Capítulo 7

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"Mi dibujo no fue un fracaso. Simplemente, mi flor aún no había florecido"
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Esa tarde, Jimin salió de casa, aún sintiendo el dolor y la fatiga de la noche anterior. Su madre había llegado a altas horas de la noche, pasada de copas, y él se había encargado de cuidar de ella, darle un baño y acostarla en su cama. Jungkook se había marchado horas antes de su llegada, y la señora Sung había pasado a ver cómo estaban sus heridas y las había curado nuevamente.

Gracias al cielo, Jimin había podido cubrir sus moretones con maquillaje que había robado a su madre. No podía darse el lujo de faltar al café, por lo que se maquilló un poco y se colocó un cubrebocas. Le había dicho a Jennie que había pescado un resfriado y por eso lo usaba.

— Tenga buen día — sonrió a una cliente dejando su café sobre su mesa.

— Igual tu, Jiminie — le devolvió la sonrisa.

Jimin continuó haciendo su labor con una sonrisa forzada, intentando ocultar su dolor y cansancio. Pero cuando alguien le arrebató el trapeador de sus manos, su corazón saltó.

Al levantar su cabeza, sus ojos se encontraron con esos ojos color cielo.

— Jungkook — susurró incrédulo y sorprendido de verlo allí— ¿Qué haces aquí? — preguntó Jimin, su voz baja y llena de curiosidad.

La presencia de Jungkook lo hizo sentir un escalofrío, y por un momento, olvidó su dolor y su cansancio. Solo podía pensar en la razón por la que Jungkook estaba allí,

— No deberías haber venido a trabajar — fue la respuesta de Jungkook, más bien, un regaño de su parte — ¿Por qué eres así de terco, Park?

Estaba molesto con él, no pudo evitarlo. Jimin debió pedir permiso en su trabajo para faltar ese día y recuperarse, no estaba para nada bien y era demasiado evidente.

Algo en él le dijo que Jimin estaría en su trabajo, deseo que no oferta así pero cuando pasó por el café lo vio a través de la vidriera y no dudó en entrar para comprobarlo.

— Es mi trabajo — dijo Jimin quitando el trapeador de las manos del pelinegro — No puedo darme el lujo de faltar cuando lo desee.

— ¿Y tú salud que? ¿Acaso no lo vale? Si no estás bien, entonces no podrás trabajar eficientemente, Park —  Jungkook, no podía disimular su enojo.

— Estoy bien, si pude levantarme de la cama y caminar hasta aquí, entonces puedo hacer lo que sea.

Jungkook lo miró con incredulidad, a simple vista se veía deplorable y se creía con el valor de decir eso. Park Jimin estaba loco.

—No, no puedes hacerlo, dame eso— Jungkook tomó el trapeador nuevamente — Yo haré esto — suspiró.

En ese momento miró al rubio y dió un paso al frente con la intención de acercar a él, Pero Jimin se alejó rápidamente, casi tropezando y a punto de caer de espaldas al piso. Jungkook reaccionó rápidamente y lo tomó en sus brazos, evitando su caída.

Ambos ojos se encontraron repentinamente, y Jimin se sintió abrumado por la cercanía de Jungkook.

— Solo quería tu delantal — susurró Jungkook — No iba a hacerte daño — aseguró, su voz suave y tranquilizadora.

Jimin se vio asustado con su cercanía y se alejó esta vez con más cuidado.

— ¿Por qué lo quieres? — frunció su ceño.

Enséñame que soy importante |• KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora