El reino de Fénix y de Arabella han estado unidos por más de veinte años, el convenio qué hizo Agustus III fue suficiente para traer paz por un par de décadas, pero aquello no bastaban para generar confianza a un pueblo que exigía demasiado.
Es así...
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El desayuno para la suerte del pequeño omega no fue tan malo, por primera vez pudo comer más de lo que ha ingerido en estos días, sin contar de que la reina casi se atraganta cuando Harry le comentó que iría a enseñarle clases de transformación a Louis como una mentira piadosa.
Si el ojiazul se sentía ansioso, pues Harry estaba teniendo un colapso, había estado tan feliz de salirse con la suya que se olvidó que Louis estaría casi desnudo en su delante, así que, para mantener a su Alfa interior tranquilo, alejó a todo el personal que osara pasar a diez metros de donde ellos iban a practicar. No eran celos, claro que no, pero aun así debía de mantener al omega a salvo.
Louis llegó con una camisa puesta y un par de pantalones cortos, estaba descalzo y se abrazaba a si mismo mientras se acercaba al lado sur de castillo, donde estaba un hermoso pasto decorados con jazmines, alhelís y ciertos tipos de rosas.
Harry lo esperaba cruzado de brazos, solo estaba cubierto con una bata, Louis tomó el valor necesario para acercarse, no lo hacía por él, lo hacía para que poder ver a Liam y no morir en el intento.
― ¿Te ayudo con la camisa, omega? ―Louis rodó los ojos, al escuchar aquel tono de voz risueño con el que Harry se divertía.
―Tanto se muere de verme sin ropa una vez más ―Harry abrió la boca, pero nada salió de ahí. El omega rio un poco por haberlo dejado callado.
―Vamos a comenzar, no perderé mi tiempo contigo si sigues así de majadero ―Louis asintió sin rodar los ojos como un buen omega, tomó los filos de su camisa, se la sacó y la dejó a un lado de él, vio como la manzana de adán de Harry se movía con rapidez y como sacudía la cabeza para concentrarse― Bien siéntate en el pasto.
Louis obedeció, se sentó con las piernas estiradas y con sus brazos se cubría el pecho desnudo. Era curioso porque ni con Liam solía sentir tal bochorno, pero con Harry quería salir huyendo y no que no lo viera jamás. Harry hizo lo mismo, se sacó la bata y luego se sentó, Louis respiró aliviado cuando lo vio en ropa interior, quiso reír porque lucían graciosos con esa prenda.
― ¿Qué vamos hacer? ―dijo Louis, a pesar de que Arabella era de clima frio, a Louis se le había hecho costumbre llevar abrigo en Fénix, pese a sus días cálidos.
―Relájate, cierra los ojos ya que vamos a dejar salir nuestros aromas―Louis cerró los ojos, respirando profundo― Has que tu aroma dance en el aire y que seas consiente de cuan potente puede ser.
