RAMSÉS

CAPITULO 31. DESICIONES.

LOUIS ✨

Había terminado de hacer mi maletas después de 1 hora y media. Aunque había llorado ya me había calmado, por estar sin él mi vida no iba a terminarse. Ni siquiera vi su rostro al salir de su casa, sentía un nudo en la garganta al recordar su mirada mientras me decía que debió de quedarse solo.

Un hombre tan frío de momento. Apoye mi cabeza del volante, ¡cuánto hubiese deseado que me dijera que no quería estar solo, que no me marchara! Podia ver el enojo en su mirada, parecía asqueado mientras le contaba que había hecho la paces con Erick.

Estaba entre medio de hombres que de diferentes manera pero los quería. Hubiese deseado que todo haya sido diferente, que toda esa idiotez de su rivalidad desapareciera de una vez.

Llegué a mí casa para lanzar mi maleta al armario y lanzarme a la cama. No podía evitar no llorar por lo que había sucedido entre ambos pero ya había llegado a su final.

AL CAER LA NOCHE
RAMSÉS ✨

Las música alta, el olor a tabaco, las luces fuertes del lugar, los gritos de euphoria de la gente era una mezcla aceptada cuando teníamos suficiente alcohol en el torrente sanguíneo al menos por eso habíamos ido.

Ni si quiera tenia un reloj que me dijera el tiempo, de todas formas no era como que tenía a alguien esperando por mí. Me di otro trago del vodka mientras veía a David enfocado en su celular.

No había vuelto a conversar con Jheimer, aún seguía con algo de miedo de que ya no siguiera buscándome pero estaba decidido a sufrir las consecuencias. De momento sentí a alguien tocar mi hombro, me giré para encontrarme con un rostro nuevo.

Ojos profundamente negros, unas pestañas largas y cejas grandes. Nariz perfilada y labios finos, se acercó a mí oído para decirme:

— "Soy Santiago, ¿Podría tomar con ustedes?" —vi como Sergio se acercaba con mirada fija, a lo que le dije que si antes de que fuera a verse como una molestia y Sergio terminara echándolo.

El chico de inmediato se integró, me presenté y presenté a los chicos. El chico tomó siento a mi lado con una copa de champán en mano.

— "Te vi desde que llegaste... eres muy apuesto, Ramsés. Así que decidí acercarme ¿Sueles venir aquí?" —dijo a mí oído para poder escucharlo.

— "Gracias y no. No suelo venir aquí. ¿Tu si?" —respondí en su oído.

— "Soy el dueño del lugar..."

Sonreí.

— "¿Te ha gustado la experiencia hasta el momento?"

No pensé que la conversación iba a extenderse más pero así fue. Irónico pensar que hablamos diferente tema en plena disco. Algún momento que otro sentía mi celular vibrar en mi bolsillo, sin embargo nunca lo saqué de allí. Era la primera noche que luego de no estar con Jheimer realmente no había pensado tanto en él.

Esa noche había intercambiado número con Santiago, podría ser el inició de una relación de negocios aunque el quisiera algo más, de momento Sergio interrumpió nuestra conversación para decirme al oído.

— "Jheimer está aquí..."

¿Qué? Me di un trago de mi vaso mientras lo miraba acercarse a donde estábamos, no quería si quiera pensar en cómo había conseguido mi ubicación o mucho menos cuánto tiempo llevaba allí.

— "Buenas noches... —dijo casi gritando y dirigiéndose directamente a mí y a Santiago quien de inmediato le respondió y le ofreció la mano mientras le saludaba, yo simplemente no comenté nada —¿Puedo tomar asiento aquí solo un momento?"—