El reino de Fénix y de Arabella han estado unidos por más de veinte años, el convenio qué hizo Agustus III fue suficiente para traer paz por un par de décadas, pero aquello no bastaban para generar confianza a un pueblo que exigía demasiado.
Es así...
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― ¿No sientes algún mareo? ―Louis negó, mientras el doctor le analizaba más a detalle ―Bien hecho alteza, ha manejado muy bien la situación ―se dirigió hacia Harry.
El príncipe de Fénix asintió.
― ¿No habrá complicaciones? ―preguntó la reina.
―Tal vez si presenta síntomas de resfriado me pueden avisar, por ahora procuren no darle nada frio ―Louis miraba al frente, solo abrió la boca para despedirse de aquel señor, mientras sabía lo que iba a pasar.
―Necesito sabes que paso ―preguntó Anne― y quiero la verdad. ―Louis se encogió en sí mismo sin atreverse a levantar mirada. Harry solo agachó la cabeza.
―Madre...
― ¡No! Nada de eso, se supone que están disfrutando su boda y sucede esto ¿Por qué Louis estaba durmiendo afuera?
―Solo quise aire fresco ―habló el omega casi en un susurro― Me quedé dormido viendo la luna, estaba tan feliz que no me di cuenta.
Por supuesto que Anne no le creyó nada, los recién casados parecían haber llegado de un funeral y no irradiaban alegría por su matrimonio. Sin embargo, con un rey perdiendo la memoria a pasos desmesurados, tendría que dejarlo ahí.
Aunque indagaría que era lo que estaban ocultando.
―Por hoy les voy a creer, pero les juro que si me entero de algo. No saldrán bien librados de esto, en especial tú, Harry ―señaló a su hijo.
La reina salió dando la vuelta y haciendo girar su vestido como si este flotara, Harry supo cuan enojada estaba su madre al verla partir de esa manera.
Louis en cambio estaba aún en esa posición sin moverse o mirar a Harry.
―Gracias por no delatarme ―dijo el Alfa― Sé que no debes hacer eso, pero...
―Vete, no te quiero aquí ―Harry abrió la boca para decir algo, aunque después la cerró, no tenía nada que agregar. Todo lo que dijera no serviría para animar a Louis. Así que tomó un par de ropas de su cajonera y luego se encaminó hacia la puerta. Lo que no esperaba era la pregunta que Louis le soltó como una bomba― ¿Me amó alguna vez?
La mano del Alfa tembló en la manija de la puerta. Louis lo miró esta vez, sus ojos estaban hundidos y habían perdido su azul brilloso que logro ver cuando estaban en el altar.
―Louis...
―Solo responda ―dijo el omega, la habitación entera se llenaba de agua marina amarga y picante.
Harry tragó saliva y tomó un respiro profundo.
―Sí, lo hice ―y luego sin atreverse a verlo salió sin mirar atrás.
Salió dando un portazo sin atreverse a volver, tenía que buscar a Ethan y ver si se encontraba bien.
