LA NIÑA

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Despierto completamente agitado, respirar es difícil, el sudor recorre todo mi cuerpo, un escalofrío cruel es lo que me avisa que volví a la realidad.

-Nuestro primer beso...

Me detengo a pensar un momento... Ojalá pudiera vivir en mis sueños y fingir no ha pasado nada.

El soñarte me destroza por dentro, cada día me siento más culpable.

Me levanto de la cama, necesito tranquilizarme, entro al baño y tomo una ducha, que el agua se lleve mi agonía y suavice mi culpa, salgo, paso mi mano por el espejo empañado, mi mirada es horrible, esta destrozada, respiro profundo... Cierro mis ojos, intento sonreír pero es inútil, al contrario una lágrima sale, cepillo mi cabello y me preparo para el trabajo.

Se me hace tarde, apresurando el paso tomo mi maletín y me dirijo a la puerta... Me tropiezo con un mueble viejo, este se rompe en un crujido, dejando caer todo lo de su interior, "no importa, se me hace tarde", me incorporó y al cruzar la puerta recuerdo las palabras de Natalia, "¿Dejaras todo tirado y te iras a trabajar asi porque asi?.

Suspiro y decido recoger mi desastre, libros viejos, una foto de mi amada Natalia abrazando a su abuela cuando tenía 12 años, al fin una sonrisa adornaba mi cara, y una pequeña lágrima me llenaba de alegría, ya había olvidado cómo era... Una niña con un vestido rosa, lleno de tierra y lodo, cabello despeinado, pero con una sonrisa enorme, abrazando fuertemente a su abuela, ni siquiera en fiestas se comportaba, no importa que fiesta fuera ella no tenia miedo de demostrar su alegría jugando y bailando sin importar si se ensuciaba o despeinaba, ella era feliz.

Guardo la foto en mi maletín y continuó recogiendo, término y ahora si es momento de irme, cierro la puerta y me dirijo a mi oficina.

Entro al edificio y el ruido que se encontraba allí, se volvió un silencio rotundo, durante el camino a mi oficina todos me observan. Mi asistente me alcanza y caminando a mi lado me da los informes de la semana y me pone al corriente de cualquier novedad.
-Creí que no vendría hoy señor... Ya sabe, algunos se toman un tiempo.
-No puedo esconderme de la realidad Jessica, aquí o en casa, la verdad es la misma.
-Estoy totalmente de acuerdo señor pero...
-Tengo un trabajo para ti Jessica. * la interrumpo con un tono de orden*

Entro a mi oficina y solo me dedico a trabajar, claro que siempre con mi inspiración que por más que me duela, ahora es aun mas grande.
-señor, aquí esta lo que me pidió, me dijo Jessica mientras entraba y me entregaba una pequeña caja.
-Gracias señorita.
Abro la caja y saco un portare tratos de plata en donde coloco la foto de la niña del vestido rosado.

¿Te Acuerdas de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora