Enséñame que soy importante |• KookMin

Epilogo

Dos años después…
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A esas alturas, Jimin se preguntaba por qué había elegido estudiar medicina. Quizás debió seguir los pasos de Jungkook y estudiar ingeniería y administración de empresas. Aunque aún no era capaz de entender cómo Jungkook podía hacer tanto al mismo tiempo.
Jungkook no solo llevaba dos carreras, una presencial y otra de forma online, sino que trabajaba con él en el café. De verdad hacía lo posible por pasar tiempo juntos.

Jimin se avergonzó al darse cuenta de que Jungkook se esforzaba tanto para estar cerca y él no hacía mucho.

En estos dos años, su vida había mejorado significativamente. Dejó de asistir a terapia el año pasado, según la doctora Hyuna, se había recuperado.

Logró visitar a su madre un par de veces. Ella se recuperó y ahora trabajaba en una tienda y vivía en un pequeño departamento en Busan.
Jimin solía ir allí algunas veces, aunque las conversaciones con su madre no eran largas y siempre solían ser algo incómodas. Ambos se esforzaban por recuperar lo perdido.

— No lo creo… llevamos casi tres años juntos, Jimin, y aún no me pidió ser su novio — suspiró Taehyung.

Jimin rodó sus ojos y lo observó.

— Taehyung… — dijo.

— Quizás debería rendirme, Hoseok solo me usa — susurró Taehyung, cabizbajo.

— Quizás ni siquiera le interesó de esa forma — agregó.

— O quizás está planeando pedirtelo pronto — dijo Jimin sin pensar, para luego cubrir su boca con una de sus manos.

— ¿Eh? ¿Qué dijiste? — preguntó Taehyung, curioso.

— Yo… — sonrió Jimin, sin saber qué decir.

— Esta mierda es agotadora — los interrumpió Seokjin, acercándose a ellos.

— ¿Me recuerdan por qué estudió medicina con ustedes? — preguntó.

— Porque no tenías más opción después de perder la inscripción para la carrera que querías hacer en un principio — recordó Taehyung.

— Cierto… — asintió Jin.

— Cómo sea, me dormí en clases, podrían pasarme sus apuntes y de paso explicarme lo que anotaron porque tienen una letra del carajo, como los doctores cuando hacen recetas — pidió.

— Ese es el punto, Hyung — sonrió Jimin.

Sin más que decir, caminaron hacia el campus y tomaron asiento en el césped.

— El cumpleaños de Jungkook está cerca — murmuró Seokjin, comiendo galletas que Taehyung les ofreció.

— ¿Qué le darás como obsequio, Park? — preguntó.

— Aún no lo sé — suspiró Jimin.

— Él dijo que no era necesario un regalo, pero en verdad quiero hacer algo por él — confesó.

— Quizás una noche de sexo sea un buen regalo de cumpleaños — sonrió pícaro Taehyung.

— Yo… — comenzó Jimin.

— Compra ropa sexy e invítalo a casa — asintió Seokjin.

— Será un buen regalo para él, créeme… ese infeliz es todo un pervertido.

Todos rieron por el comentario, pero en el fondo, Jimin se sintió algo incómodo.

Llevaban tres años y medio de relación oficial. En todo ese tiempo habían compartido muchos momentos, besos y algunos toques que terminaban apenas comenzaban por el solo hecho de que no se sentía listo para algo así aún.