Él mago del agua y del hielo.

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Llegando frente al lago de la ciudad.

Siete en punto de la noche.

Domingo.

Mantenía la mano de Milo firmemente sujeta a la suya, había pasado mucho tiempo caminando hacia aquel lugar, Milo se veía confundido mientras que a él un lejano recuerdo le vino a la mente, en eso precisó momento en que él joven topo con su mirada.

Flashback.

En aquél lejano pasado.

Dos niños sé encontraban caminando junto a sus compañeros, guiandolos sé encontraba él santo Pontífice quien por haber tenido un buen desempeño en su entrenamiento, había decidido darles de regaló un almuerzo en un restaurante, cuándo llegaron los pequeños cada quien tomó lugar juntó al amigó qué habían hecho apenas llegaron, Camus un pequeño niño francés sé había hecho amigo de un pequeño griego rápidamente gracias a un chocolate y que el niño se le había acercado rápidamente no más lo vió, aunque había notado que su compañero y amigo cuyo nombre era Milo era un niño algo introvertido, no le juzgaba total él era igual.

Milo: ¿Camus? - le llamó por lo bajó.

Camus: ¿Qué sucede? - le pregunto rápidamente.

Milo: ¿Quieres comer sopa? - le pregunto bajito mientras Camus le veía confundido.

Camus: no Milo, aquí no hay sopa - Milo insistió.

Milo: no enserio hay sopa, Lee él menú - le dijo sonriendo, él otro creyendo que sería una broma comenzó a buscar, para su sorpresa si había.

Camus: Wouw... Jamás pensé que vería una sopa en un restaurante griego - dijo mientras veía al menor reír.

Milo: ¿Pues de que mundo crees que somos?, Por aquí tenemos las mejores sopas - dijo orgulloso.

Camus: aunque ahora se me está antojando una sopa de niño - habló asustando al más pequeño que rápidamente lo vio.

Milo: ¿So-sopa de niño? - pregunto asustado, Camus al saber que tenía a su víctima dónde la quería siguió.

Camus: si, en Francia es muy famosa la sopa de niño algo revoltoso y cabello despeinado - dijo mientras Milo comenzaba a alejarse de él, Camus comenzó a reír y fue cuando Milo entendió lo que sucedía.

Milo: que malo eres - dijo con un puchero, mientras pequeñas lágrimas salían de sus ojitos.

Camus: hay, perdón, perdón - dijo abrazándolo mientras se sentía culpable.

DM: huy... ¿Camus?, ¿Tan chiquito y ya te declaraste? Vaya tú si que vuelas, Kanón ya te ganaron él corazoncito de Milo ¿Eh? - dijo molestando a los más pequeños que Rápidamente se separaron.

Todos: ¡¡¡HUUUUUY!!! - dijeron al unisonó menos los involucrados.

Camus: eso no es cierto, Milo y yo sólo somos amigos - habló serío.

Kanón: y aunque no fuera así, si yo quisiera te quitó a Milo en un dos por tres - hablo seguro él gemelo menor mientras Saga le metía un codazo en él estómago.

Saga: deja de molestar a los niños idiota - habló serío.

Aioros: Saga, esas palabras no se usan en la mesa y menos enfrente de los niños - dijo serio mientras veía con reproché a los gemelos, después pasó su vista a los más pequeños y se dió cuenta que Camus ya había cambiado de lugar con Milo, ahora el estaba al lado de Kanón mientras ambos sé veían retadoramente y Milo los veía mientras Deathmask quien estaba a su lado se reía a carcajadas de la riña de Kanón y Camus.

Aioros: - sólo suspiró cansado -

Volviendo al presente.

Camus, se había quedado ido viendo a Milo quién después de ciertos momentos dirigió su vista al lago, para agacharse y jugar un poco con él agua, recordó lo que sucedió cuando él menor cumplió sus quince años en el pasado. Y lo llevo a comer a ese mismo restaurante por su celebración, recordó que Deathmask y Aioria comenzaron a molestarlo por lo mismo por que él caballero de acuario al que le apodaban él gran mago del agua y él hielo, se había tomado la gran molestia de viajar desde Siberia hacia Grecia sólo por motivos de cumpleaños de su "amigo" cómo le decía, recordó lo que al salir de aquel lugar Milo le susurró por lo bajó ese día.

Milo: Te amo - susurró.

Él si había escuchado aquello, simplemente no le respondió porque era la primera vez que se lo decía y él quería seguir escuchándolo.

Camus: si tan sólo hubiera podido predecir lo que nos pasó después - pensó mientras inconscientemente las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos. Alertando a Milo quien se puso de pie.

Milo: Camus, ¿Estás bien?, ¿Te duele algo? - pregunto preocupado mientras lo veía, Camus no había dejado de verlo en ningún momento, mientras recordaba el pasado.

Recordó la batalla de las doce casa, recordó su muerte a manos de su alumno, recordó su batalla gracias a la guerra contra Hades, recordó lo sucedido en Asgard y recordó lo que hizo hacé docientos cuarenta y cinco años atrás después de que Athena tomara la decisión de revivirlos, sólo fueron unos miseros tres días los que le tomo encontrar su condena por haber traicionado a su diosa, aunque ella ya lo hubiera perdonado, recordó cómo él lloro mientras su persona misma se encerraba en ese sarcófago de Hielo, para después, jamás volverlo a ver hasta esta nueva vida y aunque él sienta que no a pasado tiempo, es que es tan igual a cómo lo recordaba, sus expresiones, su rostro, su voz, su cuerpo, su alegría.

Camus: voy a recuperarte Milo, voy a recuperarte cueste lo que me cueste, es una promesa - fue lo que pensó.

Milo: Camus no me asustes así por favor - le pidió, trayendo lo una vez más a la realidad, al sentir sus lágrimas rápidamente las limpió.

Camus: perdón, perdón, es que recordé algo.

Milo: ¿tan malo fué?.

Camus: no, no tranquilo - respondió sonriendo para calmar su angustia, Milo por su parte no tan seguro sólo suspiro para después preguntar.

Milo: bueno, ¿Que es eso tan importante que querías mostrarme?.

Camus: hm... Digamos que es algo sorprendente, pero sólo te lo voy a mostrar a ti, así que quiero que guardes él secreto, ¿Lo prometes? - pregunto mientras él otro sonriendo respondió.

Milo: está bien, ¿Pero dime qué es? - pregunto mientras Camus se acercó a lago. Iba a agarrar un poco de agua hasta que escucharon unas voces.

Xx: vaya, vaya, vaya, ¿Porque tan solos y a estás altas horas de la noche? - pregunto la voz de un hombre que Camus reconoció al instante.

Camus: ¿Heracles? - pregunto sorprendido mientras se giraba.

Heracles: No es muy seguro que un doncel ande por esta zona sólo por las noches ¿sabes?.

Continuará...

Camus: Él príncipe de los hielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora