>Capitulo 9<

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Martes. 23 de noviembre
-6:00pm-

Llegué a la casa de David a la 6:00pm. Sólo llevaba mi teléfono. No iba con el uniforme escolar, me lo había quitado. Tenía una sudadera y un pantalón ancho. No sé qué pasará, o si es una broma o algo, en caso de que lo sea, no dudaré en romperle la nariz, aún me quedé con ganas de seguir golpeando a Lorena y Malú. Toqué en el timbre. Espere un poco y él me abrió.

—Pasa, adelante— dijo David. Él cerró la puerta en cuando entre. Su casa se veía moderna, y tenía un buen olor— Sígueme

Le seguí a través del pasillo, subimos a la segunda planta y entramos en una habitación. Era la suya. Creo que mis ojos se iluminaron al verla. Era también un fan de los videojuegos. Tenía varios posters de videojuegos y algunas series. Además de un pc de sobremesa que se veía muy cool.

—Linda habitación... No sabía que eras fan de los videojuegos— dijo Ángela. Como que el chico más popular es tan fan de los videojuegos. Pensé que él era de esos que los odian, que se dedican a salir con tias y de fiesta...

—Pues si lo soy, me gustan bastante... Y que, ¿vas mañana a clase?— dijo David

—¿Ir mañana?— dijo Angela confusa

—Si, por la pelea de hoy en el comedor— dijo David

—Ah, si iré. Solo me pusieron un parte leve... ¿De verdad la viste?— dijo Ángela

—La vio todo el mundo. No fuiste muy discreta— dijo David

—Supongo que el calor del momento— dijo Ángela. Es extraño que aún no hay mencionado el trabajo— Bueno, ¿y que hacemos aquí?. Teníamos un trabajo, ¿no?

—No te preocupes ahora por eso. ¿Qué tal si hablamos, Sexta Hokague?— dijo David

Mis ojos se abrieron como platos. ¿Me acaba de llamar Sexta Hokague?. Como sabe que yo quiero ser... Oh no. Rápidamente Ángela intentó darle un puñetazo. David lo esquivó agachandose. Ángela le dio una patada, él la bloqueo poniendo sus brazos en cruz. Aunque salió para detrás rodando. Ella le tomó del cuello

—¿Como sabes eso?¿Quien eres en realidad?— dijo Ángela.

Eso, y más cosas fue lo que grité cuando estaba a punto de destruir la máquina de gas. Los únicos que pueden saberlo son la gente de Ocaso. Y esas personas eran mayores, no jóvenes de 17 años. Esto es malo, tengo que buscar una vía de escape, o pensar como atacar

—Calmate— dijo David— Te contestaré a todo por partes... Dios como una chica tiene tanta fuerza

Ángela apretó su agarre en su cuello. Él se empezó a quejar y a moverse como un loco. Alguien apareció en el pasillo, aplaudiendo. Ambos se detuvieron

—Se ve realmente magnífica. Es incluso mejor que tu David— dijo una mujer. Tenía el cabello rubio, ojos azules, y llevaba un vestido negro que resaltaba sus perfectas curvas. Además de tener unos grandes senos. Con ella venía una niña pequeña de unos 4 años, de ojos azules y cabello rubio como el sol, además de tener una muñeca en la mano. Parecían inglesas, aunque no hablaban con ese acento que hablan

—Eso me ofende mamá— dijo David

—¡¿Es tu madre?!— exclamó Ángela

—Ya puedes soltarle querida— dijo la mujer. Ángela le soltó— Soy Rose Miller

Rose le tendió la mano y Angela se la estrechó.

—Te han dado una lección primito— dijo la niña mientras se reía

Espías Por AccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora