EL PARQUE

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Debo apresurarme, ya casi son las  3 pm probablemente pueda encontrármelo de nuevo en el parque. No estoy segura del porque quiero volver a verlo, pero estoy ansiosa. ¿Debería llevarle algo? ¿Algún chocolate? ¡maldición! Mi mochila pesa mucho, ya empiezo a sudar ¡hace demasiado calor! Enserio deseo que este allí de nuevo. Quiero volver a ver esos ojos tan dulces y escuchar su voz que me vuelve loca.
Me ha costado mucho pero he llegado a tiempo. Estoy exhausta y tan acalorada, aun tengo tiempo, creo que iré a comprar un helado y después lo esperare en el mismo árbol de ayer.
Creo verlo pero no estoy realmente segura...  Ay Dios, si es el ¡Se ha afeitado! Saco de mi mochila un perfume y me baño en el lo más rápido posible. Estoy nerviosa, quizá crea que soy una acosadora o una loca que intenta seducirlo... Lo cual no estaría mal o aun peor una espía... No eso no tiene sentido ¡¿Que maldita sea me sucede?! Nunca me había sentido asi.
Pienso demasiadas cosas que la mayoría no tienen sentido y cuando me doy cuenta esta parado enfrente de mi.
Se ve guapísimo sin barba, es bastante alto y con esa playera roja se ve tan bien, se nota que ha hecho ejercicio últimamente. Estoy encantada.

Se inclina hasta estar a la altura de mis ojos, pone su mano en mi cara y con su pulgar acaricia mi mejilla. Yo solo puedo verlo con una cara de estúpida enamorada.

-¿Estas bien? Estas muy caliente y algo sudada ¿acaso corriste un maratón? Además ¿Que haces aquí?

Maldita sea, estoy paralizada, no se que responder solo se me ocurre ofrecerle uno de los helados que había comprado cuando lo esperaba. Dante lo toma y se sienta junto a mi y lo que dice hace que me vuelva a poner roja.

-Hueles delicioso, pero aún me inquieta el porque estas aquí.

-yo...  No lo se, quería agradecerle lo de ayer, ha sido el mejor regalo que he recibido.

-De eso no te preocupes, no tienes nada que agradecer. De cualquier manera ¿vienes de la escuela? *me cuestiona mientras observa mi mochila *

Yo asiento con la cabeza y me atrevo a preguntar algo que me he estado preguntado todo el tiempo.

-Disculpe usted ¿que edad tiene?  Hoy se ve más joven que ayer.

-tengo 25 años y por favor no me hables de usted, me hace sentir mucho mayor. *Seguido de una probada al helado*

Es solo 2 años mayor que yo, es un poco más joven de lo que pensaba. Quizá pueda tener la oportunidad de almenos ser su amiga.
Estoy completamente idiotizada observándolo; tan serio y firme. Sus ojos café oscuro y ese cabello entre negro y castallo y tal vez con algún tono rojizo , un poco largo que casi cubre uno de sus ojos.

Una gota de helado resbalando por mi mano es lo que me hace volver a reaccionar. Me apresuró a comer mi dulce antojo manchandome un poco por debajo del labio, así que busco alguna servilleta para limpiarme porque me da pena limpiarme con la lengua o con la manga de mi blusa, desvío la mirada hacia mi mochila pero tampoco encuentro nada útil y cuando me vuelvo hacia mi acompañante, el ya esta tan cerca de mi, limpiandome con un pañuelo. Me estoy muriendo de pena, hubiera sido mejor pasar mi lengua por el helado y listo. Aunque ahora puedo verlo más de cerca;tiene un pequeño lunar en el cuello y una cicatriz en la ceja casi imperceptible. Cuando se aleja deja su perfume en el aire por unos instantes, es dulce pero no hostiga, la verdad no se como describirlo, solo se que jamás olvidaré ese aroma que me ha fascinado.

-Me recuerdas tanto a Miranda cuando la conocí, tímida e inocente.

Cuando estaba a punto de contestar, un sonido nos distrajo a ambos. Tal parece que era su estómago.

-Creo que es hora de irme, ya tengo hambre *Lo dice poniéndose de pie y sacudiendo su pantalón*

-¡Yo podría cocinarle algo! *Digo sin ni siquiera pensarlo, espero no haber sonado desesperada *

¿Te Acuerdas de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora