Capítulo 6

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Jimin observó cómo la señora Sung camino hasta la puerta.

— Preparare algo para que comas, no te muevas de aquí y espera por mí — advirtió antes de salir.

El rubio solo podía recordar la caricia en su mejilla que la anciana le había dado luego de tratar sus heridas y esa dulce sonrisa que parecía querer asegurarle que todo estaba bien ahora y pronto pasaría.

Mientras pensaba en ella, Jimin deseó que fuera su madre.

— No te muevas mucho — dijo Jungkook quien se había mantenido en silencio en todo momento.

Jimin lo observó recordando que el también se encontraba allí, no había querido ir a casa. Se negó a ello.
Por un momento pensó que él se había marchado pues lo vio salir pero, minutos después Jungkook entro nuevamente a su casa.

Los ojos de Jimin lo observaron en todo momento dándose cuenta de que él pelinegro parecía avergonzado. Eso fue algo que lo confundió y lo hizo preguntarle el porqué se sentía de esa forma cuando era él quien debería estar avergonzado.

— Estás…¿estás mejor? — se atrevió a hablar nuevamente Jungkook en un bajo susurró.

Jimin asintió con su cabeza mirando en otra dirección. La verdad es que quería que Jungkook se marchará, no quería verlo en ese momento, no lo quería allí en su peor momento.

Pero tampoco podía decirlo, no podía ni se atrevía a pedirle que se fuera cuando ese chico lo ayudo.

— Ten cuidado, los golpes se ven mal, deberías enviar hacer movimientos bruscos o algo así, los calmantes harán efecto y el dolor será más soportable — aseguró.

Al comienzo dudo en si acercarse a él, pero luego lo hizo. Jungkook caminó hasta donde Jimin se encontraba y tomó asiento en el sofá manteniendo la distancia entre ambos para no incomodarlo más de la cuenta.

No pudo evitar mirarlo con curiosidad, tenía muchas preguntas en su cabeza que quería decir, pero sabía que eso sería algo imprudente en ese momento.
Jimin suspiró adolorido al darse cuenta de ello.

— Solo dilo de una buena vez — murmuró Jimin llamando su atención.

— ¿Qué debería decir? — Jungkook frunció su ceño.

— ¿No preguntarás? — sonrió Jimin. Una sonrisa vacía.

—¿Quieres que lo haga? — Jungkook suspiro — Puedo hacerlo si así lo quieres pero, no creo que quieras hablar de eso.

Ante sus palabras Jimin lo observo confundido, pero internamente agradecido.

El silencio se hizo presente entre ellos, Jungkook comenzó a sentirse algo sofocado y se puso de pie llamando la atención del rubio en el sofá.

— Para serte honesto, no creo que una sopa sea suficiente — miró a Jimin — Dime Park, si me voy ahora y luego regreso, ¿puedes estar por mi?

— Estoy en condiciones de huir acaso — bifo Jimin.

— Me refiero a si vas a abrirme la puerta cuando regrese o tendré que rogar — se explicó y al no obtener respuesta asintio con su cabeza — Bien, tu silenció en un sí para mí. Espera aquí.

— Vivo aquí — le recordó Jimin.

Jungkook lo observó rodando sus ojos.

— Eso ya lo sé, deja de fingir que no entiendes lo que digo — hizo un puchero — Te llevaría conmigo, pero no quiero wue asustes niños en el camino.

Jimin lo observó ofendido, eso hasta que vio la pequeña sonrisa en los labios del pelinegro.

— No fue gracioso.

Enséñame que soy importante |• KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora