Black Phone - Perseguido por el pasado (🍂)

30

Capítulo XXX

La mañana se hizo presente y con ella los nervios de los adolescentes, quedaba cada vez más poco tiempo para que fueran a hablar con el director.

La señora Arellano se había puesto al tanto de la situación por parte de su hijo ya que se dedicó a charlar con ella toda la noche, "echando chisme" le decía la señora. Mientras la hora se acercaba el pelinegro fue sigiloso hacía la sala intentando distraerse, pero, en el proceso soltó un suspiro, suspiro que no fue pasado por alto.

-¿Qué pasa Robin?-. Preguntó preocupada su madre asomándose a la sala-. Sabes que puedes contarme lo que tú quieras.

-Mamá, yo sé que tú sabes quién me gusta-. Habló tímido, sonrojandose casi por instinto.

-Oh, no esperaba que quisieras hablar de esto tan pronto-. Admitió la morena algo sonriente-. ¿Quieres contarme cómo te sientes Roby?

-S-si-. Suspiró-. Mamá yo no quiero ser amigo de Finney, no quiero ser su amigo, me niego rotundamente, es complicado saber que si soy su amigo estoy obligado a apoyarlo cuando se sienta felíz con alguien, y me duele mucho mamá, me duele saber que algún día el va a encontrar a una chica que lo haga felíz... y va a olvidarme y aún peor, yo me quedaré solo y sufriendo por un amor que nunca me perteneció.

-Hijo... eres exactamente igual a tu padre-. Habló risueña, el moreno la miró extrañado pero aún con ese brillo en sus ojos que derrochaba curiosidad-. Él tardó demasiado tiempo en pedirme que fuera su novia, decía que yo me vería mejor con alguien más y te juro que yo no podía estar más decepcionada, hasta llegué a pensar que en realidad no le gustaba y solo eran cosas mías.

-No esperaba que papá fuera así-. Admitió algo sorprendido-. Creo que es imposible seguir negando mis sentimientos y pensar en mi padre solo hace que me arrepienta de ellos.

-¿Acaso piensas que tu padre iba a rechazarte por tus gustos Rob?-. Preguntó la mujer tomando asiento al fin junto a su hijo-. Tu tío es el más claro ejemplo de que tu padre jamás te hubiera rechazado, no hace falta decir por qué tu tío se fue a vivir con "su mejor amigo".

-Vaya... no me esperaba eso-. Susurró algo sorprendido el menor aunque muy en el fondo sospechaba algo de ese estilo-. Entonces ¿cómo estoy seguro de que no va a rechazarme?

-Ese es el punto, no se trata de si te rechaza o te acepta, es cosa de que lo digas y te sientas bien contigo mismo hijo, piénsalo, si nunca lo dices te quedarás con la duda de qué hubiese pasado y creeme, estoy tan segura de que si no es así y él te rechaza no va a ser suficiente para que su amistad se rompa-. Finalizó la azabache mirando tiernamente el gesto confundido de su hijo.

-Vale, esta bien, tienes razón-. Admitió sonrojado-. ¿Qué debería hacer entonces?

-Invitalo al baile.

-¡¿Qué?!