La Melodía

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Mis ojos se abren lentamente, es una mañana cálida, con el sol brillando a través de la ventana y la brisa entrando por la misma con un ligero silbido en su recorrido.

Paso mi mano por la cara hasta llegar a mi cabello y estirarme por completo. Poco a poco me levanto de la cama junto a un bostezo.
Camino hacia el baño, me desnudo, pongo música y entro a la ducha aun soñolienta. Dentro canto y bailo un poco hasta que escucho el sonar de la puerta.

-Saira, el desayuno ya esta listo, te espero preciosa.

-¡Si amor, ya voy!

Lavo todo mi cuerpo un poco apresurada, tomo la toalla y medio me seco mi piel . Al salir del baño resbalo y al intentar sostenerme de algo tiro algunas cosas de la repisa de Dante, afortunadamente logre llegar a mi cama antes de azotar en el suelo.

Al ver atrás, veo el desastre que he hecho así que levanto todo rápido... Pero al levantarlo todo, un sobre cae de uno de los libros con la palabra "París" escrita sobre ella... La levanto y la observo cuidadosamente y a la vez comienzo un debate conmigo misma si es buena idea abrirlo o no.

Cuando la curiosidad esta a punto de vencerme soy interrumpida.

-¡¿Saira?  ¿Esta todo bien?!

Si! ¡Ya voy!

Guardo el sobre en mi bolsillo y bajo a prisa para ver a mi amado Dante. Al verlo corro a abrazarlo y lo beso en los labios mientras que el acomoda mi cabello con los dedos de su mano y con un tierno beso de en la frente me da los buenos días para luego volverme a besar en los labios.

Jala la silla y me ayuda a sentarme, va a la cocina para servirme unas crepas, un jugo de naranja y de postre la rebanada de un pastel de chocolate.

Como cada día, le damos de comer al otro en la boca de vez en cuando.
Al terminar de desayunar Dante toma mi postre y me lleva a la sala donde me sienta en el sillón, con su dedo toma un poco de chocolate untandomelo sobre los labios para terminar comiendome a besos, mientras los besos continúan lo voy acomodando de modo que termine acostado y yo encima de el.
Sus manos están en mi cadera firmes y cuidadosas. Siento sus dedos acariciandome que a decir verdad, no me molesta si me toca o donde lo haga, más no busca tocarme de más sino sólo acaricia tiernamente mi cadera y parte de mi espalda baja.

Me abrazo de su cuello mientras descanso mi cabeza sobre su pecho, al ver esto, Dante saca sus manos de mi blusa y me envuelve en un cálido abrazo. Cierro mis ojos y siento pequeños besos en mi cabeza e infinitas caricias suaves que me dejan relajarme hasta quedarme dormida.
..........
Dante

Siento su respiración más lenta, dejó de moverse y se acurruca aun más sobre mi.

-Se ve hermosa.

Con mucho cuidado la acomodo de modo que quede acostada y coloco una almohada debajo de su cabeza con delicadeza.
Le doy un beso y me dirijo a su habitación con una rosa en la mano, la coloco en la ventana para después retirarme inmediatamente, pero al estar a punto de salir, algo llama mi atención bajo la cama.
Al ver por debajo veo mi viejo violín, abro su estuche y admiro su contenido que me trae recuerdos de cuando era más joven.

-Está como nuevo...

Tomo mi reliquia y salgo de la habitación
Pienso en tocarlo sin embargo al ver a Saira aun dormida decido tocar afuera.

Es un día perfecto, la brisa fresca me llena de vida. Camino en dirección a un árbol que esta en la cima de una colina. Ya que estoy resguardado en la sombra de este inmenso árbol, comienzo a tocarle al sol una suave melodía acompañado del viento y el cantar de las aves.

-Creí que jamás volvería a escuchar ese violín.

Volteo y veo a París subiendo la colina con una sonrisa de oreja a oreja. Al llegar a lo más alto se sienta detrás de mi recargada en el tronco del árbol.

-Han pasado años desde la última vez que toque un violín.

-Por favor no te detengas,continúa.

Respiro profundamente y continuo tocando, ahora para ella que no deja de verme con esos ojos que tenía cuando era niña, llenos de ternura sincera y una bella sonrisa que adorna su rostro tan fino lleno de alegría.

Al ver esos ojos azules recuerdo la última vez que toque para ella, teníamos solamente 15 años ,en un día lleno de nieve con la luna llena como testigo de un joven amor de invierno. Ella estaba sentada en la reja del patio mientras yo entonaba esta misma melodía en medio de la nieve. Esa mirada...  Esa mirada es la misma que tenía ese día de invierno.

Sin darme cuenta la canción termina y los aplausos de París son los que hacen que vuelva en mi.
Me siento a su lado para descansar un poco, ella descansa su cabeza en mi hombro y hace más grande mi recuerdo preguntando;

-Esa es la misma canción de ese día ¿verdad? Siempre me encantó que la tocaras para mi.

-Recuerdo que era tu canción favorita.

Abraza mi brazo y dice dulcemente - Sigue siendo mi favorita Dante-

..........

Despierto acostada sola en sillón un poco adolorida, busco con la mirada a Dante pero no logro encontrarlo por ningún lado, me levanto del sillón y busco a Dante por todos lados hasta llegar a mi habitación donde veo una rosa, la tomo y me lleno con su dulce aroma pronunciando su nombre alegremente hasta que mi felicidad es interrumpida por un cruel escalofrío al ver por la ventana a Dante y París juntos.

Trato de relajarme pensando en lo que me dijo París el otro día, meto mis manos en mis bolsillos suspirando y siento algo extraño, al sacarlo veo el sobre que recogí en la mañana y una lágrima se derrama al preguntarme.

-¿Porque guardaría esta carta si ya no siente nada por ella?

¿Te Acuerdas de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora