Propuesta

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Genya estaba nervioso, con Haganezuka estaban ocupandose de qué todos pensaran que los Rengoku se fueron del país y el mayor también, iba disfrazado, era increíble lo bien que podía disfrazarse, pero ser descubierto no era lo que lo tenía nervioso.


- hhmm... ¿Estás... Enojado conmigo? -pregunto nervioso el azabache.

Haganezuka gruñó un poco.

- no...

Genya: ya te dije que no es lo qué piensas -dijo preocupado.

Haganezuka: ya le dije que no tiene que darme explicaciones -respondio claramente enojado.

Genya bufo: si me hablas de usted sabrán que eres un sirviente, tuteame y admite que estás enojado, carajo -dijo a modo de regaño.

Lo que pasó es que Genya le contó a Sanemi todo respecto al látigo, pero Sanemi no estuvo conforme, así que se las arreglo para mirar su torso, espalda y piernas, por lo que lo obligó a contar el resto de la tortura, Sanemi no pudo hacer más que abrazarlo y acurrucarlo en su pecho, está de más decir que Genya lloro muchísimo.

El menor se quedó dormido de tanto llorar, estaban allí tirados en el piso y Sanemi acariciaba los negros cabellos de Genya con cara de imbécil y suspirando, cuando Haganezuka entro y los vio, no supo que pensar, pero Sanemi se "enojo" y empezó a gritarle hasta de que se iba a morir.

Haganezuka seguia muy enojado estaba un poco celoso y ¿Cómo no? Si cuando Genya logro calmarlo, Sanemi le beso la mejilla antes de dejarlos irse, no fue un beso normal, esa sonrisa arrogante cuando el azabache se sonrojo le hizo saberlo.

- hjm... No importa, no me debes explicaciones de nada -dijo enojado.

Genya aún se sentía mal, Haganezuka era lindo, mentiría si dijera que no le gustaba, aunque tampoco estaba enamorado de el, pero quizás debía darse la oportunidad de saber si le gustaba en serio.

Genya: es mi hermano... -dijo en voz baja- va a casarse con esa chica, nunca va a verme de otro modo y... Me quedaré solo cuando se case...

Haganezuka miro al menor y suspiro pesadamente, el ya daba todo por hecho, aunque Sanemi le parecía un sujeto muy raro, como si no tuviera sus sentimientos claros.

- escucha, no creo que los demás te abandonen, ese hombre que más bien parece un oso y esos niños te quieren mucho, eres atractivo, lindo e interesante, así que quita esa cara de una vez, no te vas a morir por eso -estaba un poco molesto.

Genya se sonrojo y sonrió dulcemente: gracias... Se que soy molesto a veces -dijo un poco apenado- ¿Ahora a dónde?

El mayor se sonrojo por su sonrisa, suerte que tenía su máscara, se acercó y le puso una máscara, era como un demonio o algo así, el acercamiento lo puso nervioso.

Haganezuka: necesito que me acompañes con el sastre ¿Eres bueno con los niños?

Genya respiro profundo y se concentro, ya se volvería loco con sus sentimientos luego.

- Hhmmm... Creo que sí...

Haganezuka: perfecto, lo devolveremos el lunes.

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