>Capitulo 6<

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Después de entrar al parque, María se detuvo bruscamente. Ya no podía seguir con el autobús. Aprovechando la confusión de los trabajadores, y las bengalas de humo, escaparon. Entraron al primer edificio que encontraron. Esa zona del parque no la conocían, aquel día no entraron en ella. Era la zona en la que se grababan los cortometrajes. Tenían las paredes blancas y el suelo con losas naranjas oscuro. Las puertas de los pasillos eran azules claro. Avanzaban sin saber muy bien por donde iban, solo se limitaban a esquivar a los guardias que las buscaban.

De repente, entraron a un gran pasillo con puertas numeradas, "1", "2", "3", "4"... Los números continuaban por todo el pasillo. Las chicas estaban muy sorprendidas

—Creo que fueron por aquí— gritó una mujer

La voz se oyó cerca, por lo que eligieron una puerta al azar y la entraron dentro. Las puertas eran automáticas. Ninguna de ellas imagino lo que allí había. Personas sentadas en sillones grandes, atadas de manos y pies y con una especie de cascos 3D en la cabeza. Se miraron sorprendidas, pero antes de poder decir algo, los guardias aparecieron en su puerta. Se escondieron rápidamente. Ángela y Rosalía en un armario, Maria, Irache y Ariadna detrás de unas cajas.

—Aquí tampoco están. Sigan buscando— dijo un chico moreno y de traje azul. Él se marchó de allí.

—Por poco— susurró María

—¡¿Qué rayos es esto?!— dijo Irache

—No lo se, pero no tiene buena pinta— dijo Ángela. Ella intentó quitarle a uno el casco de la cabeza, pero no salía. Probaron a tirar todas, pero terminaron cayéndose y sin lograr nada.

—No podemos quitárselos— dijo Ari con cierta frustración

—Seguro que tiene que ver con esto, parece un identificador de tarjeta. Creo que sin ella no podremos sacarlos— dijo María mientras señalaba un cuadro negro al lado de la puerta.

—¿Y ahora que hacemos?— dijo Rosalía

—Tendremos que seguir caminando por el parque y ver como podemos liberarles— dijo Ángela

***


En una extraña parte del parque, unos secuaces estaban arrodillados frente a Mark

—Señor, las niñas escaparon y han conseguido entrar al parque— dijo uno de ellos

—Ya no se puede ni pedir ayuda. Iré yo mismo a por ellas. Son una plaga que debe de ser eliminada— dijo Mark enfadado

***


Las chicas salieron con cuidado de la habitación en la que estaban, y se dirigieron a otra. Además de las personas que encontraron con los cascos, vieron otra instalación en la que jugaban con juguetes como niños. No habían visto a sus padres, pero sí a gente de Katara. Con cuidado, se acercaron a una mujer que jugaba con una muñeca, y la secuestraron... O al menos eso intentaron. Cada una la tomó de un lado y la levantó, a la vez que taparon su boca. Pero la mujer empezó a moverse, se escapó y gritó.

Enseguida ellas fueron rodeadas por guardias. Intentaron huir. Salieron de esa sala y corrieron por el pasillo, pero, al girar una esquina, apareció Mark, apuntandoles con una pistola. Valla, no me imaginaba que él era así.

—Manos arriba, y tiren las armas— dijo Mark. Las chicas frenaron en seco.

—Tu eres Mark, ¿verdad?- dijo Angela. Le reconocí rápido por la voz. Asintió levemente con la cabeza

Espías Por AccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora