Fairytale (L.S) - Omegaverse.

2.

Harry tomó las manos de Louis para acercarlo un poco más, depositó un casto beso en sus labios cuando dijeron esas palabras, vio al omega sonrojarse y dedicarle una sonrisa coqueta.

―Ahora estamos juntos, Alfa. Estoy realmente feliz ―asintió tragando saliva, debía de decirle la verdad a ese omega, decirle que sus sentimientos nunca serán correspondidos porque él amaba a otra persona.

Tenía que encontrar a Ethan y explicarle ciertas cosas. Tal vez así el omega rubio no le odiaría, aunque debería.

Todos abrazaron a los esposos y los futuros reyes de Fénix, Harry no quería lucir preocupado y que su aroma lo delatara, así que hizo lo que le enseñaron en la guerra, ocultar su olor para que nadie pudiera notarlo, aunque no evitaba que pudiera sentir el empalagoso aroma de su ahora esposo que se aferraba a su brazo y sonreía saludando al pueblo.

Cuando llegaron al final, justo a la entrada de la capilla, un carruaje les estaba esperando. Harry sentía nauseas. No era lo que había esperado, hubiera preferido estar muerto en batalla que ver aquellos rostros felices por una unión que ni siquiera será consumada.

―Está muy callado ―dijo Louis cuando ambos subieron al carruaje, movían la mano saludando a todo el pueblo y mostrado las argollas de matrimonio― ¿Sucede algo? ―Harry lo miró, era un omega lindo, sin duda. Sus azules ojos oceánicos que con la luz se veían un poco más claros, su cabello castaño y su rostro angelical. Lindo, pero no era nada comparado con Ethan.

―Después de la recepción, debo hablarle de algo ―Louis sintió nervios ¿Qué era lo que su príncipe debía de hablar con él?

― ¿Es algo malo?

Harry negó, aunque no sabía cómo lo tomaría el omega.

―No mucho, pero es algo importante ―Llegaron al salón donde sería su recepción, ayudó a bajar a su esposo del carruaje para juntos entran a aquel espacioso lugar. Harry pensó que aquel traje le quedaba perfecto al chico, su sonrisa estaba grande y las pequeñas arruguitas en sus ojos se hacían presente, le recordó al Alfa aquellos días donde solían jugar en el patio de palacio a que eran reyes del pueblo.

Hoy ese juego se había hecho realidad, pero Harry sabía a qué costo.

En cambio, Louis se imaginaba como serían sus cachorros, como Harry tal vez lo mimaría cuando su primer bebé este en su vientre, como su madre estaría orgulloso de haber logrado un sueño y lo que el pueblo necesitaba para su bienestar.

Como era de esperarse, el primer baile comenzó con los novios, Harry tomó la cintura de Louis y lo llevó por toda la pista al compás de la banda que estaba tocando al fondo.

―Te quiero, Alfa ―dijo Louis sonrojado, antes de que Harry respondiera colocó su cabeza en el hombro para que no notara su bochorno ―Extraño tu aroma.

Harry se quedó mudo, no sabía que contestar. Así que solo suspiro profundo, para seguir bailando por el lugar. Pudo notar el inconformismo del omega por su olor. Louis al no haber respuesta para lo que le dijo a Harry, se sintió triste.

― ¡Oh mi pequeño, Lou! ―dijo Anne, acercándose. ―Me alegra finalmente tenerte en la familia ―Louis respondió el abrazo con toda alegría, ignorando la pequeña punzada que le había provocado el silencio del Alfa.

―Gracias mi reina ―le dio una reverencia.

―Esta lista su habitación. Siéntanse libres de dejarnos cuando gusten ―había una sonrisa de satisfacción en el rostro de la reina. Louis nunca supo a lo que se refería, solo que Bob decía que tenía que suceder la primera noche de su boda.

Louis no era tan inocente, después de todo era omega y se había presentado como tal a la edad de 14, Bob le había instruido como hacer para calmar aquel calor abrasador que llegaba cada 4 meses, un martirio que en palabras de su madre solo podía aliviar un Alfa.

Así no pudo contener la emoción cuando su Alfa tomó su mano y lo dirigiera a lo que sería la habitación de recién casados. Se despidió de su madre y su padre, aun con las mejillas rojas carmesí.

Recorrieron el pasillo con paciencia, Louis podía notar el silencio y las pequeñas reverencias que le hacían los sirvientes a medida que llegaba a sus aposentos, se sentía como un jodido marciano, pero pondría la cabeza en alto porque eso hacían los príncipes darlo todo por y para el pueblo.

Si Louis no supiera que Harry era Alfa, cualquiera pensaría que el rizado es un beta, Louis se hizo una nota mental de preguntar por qué hacía eso, si ahora estaban casado y no debían ocultarse nada.

Harry le abrió la puerta y dejó que pasara, había una valija llena de sus pertenecías a lado de una cama cubierta por un dosel en todas las esquinas, era muy espacioso. El baño seguro estaba oculto en uno de esas puertas, tendría que averiguarlo después.

El Alfa suspiró a su lado, no se movía de su sitio, solo estaba cruzado de brazos mirando al piso.

― ¿Sucede algo? ―preguntó Louis, aun inseguro de lo que pasaría a continuación ― ¿Se encuentra bien?

Louis comenzaba a pensar que al Alfa no le gustaba para nada su unión.

―Siéntate, por favor ―la voz del rizado salió un poco más grave, Louis sintió un nudo en su estómago.

―Alfa... ―susurró el ojiazul, estaba sentado estático en el filo de la acolchonada cama. Harry negó con la cabeza.

―Louis, lo nuestro siempre fue un trato ¿Verdad? Era lo que nuestros reinos necesitaban para dejar la guerra de lado ―el omega frunció el ceño.

―No le entiendo.

―Louis, quiero que sepa que usted es libre de escoger a alguien a quien amar y yo...

―Pero yo lo amo a usted ―el Alfa fue interrumpido.

Harry tomó un fuerte suspiro, comenzaba a creer que el omega no tomaría muy bien su revelación.

― Yo no, Louis. Yo amo a otro omega. Lo siento mucho...

La cara del omega era de sorpresa, luego un jadeo salió de sus labios como si un balde de agua helada lo volviera a la realidad de su cuento de hadas.

― ¿Cómo? ―susurró atónito.

―Yo lo siento mucho, Louis. En verdad lo lamento, pero no quería mentirle descaradamente ―se acercó un poco, pero el omega retrocedió levantándose y alejándose, sus azules ojos se llenaron de lágrimas y su aroma se inundó de tristeza.

―Usted me esta mintiendo ¿Verdad? Es una broma ―dijo aun con esperanzas de no hacer su corazón añicos.

Pero para suerte de Louis, Harry negó.

Oh podre triste corazón.

Les seré sincera, no cuando actualizo, pero dejo esto publicado para saber que debo terminarlo o lo dejaré en el olvido, ya me conozco.

Espero les guste.

LINA