El reino de Fénix y de Arabella han estado unidos por más de veinte años, el convenio qué hizo Agustus III fue suficiente para traer paz por un par de décadas, pero aquello no bastaban para generar confianza a un pueblo que exigía demasiado.
Es así...
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―Es terrible ―la reina comenzó a caminar de un lado a otro en el despacho de su hijo― Tu sabes que el rey de Arabella no dudara en anular esta alianza si sabe que no tratamos bien a su retoño.
―Con todo respeto madre, a ese hombre nunca le importo Louis, solo quería unimos para llevarse los beneficios de Fénix.
― ¿Y acaso no hicimos lo mismo? Nos llevamos los mejores productos de ellos, sin embargo, le entregamos tan poco, que tengo miedo que lo tomen a mal ―la reina suspiró― Teníamos un trato Harry, incluso accedimos para que lo conocieras por años para que pudieran liderar con armonía.
―Lo siento, madre yo nunca pedí esto...
―Te deje ir al servicio con una condición ―la reina se acercó a su hijo tomándolo de las mejillas con fuerza― Solo una cosa tenías que cumplir y le has arrumado por completo ¡Y todo por ese maldito omega rubio!
― ¡No hables así de Ethan! ―exclamó Harry, Anne soltó a su mandíbula de un tirón.
―Eres un tonto ¿Qué ganaste diciéndole la verdad? ¿Cuándo me lo ibas a decir a mí? Tuve que averiguarlo por mis propios medios.
― ¿Querías que le mintiera? ―preguntó el Alfa con ironía. ― ¿Querías que fingiera ser feliz a su lado?
―No, en un principio ni siquiera debías de haberlo engañado. Si el reino se cae en pedazos, será por tu culpa.
―No lo amo, mamá. No amo a Louis como antes.
― ¡Maravilloso, Harry! ¿Por qué no le lo dijiste antes? ¿Te hubieras casado con la hermana y él con el rey de Fearton ¿No saldrían todos ganando? ―mintió, Anne vio como los ojos de Harry se oscurecían, como su mandíbula se tensaba y sus manos apretaban la madera de la silla. Eso le comprobaba que ese omega rubio era solo un capricho, tan cautivador para llenar sus orejas de palabras de amor y desviarlo del camino. Por supuesto que no dejaría ir a Louis, a pesar de ser un peón en su reino, era alguien importante en su familia y era el omega de su hijo, capaz de engendrar al perfecto futuro heredero― Tres años, Harry, tuviste tres años ¿Qué te detuvo a enviarme una carta?
―Pensé que no lo entenderías ―el Alfa estaba sentado un poco abrumado por todo lo que decía la omega, aun con un poco de rabia por sus palabras.
―No es tarde, tal vez si habláramos con Mark, la pequeña Delia que se ha presentado como omega podría ser tu futura reina. Dejaríamos a Louis fuera del mapa y todos ganaríamos, tú ganarías ―Harry gruñó, no quería a Louis fuera de este reino. El pertenecía aquí. Fuera cual fuera los hechos.
― ¿Qué pasa por tu cabeza? ―la reina rio negando― ¿Cómo podrías hacerle esto a Louis?
―Harry, Harry, Harry. Soluciona esto por favor, los reyes de Arabella vendrán en cinco meses para ver a su hijo, necesita una marca y si es posible un cachorro ―el Alfa dio una maldición cuando vio a su madre salir del despacho ¿Anne hablado en serio? ¿Era capaz de deshacerse de Louis? No, no quería eso para el pobre omega.
