El reino de Fénix y de Arabella han estado unidos por más de veinte años, el convenio qué hizo Agustus III fue suficiente para traer paz por un par de décadas, pero aquello no bastaban para generar confianza a un pueblo que exigía demasiado.
Es así...
🎵En la oscuridad Y estoy justo en medio. Solo estoy en el nivel de todo lo que se mueve debajo de la superficie. Y observo desde una distancia diecisiete. Y me faltan los sueños de los demás de ser oro y estar encima. No es lo que pintaste en mi cabeza. Hay tanto allí en lugar de todos los colores que vi.
Todos estamos viviendo en un sueño. Pero la vida no es lo que parece. Oh, todo es un desastre Y todas estas penas que he visto Me llevan a creer que todo es un desastre, pero quiero soñar quiero soñar. Déjame soñar🎵
Dream -Imagine Dragons.
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Un día después del celo.
Harry recordaba sus días de guerra como algo amargo, un sentimiento áspero que su cerebro le decía que no debía olvidar. Estar en las trincheras con la garganta seca y con una pesada arma en tu espalda no era gratificante. Si eras lo suficiente rápido podrías ir en tu forma de lobo, pero Harry nunca lo pudo hacer, era rápido, pero otros soldados lo eran más. Incluso Louis.
La guerra no perdona, no ve si eres noble o si eres un tirano, al final de todo los que más poder tienen saldrian ganando.
Es por eso que Harry se preparaba mentalmente para esto, perder a sus compañeros de batalla fue duro, pero perder a tu padre casi a cuatro meses de haber regresado de aquel infierno lo era aún peor.
Si le preguntaban, no estaba listo para ser rey, ni en los más remotos sueños, aun así, sabía que debía proteger a Fénix, no era como si pudiera renunciar, sin un rey para su reino todo esto se llevaría su enemigo, Fearton.
Fue consiente de aquella figura que se movía entre las mantas, fue consciente de que le falló a Ethan porque con él debía de haber tenido su celo, si ese omega era su destinado ¿Por qué Louis fue el que cayó con él?
Se vistió con algo sencillo sin olvidar que a partir de estos nueve días todo el pueblo se encontraría de luto. Salió de sus aposentos en busca de su madre, aquella persona que debe sentirse más devastada que incluso él.
La encontró sentaba en una banca, contemplando el jardín con la mirada perdida, el Alfa sabía que aquel lugar era especial para su madre, ese árbol de manzano el rey le había plantado por el mismo para su reina.
―Hijo ―no tenía caso ocultar su aroma con su progenitora, porque si no hubiera ido a la guerra, nunca lo hubiera aprendido realmente.
― ¿Cómo te sientes? ―su madre soltó un suspiro largo, tomándose su tiempo en responder, levantó la vista para mirarlo, luego llevó su mano a la mejilla de su único hijo.
