Adiós Dante

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Dante

París se ha quedado dormida sobre mi hombro, no se cuanto tiempo ha transcurrido pero sospecho que ya han pasado algunas horas pues el sol ya ha cambiado de posición, me pregunto que estará haciendo Saira.

-Seguramente sigue dormida o leyendo un poco.

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Elizabeth

A la distancia veo a Saira caminando sola con una mochila en la mano asi que decido acompañarla.

-¡Saira! ¿a donde... porque estas llorando? ¿sucede algo?

Mirándome a los ojos busca algo en su bolsillo y me entrega un sobre, seca sus lagrimas y continua con su camino acompañada únicamente de su dolor.
Un poco confundida leo el contenido del sobre y quedo petrificada mientras lo hago.

París, ya han pasado años y aunque no lo creas te sigo amando mas que a nadie, eres la persona mas dulce y bella que he conocido. Eres mi consejera por excelencia, mi cómplice y mejor amiga. 
Dime preciosa ¿quien mejor que tu para estar a mi lado? todo lo que hemos vivido y hecho lo son todo para mi, mis mejores recuerdos son a tu lado, tus besos son los mas dulces que podría probar y tus ojos... ni hablar, son los mas hermosos que he visto, tu mirada me sigue volviendo loco.
Cada noche sueño contigo y te puedo jurar algo, no importa a quien conozca o con quien este, seras siempre tu el amor de mi vida y sobre todo mi gran musa.
Por ti aprendí a tocar el violín y la guitarra ademas de que fuiste tu quien me obligo a aprender a bailar y en nuestro ultimo baile juntos me dijiste al oído "nunca me olvides"  ¿como podría olvidarte con todo eso?.
Mi niña hermosa te amo tanto y jamas amare a nadie como te amo a ti. 

-¿Donde encontraste esto?

Saira se detiene sin mirar atrás y dice únicamente un -En su habitación-  a lo que le respondo con un; ¡esto debe tener años guardado, París ya te demostró que no tiene ninguna intención!  saira se voltea con los ojos llenos de lagrimas y con la voz desgarrada para decir cruelmente llena de tristeza;

- ¡¿entonces porque la guardo tanto tiempo?  ¿que habrá querido recordar con eso? ¿porque ni siquiera me ha pedido ser su novia?! ... y sobre todo... Eli ¿Porque esta ahora?

-Saira París ya...

-¡París no es el problema! Confío en la palabra de ella, y se que no intentara nada... pero es Dante en quien ya no confío. Aun cuando la carta sea de cuando eran novios me hizo darme cuenta de todo eso... no culpo a Paris de esto Eli.

Vuelve a secar sus lagrimas y se va pero esta vez no volvió a girar, parecía que de verdad pensaba en irse así que doy media vuelta en busca de Dante para que fuera en busca de Saira.
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Camino sin parar, el sudor recorre mi frente, el sol quema mi piel. He llegado a la carretera, mis pies me duelen ... Necesito descansar. Veo una gran piedra a unos metros de mi, me dirijo hacia ella y al llegar no lo pienso dos veces y me siento en ella.
Lo unico que veo es el suelo y las sombras de algunos autos pasar ante mis ojos.
Despues de unos minutos una de esas sombras se detiene en frente de mi. Al alzar la mirada veo a una mujer saliendo de su auto.
Se acerca a mi lentamente preguntandome -¿estas bien?- yo no puedo hablar estoy muy cansada y algo asustada, solo puedo verla a los ojos, me imagino que entiende mi miedo porque me levanta y me dice que todo esta bien y que no me hará daño -Dejame llevarte a casa- me acompaña hasta el auto en donde unos ojos curiosos se asoman por la ventana. Al entrar veo a una niña con un oso de peluche casi del mismo tamaño que la niña, al entrar la niña no hace otra cosas mas que sonreír y ofrecerme su muñeco , al tomarlo su sonrisa se hace aun mas grande la cual llega a contagiarme.
La mujer entra al auto y le dice a la pequeña - Esta jovencita nos acompañara en nuestro viaje mi amor- La niña mueve la cabeza de arriba a abajo con esa sonrisa tan dulce que tiene. Esta niña me alegra un poco, me acerco un poco y le pregunto su nombre, pero ella solo me hace señas, un poco confundida me volteo a ver a su madre la cual me responde sin tan siquiera preguntar -mi niña nació muda, se llama Alice, tiene 9 años. Al oír eso vuelvo a la niña y me presento con ella -Me llamo Saira- Ella alza sus pulgares y sonríe fuertemente.

Después de un tiempo la pequeña se quedó dormida, lo cual su madre aprovecha para preguntarme lo que pasaba.
Al contarle lo sucedido me sugirió irme a casa y pensar muy bien en lo que paso.

-Los hombres son estúpidos linda, una vez mi esposo me dijo algo muy cierto, comenzó con la pregunta ¿Quién es más inteligente? ¿El hombre o la mujer? Antes de responder me explico que las mujeres tenemos una memoria mayor que la del hombre además de tener la capacidad de analizar muchísimo mejor las cosas, claro que lo explico de una manera elegante, él era psiquiatra. Al llegar a la conclusión que la mujer tiene la mejor capacidad en esas cosas me respondió con otra pregunta ¿Entonces cómo quieres que el hombre no se equivoque?

No evito sonreír y decir – Él es Psicólogo-

- ¿Lo ves? Talvez solo olvido la carta la carta allí, querida, su esposa murió, no es fácil volver a una relación formal, pero por lo poco que me has contado yo creo que si te quiere. Mi esposo murió hace 1 año y te aseguro que no quiero volver a casarme con nadie, dale tiempo. Aunque supongamos que sea cierto, que solo este jugando contigo, ya no importa si sea cierto o no, ya estás aquí, necesitas un descanso.

Sus palabras me hacen abrazar el muñeco y pensar un poco, dentro de mi pensamiento veo al espejo, donde logro ver a la pequeña haciendo señas.

-Tienes razón mi amor.

Al verla me explica – Dice que cuando alguien está triste necesita abrazar a su peluche - - ¿Es por eso que me lo diste Alice? - ella me responde a su manera única y de alguna manera tierna, volviendo a hacer señas me dice que ese oso se habia regalado su padre.

-Pero prefiero abrazar a una niña- digo mientras la cargo y la siento en mis piernas, al tenerla en mis piernas me da un abrazo tan tierno que solo podría ser igualado por mi madre, un abrazo que me hace llorar de alegría y consuelo. al verme llorar seca mis lagrimas con sus pequeños dedos y me vuelve a ofrecer su oso, pero yo la vuelvo a envolver entre mis brazos.

Esa Familia me a traído hasta el aeropuerto después de horas de viaje, no tengo ni idea si las he desviado de su ruta y aun peor, han pagado mi boleto ademas de darme dinero para poder comer una vez llegando. Estoy tan agradecida con ellas incluso me han esperado 3 horas hasta que mi vuelo salga, al despedirme le hice jurar a la pequeña Alice que si alguna vez me caso ella seria mi dama de honor.

A la hora de dirigirme al avión Alice corre hacia mi con esa sonrisa que amo y envidio, me abraza fuertemente y con lagrimas en los ojos me regala su osito de peluche.

No logro evitar llorar 

-No, Alice te lo regalo tu papi, no puedo llevármelo- Ella únicamente me responde con un beso en la mejilla para después volver corriendo con su madre y ala distancia despedirse. Al verlas despedirse moviendo de lado a lado sus manos llenas de alegría recuerdo las palabras de mi madre "Incluso en la mayor desgracia Dios enviara a uno de sus ángeles en tu auxilio, el te cuidara y protegerá hasta que estés a salvo de nuevo".

¿Te Acuerdas de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora