El reino de Fénix y de Arabella han estado unidos por más de veinte años, el convenio qué hizo Agustus III fue suficiente para traer paz por un par de décadas, pero aquello no bastaban para generar confianza a un pueblo que exigía demasiado.
Es así...
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El ojimiel se detuvo antes de abrir la puerta, fue cuando su brazo fue detenido por una pequeña mano y por ojos que le miraban pidiendo una explicación.
¿Cómo engañar a la persona que ha mejorado su vida? ¿Cómo podría hacerle eso? A pesar de haber hecho un trato tanto con el príncipe Harry y Zayn no garantizaba que todo saliera como lo planearon.
Sabía muy bien que Louis era inteligente y que no pondría en duda ciertas cosas, era mejor confiar en que él haría lo correcto, así sufriera al principio o tal vez tendría que fingir, el omega lo haría sin dudar.
―Hay un plan. Harry a estado dudando de Ethan. Descubrimos ciertas cosas sobre él, Zayn y yo. Solo necesitamos tiempo y el príncipe piensa que teniéndolo en el castillo podría descubrir más ―soltó casi en un susurro ante la puerta que era tocada nuevamente.
― ¿De qué hablas? ―dijo Louis sorprendido, sintiéndose mareado como siempre lo hacía.
―Estas embarazado y tengo la vil teoría que ese chico malo te quiere a ti ―el ojiazul boqueó, tragó duramente saliva.
― ¿Qué...?
―El té que te di, dejara de hacer efecto en cuatro días, luego tendré que buscar la forma de ir donde ti y darte más.
―Liam no entiendo, Liam...
―Se valiente pequeño príncipe, yo no te dejare solo. Promete que harás lo que tengas que hacer ―el Alfa le entregó una mitad de un papel, Louis reconoció el cuento a penas lo vio. ― Prométemelo. Dime que creerás en ese leyenda y me dejaras tu plan en ese libro.
La puerta sonó por tercera vez.
―Te lo prometo.
[...]
―Él te ama ―A Louis le tembló las manos escuchar esas palabras, no era capaz de que colocar el arsénico por su cuenta, ya se había expuesto una vez y en su estado era peligroso― Deja. lo hago yo. Al parecer tu supuesto Alfa duerme profundamente.
―Le he robado un par de cosas a Francis cuando me mantuvo unas horas en su guarida. Las he tenido que meter en frascos más pequeños para poderlos esconder entre mis ropas ―Liam lo entendió. Untando un poco del líquido en la fruta que Louis usualmente le daba a James.
―Eres un genio ―Louis se sentó en su horripilante nido. Siendo consiente que no se tranquilizara. Solo cuando el rey dormía podía dejar de fingir.
―Tengo miedo Li. James es demasiado tonto para todo esto. Lo he comprobado, sé que hay alguien más.
― ¿Tú crees que...? ―un leve gemido los puso en alerta, Louis había enseñado a Liam ocultar su olor con algunas cosas de la naturaleza. Así que Liam dejo la fruta en su posición para luego sonreírle a Louis antes de desaparecer por la parte trasera sin ser visto.
