DULCES SUEÑOS NATALIA

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Vuelvo a casa, estoy muy cansado, abro la puerta y lo primero que veo es a uno de los gatos de Natalia, me observa por un momento, comienza a maullar sin control, algo busca detrás de mi.

-Aun no se acostumbran a tu ausencia mi vida...

Cargo al pequeño gato, cierro la puerta y me siento en el sillón con el gato en mis piernas, aunque suene ridículo le explico al minino lo que ha pasado, lo acarició, el me mira a los ojos y derrama una lágrima mientras emite un maullido muy suave, no lo puedo creer, no sabia que los gatos podían llorar, su expresión es muy triste, quizá incluso más que la mía, al parecer logró entenderme... Sale corriendo, se aleja, será mejor que lo deje solo.

Entro a mi habitación, me acuesto en la cama, veo la lluvia caer atraves de la ventana, de alguna manera me tranquiliza... Todo se oscurece, mi mente se calma, por fin descansaré un poco del dolor.

-¡Amor apresurate!
Ella toma mi mano, me lleva a un campo, gira su cabeza para verme, se ve tan feliz, que bellos ojos tiene.

Llegamos al lago, ella se sienta, respira profundo y disfruta del paisaje, un campo enorme, árboles altos, un pasto verde y fresco, el cielo perfecto, soleado sin una sola nube en el aire, un lugar fresco, lleno del canto de las aves, con un pequeño lago que en las orillas se adornaba con diversas flores. Peces de todos los tamaños y colores, patos y uno que otro conejo en el césped, un paraíso solo para nosotros dos.

Me siento a su lado, una brisa llega a mi, y con ella el delicioso perfume de mi amada, ella me ve y me saca la lengua seguido de caras raras, logra sacarme una sonrisa, se acerca toma mi mano y la besa, yo me acerco y beso su frente.
Nuestras miradas se cruzan, se acerca lentamente, sus labios tocan los mios, solo se rosan, acarició su cara, poco a poco ese rose de labios se vuelve en un tierno beso, pone su mano en mi pecho, es un calor tan cálido. Nuestros labios se separan y ella pega su frente con la mía, no puede quitar su sonrisa de su rostro, arranca un poco de pasto y me lo arroja a la cara.

-¡Eres un idiota!
-¿Porque lo dices Natalia?
-Por haberme enamorado * me dijo a la vez que se avalanzaba sobre mi en un abrazo *
Su cabeza en mi pecho, se siente tan bien, acarició su cabello, eleva la mirada a mi, se ve tan tierna, con mi índice toco su nariz y ella responde con una mordida, intento tocar su pequeña nariz varias veces pero la respuesta es la misma, es como jugar con un pequeño gato.
La abrazo fuertemente, y doy un giro con ella en mis brazos, ahora yo estoy sobre ella, antes de que pudiera moverse, le hago cosquillas, ella se retuerce entre risas hasta que me patea en el estomago, me detengo un instante por el susto de la patada, ella aprovecha para escapar, cuando me doy cuenta me pongo de pie para perseguirla, sin embargo mi bella novia es lista, se quita uno de sus tenis y me lo arroja para distraerme y correr aun mas lejos mientras se rie de mi.

Comienza la persecución, no me toma mucho tiempo alcanzarla, sus piernas son muy cortas y ella no es muy rápida, la abrazo y la derribo mientras ella subía una pequeña colina, caemos rodando, ella aprovecha ese momento para besarnos mientras rodamos hasta el suelo, ella termina encima de mi, no paramos de reír, ha sido la manera mas rara en la que nos hemos besado.

Agotada de tanto reír se deja caer en el pasto, entrelaza su mano con la mía y con una dulce mirada me dice.

-Te amo Dante por favor nunca dejes de amarme, no podría vivir sin tu amor.

¿Te Acuerdas de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora