Troya

91 10 4
                                    

Tanjiro: ¡Papá, espera! ¡¿A dónde vamos?! -preguntaba asustado- Kyojuro me está esperando y-

Tanjuro se agachó para mirar a los ojos a su pequeño hijo.

- lo siento mi niño, pero... No podrás verlo de nuevo... -dijo con una triste sonrisa.

Tanjiro abrió sus ojos y una mueca de dolor se formó, su pecho dolía y las lágrimas resbalaban por sus mejillas.

- ¿Q-que?... ¿P-por que?... ¡¿Hice algo malo?! ¡Dime qué hice y no lo haré otra vez, lo juro! -gritaba desesperado y llorando a mares.

*Nezuko: ¡¡Mama!! ¡Quiero quedarme! -forcejeaba enlos brazos de Kie- ¡Senjuro!

Kie: lo siento mucho hija -decia con tristeza y enojo- debes despedirte.

Nezuko: ¡No! ¡Mamá! ¡No quiero alejarme de el! Por favor, mamá -rogaba la pequeña ojirosa mientras lloraba.*

Tanjuro miro de reojo a Shinjuro, que los miraba con asco y enojo, de estar en otra situación, ese pacífico y amoroso hombre le hubiera cortado la lengua por si quiera pronunciar el nombre de sus hijos en un mal tono.

"Quiero que te lleves a tus malditos bastardos lejos de mis hijos, sobre todo de Kyojuro, el tiene un futuro que cumplir y tu estúpido hijo no va a interferir, no quiero volver a verlos jamás, o verás de lo que soy capaz".

Esa había sido su amenaza, ¿Y todo por qué? Por un inocente beso que se dieron sus hijos, una sirvienta los había visto y no tardó en llamar a su patrón que rápidamente noto lo que nunca había visto, su hijo enamorado de un HOMBRE y eso no iba a pasar, no en su casa.

Tanjuro le dió una mirada homicida cargando a su pequeño hijo que luchaba por soltarse sin entender que había pasado o que hizo mal para merecer tal castigo.

Tanjiro: papá... Por favor, ni siquiera pude despedirme, déjame ir, será un segundo, lo prometo -suplicaba en voz baja y quebrada entre dolorosos sollozos.

Ver a sus hijos sufrir de aquella manera lo hacía querer golpear hasta el cansancio al que alguna vez fue su mejor amigo y que ahora era solo un monstruo sin corazón.

Tanjuro: perdóname... Pero no puedo, debemos irnos ya -dijo caminando junto a su esposa hacia el carruaje que fue llamado y alistado en un tiempo increíblemente rápido.

Nezuko: ¡No! ¡¡Senjurooooooo!! ¡¿Hice algo malo?! ¡No quiero irme! ¡Seré buena! -berreaba con la cara empapada en llanto.

Estiraba su mano intentando inútilmente alcanzar la del pequeño rubio que cada vez se veía más distante, una chica con un rostro amable ceñido en sufrir lo sostenía de los hombros evitando que corriera, lloraba y suplicaba que no se llevarán a su pequeña amiga, que de un momento a otro, solo fue arrebatada de su lado por su madre.

Los llevaron hasta el carruaje, enojados y tristes de saber lo que había terminado ese día, Ruka no estaba en esos momentos, pues había ido a una cita médica, se había sentido rara en esos días y Shinjuro cómo buen mal marido la mando con sirvientes, pues el estaba muy ocupado para eso, su primer gran error.

Subieron todos juntos, tuvieron que meter a los pequeños a la fuerza, Tanjiro miro por el cristal de atras aquella enorme y bella mancion, llorando con su joven corazón roto.

CantarellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora