Aquellos chicos son asechados aún por el pasado traumatico que vivieron a una corta edad.
Advertencia:
Esta es una historia de como los personajes tratan de continuar con sus vidas después de haber sido secuestrados por el raptor, cabe recalcar que...
Esperen, ¿acaso Donna le estaba hablando de nuevo?, al inicio pensó seriamente en huir o buscar a Bruce por toda la escuela para que se fueran juntos, pero luego lo meditó y se dió cuenta que escapar de sus problemas y sentimientos solo le había traído más problemas, debía quedarse y escuchar.
-Dime Donna, ¿qué sucede?-. Ni el podía creer el tono tan serio con el que lo dijo.
-Lamento lo de ese día, mira como estás, ¿te sientes bien?-. La morena intentó acariciar la mejilla del más alto, caricia que fue evadida de manera muy rápida.
-Donna, tu puto novio me golpeó junto a sus "amigos" y encima por su culpa suspendieron a Vance y Robin, ¿te parece que estoy bien?
-L-lo siento!, te juro que intenté muchas veces terminar con Chris pero no pude así que solo intenté voltear la página-. Dijo cabizbaja
-¿Usandome?
-No, si te quiero Finn, por eso quería hablar contigo, creo que esa noche ambos estábamos alterados y no tomamos una buena decisión-. El castaño alzó las cejas invitando a que la chica de piel canela prosiguiera-. Deberíamos volver a intentarlo, ¿no crees?.
-Donna, la verdad yo debí haber sido más claro contigo desde un inicio, en gran parte es mi culpa no aceptar mis sentimientos pero ahora los tengo claros y no quiero arruinarlo.
-¿A qué te refieres?
-No puedo volver contigo porque me gusta otra persona.
-¿Quién es?, almenos creo que tengo derecho a saberlo-. Cuando alzó la mirada se notaba una clara muestra de tristeza en aquellos ojos marrones empapados en lágrimas.
-Es Robin...
-Entiendo, ahora todo tiene más sentido, ¿quieres hablar de eso?
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Robin apenas podía creer que Bruce y Vance hayan dado el gran paso en su relación, es una lástima que todo haya culminado de esa forma. Pero él era un buen amigo y para nada dejaría que las cosas se quedaran así.
Además su mamá le aconsejó que fuera a la casa de los Yamada a informales sobre el paradero de su hijo para que no se preocuparan, se imaginaba la clara preocupación al menos por parte de la madre ya que años atrás había pegado el grito al cielo cuando no volvió a saber del paradero de su hijo luego de que saliera con su bicicleta. De alguna forma entendía que la madre fuera sumisa, el señor Yamada los últimos años se mostró muy duro con ellos, supuso que fue a raíz del incidente aunque nunca lo entendió con exactitud, ¿Por qué el señor Yamada se comportaba así?, su padre nunca había sido así.
O bueno eso le contaba su madre, tenía muy pocos recuerdos de su padre en realidad, sólo divisaba entre sus sueños borrosos al gran Arellano cargandolo o enseñándole a boxear. Incluyendo sus gratificantes frases que hasta el día de hoy lo perseguían.
