Saira

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Estoy tan cansada, no quiero ver ni hablar con nadie en estos momentos. Entro al baño, me desnudo poco ad poco, entro a la regadera, el agua recorre todo mi cuerpo.
Comienzo a escuchar ruidos, me detengo un momento para poner atención.
La puerta se abre, escucho cómo algo cae al suelo, alguien recorre la cortina. Dante entra conmigo a la regadera. Estoy totalmente roja, muero de vergüenza, Dante me esta viendo desnuda.
-Dante ¿que estas...?

Me interrumpe con un beso, estoy sorprendida pero decido dejarme llevar, sus manos bajan de mi cara hasta mi cintura. Con delicadeza me acerca a su cuerpo mientras besa mi cuello. Ese beso tan húmedo me vuelve loca. Cierro los ojos y dejo que toque mi cuerpo.

Jamás había sentido algo así. Toco su pecho desnudo, beso todo su cuerpo y entre mas excitada estoy, rasguño más su espalda.
Me empuja hasta llegar a la pared, nuestros cuerpos se rosan, al oido le digo en un susurro;

-Hazme todo lo que quieras.

El coloca su mano sobre mi mejilla y me da un largo beso, nuestras lenguas juegan entre sí. Muerde mi labio y después continúa besandome el cuello. Su mano baja hasta mi pecho y me toca con tanta delicadeza. Desliza el dedo cordial desde la parte media de mi pecho hasta mi vientre, usando únicamente su uña haciéndome cosquillas. Al llegar al vientre ahora son todos los dedos los que me acarician. Baja cada vez más hasta llegar a mi vagina, en donde cuida aun más sus movimientos. Acaricia mis labios, poco a poco un poco más profundo.
No lo aguanto mas, tomo su mano y viéndolo a los ojos, con esa mirada traviesa: Hago que lo haga aun mas profundo hasta que los dedos no pueden ir mas allá.
Doy un gemido largo y silencioso. Lo abrazo fuertemente y lo rasguño aun mas fuerte. Se acerca lentamente a mi oído y pronuncia en voz baja;
-¿Estas bien? ¿Quieres que me detenga?

Volteo su cabeza con mis manos y lo beso como nunca antes había besado. Interrumpida únicamente por esa sensación de placer tan grande que siento cuando juega dentro de mi con sus dedos.
Mis gemidos cada vez son mas fuertes al igual que mi placer. Mi cadera su mueve hacia delante y detrás, es casi un movimiento involuntario, pero no puedo ni quiero detenerme.

Por fin sus dedos salen de mi y me dejan descansar un poco. Estoy tan agitada, mi respiración es profunda y no puedo controlarla.
Su mirada cruza con la mía y no puedo evitar morderme el labio al ver esos ojos que me seducen y ese cuerpo desnudo que me ha dejado maravillada.
Nuevamente se acerca y muerde muy despacio mi cuello, bajando y dándome pequeños besos hasta llegar a mi busto, donde esos pequeños besos se convierten en pequeñas mordidas. Me encanta sentir su lengua y dientes en mis pezones. Con mi mano lo atraigo aun más hacia mi, haciendo que me muerda aun mas fuerte.
Vuelve nuevamente a los besos y continúa bajando hasta mi zona íntima dónde se detiene para elevar la mirada hacia mi. Pongo mi mano sobre su cabeza y lo empujó hacia esa zona permitiéndole que haga lo que el quiera hacer.
Siento su húmeda lengua entre mis piernas. Delicioso, simplemente Delicioso.
Emito pequeños gemidos que lentamente se vuelven gritos de placer.
Dante se pone de pie, pero al levantarse también alza mi pierna derecha, acercándose aun mas, puedo sentir su cuerpo unido al mio.
Mi mano derecha está en su nuca, apoyándome un poco de el.
Entra lentamente en mi. No puedo ni respirar, vuelve ese movimiento de cadera involuntario a mi.
Duele pero no quiero que pare, quiero más, la velocidad aumenta entre nosotros dos, volviéndome totalmente loca.

Tardo mas en gritar, pero cuando grito es fuertemente y con una agudeza a la que no estoy acostumbrada.

Estoy agotada no puedo más y me dejo caer despacio por la pared hasta caer sentada al suelo.
Mi amante,  baja hasta donde estoy y me dice con esa voz tan seductora que tiene.
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Despierto de golpe, levantó mi torso mientras tallo mis ojos y la cruel realidad vuelve a mi. Lo sentí tan real, tanto que despierto sudada y tan agitada. Mi suspiro es largo, me dejo caer nuevamente sobre mi cama, tomo mi almohada y la abrazo sobre mi cara a la vez que grito en ella.
Desearía vivir en mi sueño. Intento levantarme de la cama pero una sensación muy incómoda entre mis piernas me lo impide. Me siento pegajosa y húmeda , meto mi mano a mi ropa interior para ver que sucedía, al sacarla, algo transparente y viscoso está sobre mis dedos. Ahora entiendo la frase favorita de Lara ;

-Te mojas por un hombre.

Se siente tan raro, no quiero moverme, es muy incómodo, así que, me estiró para alcanzar la caja de pañuelos que está en la mesa junto a mi cama. Tomo un pañuelo, meti mi mano otra vez y limpio mi vagina.

En ese momento Dante abre la puerta y se asoma diciendo ;
-Saira hice el desa...

Alzo mi Vista y lo veo. Esta totalmente rojo, al entender lo que está pensando saco mi mano rápidamente y grito:
- ¡Dante yo no...! pero el cierra la puerta lo mas rápido que puede y solo escucho un - ¡Lo siento!

Me quiero morir, no soy esa clase de mujer, pero no creo que explicarle que soñé que teníamos sexo, que desperté mojada y me limpie fuera muy buena idea.
Trato de ser positiva pero me vio sudada, despeinada, agitada y con la mano entre las piernas... No puedo pensar en nada positivo de esa forma.
Bajo las escaleras, escalón por escalón, estoy tan apenada que no se que hacer cuando vea a Dante.
Cuando llegó al comedor me siento junto a el, pero con la mirada baja. No me atrevo a verlo a los ojos.
Mil cosas pasan por mi mente, no tengo ni idea de como explicarle a Dante lo que sucedió.
Me pierdo en mi pensamiento, y cuando menos lo espero Dante esta parado junto a mi, me siento como una niña que va a ser regañada pir su padre.
Veo que se acerca mas a mi, yo cierro los ojos y tenso mi cuerpo esperando lo que dirá. Pero solo me encuentro con un beso suyo en mi mejilla y su voz diciendo ;

-Se que no eres esa clase de mujer, olvidemos lo que sucedió.
Cuando abro los ojos solo puedo ver como se dirige a su habitación.

No puedo más, me levanto de la mesa, grito su nombre, corro hacia el y le robo un beso.

Mis manos rodean su cuello, nuestros labios se unen con un beso, sus manos sostienen mi cadera y por primera vez en la vida tengo unos segundos de valor con los que he cumplido uno de mis más grandes deseos.
El beso llega a su fin, yo pongo mi frente en su pecho y mientras lo abrazo una sonrisa decora mi rostro.

No me interesa si no me vuelve a hablar, probablemente no me perdone por besarlo, pero si no lo besaba yo jamás me lo hubiera perdonado.
Me acerco a su oreja y en un susurro le dije:
-Algún día me lo perdonaras Dante.

Nuestros ojos se encontraron, su mirada seria me vuelve a hipnotizar, me quedo quieta viéndolo cómo loca enamorada. No me arrepiento de nada, solo quiero escuchar su voz y volver a robarle un beso.

-Vamos...  Di algo Dante.
-Saira...  No quiero ilusionarte.

Vuelvo a acercarme, lo abrazo muy despacio disfrutando cada segundo para después ponerme de puntitas, besar su mejilla y sostener sus manos.

-Yo tampoco quiero ilusionarme Dante pero tampoco puedo negar lo que siento por ti. Me gustas y me estoy enamorando de ti. Esa es la verdad.

-Saira, no creo estar...

-Lo se, no estas listo. Yo no soy como Natalia, estoy segura que yo no te gusto, por eso no te pido que me aceptes, nunca podría enamorarte... Es solo que ya no podía callar más.

Una lágrima cae. La verdad duele,  suelto sus manos y corro hacia la puerta evitando que Dante me vea llorar. Salgo y lo primero que veo es a París acercándose con las riendas de su caballo en la mano. Al verme corre hacia mi y sostiene mis hombros. Su cara se ve preocupada.

-Saira ¿Estas bien? ¿Sucedió algo?

Me quito sus manos de encima y sigo corriendo hasta llegar a un gran árbol en donde me siento y viendo al cielo rompo mi llanto.

¿Te Acuerdas de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora