La Declaración

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De nuevo esa mirada que me vuelve loco, no despega esos hermosos ojos de mi. Ese cabello color almendra entre risado y ondulado que llega hasta su pecho.
Sentada delante de mi en este pequeño restaurante.
Siento como sus piernas abrazan la mía, la veo seriamente y ella sólo alza los hombros a la vez que saca su lengua en una pequeña burla.
Da el último sorbo a su café y baja su taza seguido de un;

-Tienes ojos de niña.

El comentario me desconcierta un poco y al girar ligeramente la cabeza en señal de duda me contesta sin dejar de verme.

-Brillan, además tus pestañas son largas... ¿seguro que no te maquillas?

No contesto a su pregunta y parto mi pastel con el tenedor y se lo doy en la boca. Ella felizmente abre la boca y acepta mi pastel.

- Que gran manera de callarme *me dice entre pequeñas risas *

Natalia se inclina hacia mi y me da un pequeño beso en mi mejilla.

Vuelve a su asiento y sus mejillas se tornan rojas. Sus ojos se mantienen en mi. Bajo la mirada y una gran sonrisa se dibuja en mi. Cuando mi mirada vuelve a ella, mis labios quieren pronunciar un "te amo".
Pero soy interrumpido por el sonar de mi celular.
Contesto al llamado y ella un poco desilusionada baja la mirada y comienza a jugar con sus manos.

Cuando menos lo espero, ella se levanta de su asiento a gran velocidad, arrebata el celular de mis manos y sale corriendo al mismo tiempo que ríe.

-¡Natalia! ¡Natalia ¿que haces?!

Pongo un billete en la mesa y corro detrás de ella.
Todos en la plaza nos ven extrañados pero a ella no le importa, sigue corriendo y riendo a carcajadas.
Entra a uno de los establecimientos y después de unos segundos la pierdo de vista, busco cuidadosamente pero no logro verla por ninguna parte.
Al fin logro verla, ella igual me busca girando la cabeza a todos lados. Al verme da un pequeño salto y vuelve a correr. Sigo su carrera hasta alcanzarla, esta acostada en una cama en exhibición viéndome con cara de niña pequeña.

Me siento a su lado y nos vemos a los ojos por unos segundos, me inclino hacia ella dándole un beso en la frente. Ella me abraza del cuello y me atrae a ella. Estando tan cerca no lo dudo más y lo digo;

Natalia... Estoy enamorado de ti .

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Estamos en el aeropuerto esperando nuestro vuelo. Aun no se adonde me llevara Dante pero estoy un poco emocionada por saberlo.

Estoy muy inquieta, caminando de un lado a otro y comprando todo tipo de dulces. Dante al contrario está sentado muy tranquilo bebiendo café.
Por fin anuncian nuestro vuelo, subimos al avión y espero el despegue.
-Iremos a una montaña donde iba con mi familia de niño, estaremos allí unos días, tengo una casa allí junto a un lago. Estoy seguro que te gustara.

¿Te Acuerdas de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora