LOUIS ✨
Miraba mi celular con ansias, caminaba de aquí hacia allá. Iban a hacer rumbo las 10 de la noche y seguía sin saber nada de él, había leído mi último mensaje de despedida hace dos días y no había sido capaz de enviarme algún otro mensaje o llamarme.
También había sido mi culpa, había estado ocupado, habíamos perdido comunicación pero él más que nada parecía evitarme desde ese día. ¿Había dicho alguna idiotez? Dí la espalda al teléfono y justamente sonó. El nombre de Jorge apareció en pantalla. Respondí.
— "¿Porqué aún no estás aquí? ¿No planeas venir a mis cumpleaños?" —Preguntó a alta voz.
— "Ya te dije que voy... estaré allá en unos minutos." —Le dije por segunda vez.
— "Eso dijiste hace una hora. No vayas a quedarte por favor." —comento.
— "No lo haré... nos vemos allá." —Cerré la llamada luego de escuchar que se había despedido.
Mi cabeza estaba hecha un desastre. ¿Se habría molestado por Erick? ¿Porqué Jorge tuvo que haber venido con él? ¿Se estaba dando cuenta que solo tenía una calentura y nada más? ¡Dios! Quería escribirle pero ya no quería arrastrarme más. ¿Qué demonios estaba pasando por su cabeza?
No aguante más y tomé mi celular para escribirle.
"¿Estas en tu casa?"
Tardó unos minutos en ver el mensaje pero lo hizo.
"Sí. ¿Porqué? ¿Necesitas mi ayuda?"
No volví a contestarle. Iba a decirle lo que tenía que decirle de frente.
JHEIMER✨
Tenía tiempo que no me sentía así. Me dolía la panza de reírme, el rostro de Apolo estaba totalmente rojo de tanto reír. Era siempre tan agradable estar con él sin importar en donde estábamos.
Tome la jarra de piña colada para llevarla a mi boca y darme un trago. La gente de alrededor parecía pasar un buen momento, cómo yo lo hacía.
— "Pensé que iba a subirte el trago hasta la nariz con toda esa risa..." —Comentó Apolo mirándome fijamente.
— "Pensé lo mismo, pero no sucedió." —respondí.
— "No sabes lo hermoso que te ves cuando sonríes. Aunque también te ves hermoso sin importar tu ánimo." —me di un trago de mi jarra luego de haberle dicho gracias.
— "Creo que es tarde, deberíamos de regresar. Mañana tengo trabajo y supongo que tu tienes otras cosas que hacer..." —comentó.
— "Tienes razón. Deberíamos de irnos. —Comenté poniéndome de pie— dame unos segundos, necesito ir al baño."
— "Claro."
Comencé a caminar hacia el baño. Me introduje a uno de los cubículos para extraer mi miembro y orinar, no había más nadie que yo, hasta que escuché la puerta abrirse y cerrarse.
— "¿Puedes repetir lo que dijiste? No escuché nada por el ruido —Le escuchaba decir al hombre que estaba afuera — Sino dices las cosas con calma no podré entenderte... ¿Quien murió?"
Terminé de mi asunto para salir del baño y acercarme al lavamanos. Allí me encontré con el rostro del hombre que hablaba por teléfono. Iba totalmente vestido de negro en un traje elegante, su pelo era rubio como el sol, y sus ojos verdes. Tenía una nariz refinada y labios finos.
— "Adrian... no entiendo que diablos dices... ¿Puedes respirar? —decía con algo de molestia, era muy elegante, alejó el teléfono de su oído al notar que estuve mirándole y me miró fijamente — ¿Se te perdió algo?"
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RAMSÉS
RomantikJheimer, un conocido doctor que luego de un supuesto accidente en la cual su hermano menor murió, perdió la mayoría de sus recuerdos. Este, en su intento de recuperarlos se dirige a un bar en donde se conoce con un hombre que lo hará caer profundame...