CAPITULO 26. MÁS AMENAZAS.

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LOUIS✨

Se sentía espectacular en su boca. No quería detenerme, había perdido la cabeza solo en cuestiones de segundos, dirigí mi mirada hacia él y vi su rostro totalmente sonrojado. ¿Sabía lo sexy que se veía? Sentí sus dedos introducirse en mí, provocando aún más placer.

Debía de detenerme. Solté su cabeza para dejar que el fuera a su ritmo, en mi interior no me arrepentía de estar enamorado de él. Me gustaba tanto. Luego de un rato se levantó, no espere más si quiera y lo besé.

Lo llevé a la cama para desnudarlo, besé su cuello y todo su pecho. Desabroche con rapidez el botón de su pantalón, me moría por tenerlo en la boca, por tenerlo dentro. Baje su pantalón para sacarlo de sus boxers y llevarlo a mi boca.

Sentía que había pasado tanto tiempo, mi cuerpo lo había hecho extrañado como si hubiese pasado meses. Deslice mi lengua por sus testiculos, lo chupe antes de irme a su pene. Luego deslicé mi lengua desde sus testiculos hasta su glande recogiendo sus fluidos con mi lengua. Lo chupe suave para iniciar, hasta que lo trague completo, lo escuché gemir, que rico había sido eso.

Continue por unos minutos más, me gustaba como se sentía su grande miembro rozar mi garganta. Intentó alejarse de mi pero no lo lograría, le gustaba como lo hacía.

— "Louis..." —Le escuché decir— espera... amor..."

Sentí todo su semen llenarme la boca, aún así no lo dejé. Lo tragué y seguí chupando, hasta que me separó de él para lanzarme a la cama e introducirse dentro de mi. Me embistió como un animal mientras abría mis piernas.

Tomé una almohada para morderla. Él me la quitó.

— "¿Qué? ¿Porqué te tapas así? —preguntó aún con la respiración agitada — ¿Duele?

Asentí. Y crucé mis brazos por su hombros.

— "¿Quieres que me detenga?"

— "No. Claro que no..." —dije mientras sentía que iba más profundo, clave mis uñas en su espalda y gemía en sus oídos.

Iba hacerme perder la cabeza. Lo introdujo dentro de mí completo, dejé salir un gemido, ya no podía más. Sentía que me removía todo en el interior. Mi sentidos dejaban de funcionar con cada embestida que me daba.

— "Vas a matarme... de placer... ¿Porqué se siente tan rico? Ay amor... siento que me va llegar al estómago..."

Me embistió más fuerte. Lamió mi pezón. Sentía que me iba a romper en dos, mi pene comenzó a contraerse y vi todo el semen caer encima de mi pecho, pero no se detuvo parece que solo había echado más leña al fuego.

Me movía como un muñeco, a su voluntad. Me puso boca abajo, apoyado de mis rodillas y brazos, volvió a introducirse, mordí mis labios mientras apretaba la sábanas de la cama. Sentía una electricidad recorriéndome todo el cuerpo en cada embestida salvaje.

— "No lo voy a aguantar más... Sergio... no puedo más..." —le grité pero sentí como todo el semen salía de mí directo a las sábanas. Nadie me había hecho sentir así en años.

— "Si puedes amor... —dijo a mí oído— no me dejes así, solo una vez más..."

Me giré y lo empuje para subirme esta vez encima de él. Todo mi cuerpo estaba ardiendo, me tomó del cuello para acercarme a él y besarme, metí mi lengua en su boca mientras movía mi cadera encima de él.

Nuestros cuerpos estaban mojados, empapados de sudor, podía ver su rico abdomen húmedo y me daban tantas ganas de besarlo, lamerlo, morderlo. Colocó sus manos en mi cadera provocando que su miembro fuera más profundo, no pude contener el arquear mi espalda.

RAMSÉSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora