CAPITULO 02 : OTRA NOCHE.

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JHEIMER

Estuve casi toda la noche despierto, pensando. Pensando en mí, en mi vida, en los misterios que ocurrían a mi alrededor y estuve pensando en él. La escena se repetía una y otra vez dentro de mi cabeza.

La forma en la que me sostenía, como sus manos se deslizaban por mi cuerpo, sus besos apasionados. ¿Era posible entregarse a alguien de esa forma sin ningún sentimiento? Bueno, obvio. Yo no estaba enamorado pero él me había gustado desde el instante en el que tomó asiento frente a mí. ¡Que coincidencia!

Tomé mi celular pero no encontré un mensaje de su parte. Tal vez debería yo de escribirle, aunque obviamente yo debía de responder hacia su invitación.

"Buenos días, Abdiel. Espero que hayas amanecido muy bien, te escribo para dejarte saber que sí. Estaré libre, podremos vernos, solo déjame saber donde y hora."

Respiré profundo, y justo en ese momento mi celular emitió un sonido. Era un mensaje con su respuesta.

"Buenos días, lo siento. No podré verte, estaré ocupado. Pasa buen día."

Me quedé petrificado mirando el mensaje, ¿en serio había sido así de cortante? Suponía que de todas formas era un desconocido. No debía de hacerme ilusiones o ideas con alguien que no tenía idea de quien era. Miré el mensaje unos minutos más y ni siquiera respondí.

Creo que de cierta forma estaba decepcionado, bueno tampoco era el fin del mundo, dijo que estaría ocupado. Me levanté de la cama, y me detuve frente al espejo, estaba más delgado de que como me recordaba.

Abrí una gaveta de mi armario y encontré un grupo de llaves. Recordaba algunas de ellas pero había una en específico que no podía recordar. La tomé para examinarla lentamente, ¿De que gaveta sería? Intenté con todas pero ninguna abría. Me senté en la cama ¿De que podría hacer?

Me lancé hacia atrás, ¿Porqué mi vida iba de mal en peor? Me pregunté. Al menos así era como me sentía. Me puse de pie y caminé hasta mi armario, no tenía nada que hacer encerrado en esta torre solo. Comencé a limpiar mi armario y apartar ropa que ya no utilizaba.

Me encontré con una camisa negra, lisa. No era mi talla ¿Porqué estaba allí? Seguí buscando y encontré algunas cuantas más todos de colores oscuros, no eran mías. Estaba seguro que no eran mías, no recordaba haberlas comprado, sentía que no podía confiar en mi mismo. Estuve allí de por mirando estás camisas y de cierta forma sentía una tristeza inmensa, deseaba abrazarlas.

Luego de unos minutos, seguí abriendo cajones, y me encontré con algunas prendas, relojes y de momento se escuchó en mi cabeza.

— "Lo compré para ti. ¿Te gusta?" — Dijo una voz dentro de mi cabeza, estaba sentado en un restaurante de noche ¿Dónde? ¿Con quien? Miré a mi alrededor y allí estaba Arlete sentada, pero había más personas que no podía reconocer.

Salí de mi armario mirando uno de los relojes, salí hasta la sala en donde me encontré con Arle sentada en el sofá mirando televisión.

— "Buenos días, me preguntaba cuando ibas a despertar pero no quise molestarte." — Dijo ella.

— "¿Recuerdas este reloj?" — Le pregunté mostrándolo, ella negó con la cabeza.

— "Recuerdo que alguien me lo regaló. Estabas tú conmigo, en un restaurante. Pero no recuerdo más" — Ella parecía intentar recordar pero luego afirmó de forma negativa que no recordaba — Entonces no me lo regalaste tú."

— "No." — Volvió a decir.

— "¿Sabías si alguien se quedaba conmigo?"

— "¿A que te refieres?"

RAMSÉSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora