podría olvidarlo. Después de todo dicen que el primer amor es inolvidable, ¿no?. Pues el quería que no fuera así, él quería olvidarlo todo, quería dejar de sentirse mal cada vez que una chica le hablara a Vance o cada vez que alguien le coqueteara, quería estar tranquilo. Era algo raro como es que el rubio le proporcionaba esa tranquilidad pero a la vez se la arrebataba en el menor tiempo posible.
Vance era muy atractivo, le gustaban sus ojos azules, no tan profundos, casi celestes, como el agua cristalina de las playas de Colorado. Su cabello tan suave, podía parecer tan rebelde pero solo él había tenido el privilegio de acariciarlo un par de veces. Le encantaba su forma de ser tan problemática, le gustaba ser él el que calmara sus enojos, le gustaba estar cerca de Vance.
Su físico, piernas tonificadas, una musculatura mejor que la suya, le ganaba en masa pero se mantenía tan lindo como siempre. Lo quería, lo quería demasiado, pero ahora el quería enfocarse en tratar de querer a una chica.
Steph era linda, ¿qué más podía pedir?.
Tal vez podría pedir que Vance lo viera de distinta forma, tal vez podría pedir ser mas lindo, ser como las chicas que le coqueteaban al rubio. Extremadamente delgadas, con rasgos finos, cabelleras largas y bien cuidadas, cuerpos de en sueño, ser como Lucie.
Ya lo había intentado todo, su cabello ya era largo y solo se dedicó a cuidarlo, sus rasgos no eran finos pero tampoco bruscos.
Su peso... Su peso lo odiaba, odiaba su musculatura, llegó hasta odiar practicar béisbol.
¿Por qué no podía ser como Lucie?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
