Enséñame que soy importante |• KookMin

Capítulo 16

“Todas las estrellas ríen cuando brilla la luna”

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Jungkook no había mencionado nada de lo que pasó en su primer encuentro con Jimin, cuando la señora Sung curó las heridas del menor o cuando ambos se quedaron solos en la casa y él cocinó para ambos. No había dicho nada y también había evitado preguntarle al rubio. Jimin parecía no confiar en él del todo y Jungkook lo entendía.

Pero necesitaba saber qué pasaba exactamente con él para así poder ayudarlo.

— ¿Pero cómo? — murmuró por lo bajo Jungkook.

— ¿Jimin vendrá a casa? — preguntó su madre, sacándolo de sus pensamientos.

— No, tiene trabajo en el café y además nos dieron mucha tarea — suspiró Jungkook — Le dije que podríamos hacerla juntos, pero él no quiso.

— Kook… ¿Puedo hacerte una pregunta, hijo? — preguntó su madre.

— Claro — asintió Jungkook, mientras tomaba una galleta del tazón— ¿Qué quieres saber…? — miró a su madre.

— ¿Tú y Jiminie, tienen algo? — preguntó, había estado queriendo saber eso durante semanas, pero no sabía cómo abordar a su hijo.

— ¡Mamá! — exclamó Jungkook, sonrojado— ¿Por qué haces ese tipo de preguntas, mujer?! ¡No seas así! — dijo Jungkook, intentando cambiar de tema.

— Porque soy tu madre y quiero lo mejor para ti — le sonrió con simpleza— Y déjame decirte, que ese chico es un diez.

Jungkook la miró incrédulo, con la vergüenza en todo su rostro y recorriendo sus venas. Jamás pensó que tendría este tipo de conversaciones con su madre.

— Creo que aún no tienes claro tus sentimientos — dijo su madre, negando al ver cómo su hijo guardaba silencio.

Jungkook se sintió atrapado, sin saber qué decir. ¿Qué sentimientos? ¿Qué estaba pasando entre él y Jimin? La confusión lo invadió, pero luego miró a su madre.

— Mamá… ¿qué pasa si te digo que Jimin no está bien? — preguntó Jungkook, con preocupación.

— ¿A qué te refieres? — frunció su ceño.

— Lo que te diré ahora son solo sospechas, Jimin no me ha dicho nada, pero he sacado mis conclusiones al respecto — suspiró Jungkook.

La señora Jeon asintió.

— Conocí a Jimin cuando me pediste ir a buscar a Soyeon — mordió su labio inferior — Él vive al lado de la casa de la señora Sung.

— Hijo — dijo la señora Jeon.

— Terminé buscando a la señora Sung en casa de Jimin, Sunie me dijo que estaba allí — suspiró — Cuando fui a su búsqueda, vi a Jimin. Mamá, su rostro estaba golpeado, tenía heridas graves y la señora Sung se encontraba ayudándolo a tratarlas.

— Por dios — susurró impactada por las palabras de su hijo.

— Jimin jamás mencionó cómo se las hizo, hasta ahora no lo dice, pero hace unos días se desmayó en clases y cuando lo llevé a enfermería, vi algo que me dejó sin palabras.

— Hijo... — susurró incrédula.

— Tenía toda su espalda con marcas, golpes, aún crudos… apenas cicatrizando — hizo una mueca de disgusto al recordar la escena — Mamá, no sé qué ocurre, pero tengo miedo por Jimin.